Rude ⋆ Jarry (2)

xxxix. MATAR.

RUDE.
( LIBRO DOS. )

— ¿Harry? — Jade sintió su corazón romperse al ver como el rizado temblaba debajo la lluvia mientras se abrazaba a sí mismo, se acercó a él para hacerlo pasar. — ¿Qué pasa? ¿Por qué no te trajiste con un paraguas? — este tomó el rostro de la chica conectando sus ojos, ella sintió sus manos heladas así que sabía que no tardaba en enfermarse, volteó a ver a la sala donde se escuchaban las voces de Niall y Norma, le sonríe ligeramente tomando su mano y sin importarle que estuviese mojado, este comienza a susurrar el nombre de ella para llamarla, pero Jade solo le hizo un ademán con la mano para que hiciera silencio, al llegar a la habitación de la chica azulada, esta le abrió la a puerta y ambos entraron rápidamente para luego ella ponerle una toalla en los hombros al rizado de inmediato y quitarle el gorro.

Le comienza a secar el cabello con preocupación en su rostro, Harry toma su cintura queriendo abrazarla pero ella no se lo permite. — Jade debo decirte algo — murmura congelado.

— Harry estas helado, vas a enfermarte — lo dirige a la cama para ella arrodillarse en esta y revisarlo con más facilidad, sonrió con ternura viendo su nariz roja. — ¿Qué haces aquí? — susurra secando su cuello, este toma su rostro entre sus manos.

— Debo decirte algo, esto no puede esperar — ella le sonríe comenzando a hacerlo a un lado para bajarse de la cama.

— Bueno, déjame buscarte ropa en el cuarto de Niall y luego me... — el rizado la calló con un beso, aunque Jade estuviera sorprendida, no pudo resistirse y le siguió el beso el cual era rápido y necesitado, ella sonríe entre el beso haciendo que él se separara y uniera sus frentes.

— Jade te amo — dice sin rodeos, ella se separa unos centímetros para mirarlo. — Te amo, te amo, te amo y jamás dejaré de hacerlo - la besa cortamente. — Perdóname, Jade no sabes cuánto te amo, hermosa - la besa sin querer que ella se separe. — No sabes cuánto lo siento eres lo mejor que me ha pasado en la vida por favor vuelve conmigo, te amo pequeña, enserio — abrió los ojos para verla, pudo ver los ojos cafés que tanto amaba llenos de lágrimas que amenazaban por salir. — No, no llores bebé, estoy aquí — ella se abraza a él sin importarle que este empapado.

Lo necesitaba, lo necesitaba tanto como él a ella.

— ¿Por qué no me dijiste que te ibas Harry? — solloza, este la abraza sintiendo sus ojos cristalizarse. — Hubiéramos mantenido nuestra relación como fuera, lo sabes. No debiste dejarme yo te necesité más que nunca, te amaba más que a mí misma — este suelta un ligero sollozo preocupándola, se separa para verlo.

— ¿Me amabas? ¿Ya no lo haces? — ella en respuesta unió sus labios atrayéndolo hacia él a más no poder, Harry la recostó en la cama ya que ella lo jalaba para que lo hiciera, al separarse por falta de respiración, ella besa su nariz con la respiración acelerada.

— Te amo, Harry — vuelve a besarlo cortamente. — Te amo, eres mi vida y no quiero que te vuelvas a ir — las lágrimas volvieron haciendo que esta se abrazara a él, este besa su frente mientras sonreía entre lágrimas.

— No lo haré, ya nada puede separarme de ti.

(...)

— ¿Estás segura de que Niall no se enojará? — pregunta Harry mientras Jade se acomodaba entre sus piernas, esta le sonríe negando. — Digo, ama esta cosa con su vida y que la usemos puede enojarlo.

