RUDE.
( LIBRO DOS. )
Harry bajó de su auto con una sonrisa que casi ni le cabía en el rostro. Apenas al cerrar la puerta, la mirada de los presentes se posó en él. Algunas miradas eran de miedo, otras de sorpresa, pero la mayoría de decepción. Pero a él no le importó, lo único que quería era encontrar a su pequeña e inocente Jade y explicarle todo.
Con su mochila colgando de uno de sus hombros, comenzó a caminar a paso rápido adentrándose a la escuela, abrió ambas puertas creando un silencio en el pasillo confundiéndolo más. Frunció el ceño y siguió caminando, todos lo miraban fijamente mientras caminaba, pero segundos después siguieron a lo suyo. Emocionado, se dirigió a la enfermería para saludar a Tulisa mientras giraba a todos lados por si encontraba a uno de sus amigos, o a Jade.
Al llegar, tocó tres veces la puerta esperando la alegre voz de la mujer castaña. Pero solo escuchó un débil "adelante", abrió la puerta, Tulisa al verlo, se llevó la mano a la boca mientras él sonreía esperando un abrazo, el cual no recibió.
— No — negó con la cabeza acercándose a él, puso las manos en su pecho tratando de alejarlo. — Harry, ¿por qué volviste? ¡No debes estar aquí, vuele a California, estas mejor allá, te lo ruego! — suplicó Tulisa apretando entre sus manos la camisa de él. El rizado confundido toma sus manos extrañado.
— ¡Tulisa, cálmate! — dice, pero ella solo negaba con la cabeza. — ¿Qué ocurre? — cuestiona ladeando la cabeza a un lado, ella baja la mirada unos segundos, luego la sube y lo empuja levemente hacia la salida.
— Ven aquí cuando necesites respuestas, ve al pasillo principal, a las 7:50 de la mañana sabrás todo, luego, en la hora del almuerzo ve con Niall. Es todo lo que te diré — explicó para luego cerrar la puerta en sus narices.
Harry bufó extrañado, miró la hora en su teléfono el cual su fondo de pantalla era Jade desde que se fue, hace casi dos años. Eran las 7:35, así que tenía tiempo para ir a su casillero.
Solo sentía un mal presentimiento sobre todo esto.