— No, Harry — le sonríe para darle confianza. — No se enterará y debemos hacerlo rápido ya que mamá está aquí y puede vernos — este asiente para luego besarla. Al separarse ella presiona el botón de encendido y se recuesta en el pecho de su novio. — ¿Qué juego jugaremos? — dice la peli-azul mientras miraba el televisor de su habitación y buscaba un juego en el Playstation 4 de Niall, el rizado pone sus inmensas manos sobre las de ellas y mueve sus dedos sobre el control haciendo a Jade sonreír ampliamente.

Al elegir el juego, se la pasaron jugando un rato hasta que el sonido del teléfono de Harry los interrumpió, abrió los ojos como platos al ver a Perrie en la pantalla, atendió de inmediato.

— Hola querida amiga — dice tratando de no reír, ya que la había olvidado y lo más seguro es que ya este en el restaurante donde iban a desayunar. La puso en alta voz atrayendo la atención de Jade.

— ¡Querida amiga tus putos rizos, me dejaste plantada en el resturante y ni siquiera me dijiste que Zayn venía! — Harry suelta una carcajada. — ¡No te rías!

— Sí me río, creí que ya habías captado el por qué lo llamé — hubo silencio. — ¿Cómo llegaste?

— Comenzó a llover así que creí que no pudiste llegar ya que se cayó un árbol por aquí cerca, tomé un taxi hasta aquí, me encontré con Zayn y comenzamos a hablar esperándote hasta que nos hartamos y elegimos ir a una mesa ya que tú la habías reservado y Zayn tuvo que hacerse pasar por ti. ¡Ni siquiera entiendo porque tuviste que reservar una mesa para un simple desayuno!

— Zerrie vive, la lucha sigue — se aguanta una risa al oír como Perrie le gritaba y se escuchaba Zayn a lo lejos. Jade dejó soltar una risa, la rubia hizo silencio.

— ¿Quién está ahí?

— Nadie.

— Harry.

— ¿Qué?

— ¿Quién está contigo?

— ¡Hola Perrie! — Harry no pudo evitar sonreír y abrazarla por lo tierna que se escucho diciendo eso, se oyó un chillido. — Perdón si te dejó plantada por mi culpa — ríe tímida.

— ¡Jade, hola! Harry, ¿mi mejor amigo me ha abandonado? — simuló un sollozo. — Me dueles Harry — el rizado rueda los ojos.

— Adiós, Perrie — cuelga.

Zayn alzó una ceja al ver como Perrie colgaba con fastidio y guardaba su teléfono, ella lo mira tímida. — Bueno, ¿de qué hablábamos? — el moreno suspira decidido.

— Perrie quiero volver contigo — ella toma aire sorprendida, ríe luego de unos segundos confundiéndolo.

— No creo que hablábamos de eso — este toma su mano dispuesto a hablarle. — ¿Qué haces? — comenzó a ponerse nerviosa.

— Perrie, recordando todas esas cosas que te hice y te dije, me dan solo ganas de llorar recordándolo, te amo como nunca he amado a nadie en mi vida, siempre será así, si vuelves conmigo prometo no volver a herirte jamás, te amaré hasta el resto de mi vida y nadie podrá separarme de ti jamás, te amo Perrie Louise Edwards Duffie y nadie podrá que deje de hacerlo, nadie podrá amarte más que yo lo hago, por favor vuelve conmigo — ella aparta la mirada mientras cierra sus ojos y aprieta sus labios para no llorar mientras todas las cosas que él le dijo se repetían en su cabeza. Él se levanta y se arrodilla a su lado, toma su rostro para que lo mire pero ella aun no abría los ojos. — Barbie mírame por favor — esta obedece dejando escapar una lagrima. — Perdóname por favor — une sus frentes queriendo besarla. — Tan solo recordando eso me parte el corazón y hace querer matarme, hermosa. Por favor vuelve conmigo — solloza.

Perrie toma su nuca y lo atrae a él para unir sus labios en un beso al cual él no se negó, se escucharon aplausos por todo el lugar haciendo que ambos se separaran sonrojados, este sonríe besando su frente.

— ¿Eso es un sí?

— Oh cállate — él ríe para luego volver a besarla escuchando los suspiros de algunas mujeres y aplausos de todos los demás.