lxvi. CARTAS.

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RUDE

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RUDE.
( LIBRO DOS. )

DOS SEMANAS DESPUÉS:

—Esto pesa, pesa mucho. —Murmuró Jade con trabajo, alzó un poco la mirada para ver a Harry, quién sonreía ampliamente viéndola—. No estoy segura de esto —lo soltó y lo miró unos segundos, su novio soltó un suspiro.

—Pero ya me dijiste que lo haríamos, decídete, amor —sonó dulce, la pequeña castaña arrugó la nariz.

—Es que no estoy segura de esto, Hazz, ¿crees que mami y el señor Greg estén de acuerdo?

Poopey, es tu vida, puedes hacer lo que quieras con ella, ahora vamos a hacerlo —le guiñó un ojo para darle confianza, esta sonrió volviéndolo a tomar con sus delgados brazos y comenzó a caminar despacio, bajando las escaleras—. Ten cuidado —murmuró el rizado mientras sostenía la mayor parte del peso de la caja llena de cosas que a Jade no le gustaban de su habitación, la cuál para ella estaba bastante cambiada y ambos se encontraban organizando.

Cuando la caja ya se encontraba junto a la puerta principal —ya que luego se llevaría a un lugar de caridad, ya que Jade deseaba donar todas las cosas—, ambos regresaron a la habitación.

Jade cerró la puerta detrás de ella y miró al rizado mover su escritorio a un lado que ella le había indicado, quién traía una simple camiseta blanca que a causa de los nuevos músculos que tenía, le quedaba un poco apegada al cuerpo, y sin darse cuenta, se le había quedando mirando embobada.

Harry soltó una carcajada yendo a ella para luego abrazarla, esta salió de su trance al momento que la envolvió en sus brazos, de inmediato sus mejillas se encendieron a causa de la vergüenza que sintió—. He mejorado, ¿verdad? —la inocente Jade pataleó ante su burla, este se agachó un poco y besó sus labios, a lo que ella no se negó y le correspondió de inmediato.

Segundos después el rizado la cargó un poco y fue rápidamente a la cama, recostándose boca arriba con ella sobre su cuerpo, ambos se separaron por falta de aire y se quedaron mirando a los ojos, Harry apartó un mechón de cabello poniéndolo detrás de su oreja mientras sonreía sin mostrar los dientes—. Te amo —susurró en sus labios, la pequeña castaña se recostó a su lado, poniendo su cabeza sobre el brazo de él aún sin dejar de mirarlo.

Rozó sus narices tal cuál como él lo hacía antes de contestarle—. Yo te amo más —entrelazó sus manos con las suyas.

Cuando Harry iba a decir algo, la voz de Ed Sheeran lo interrumpió, con un gruñido, sacó el teléfono de su bolsillo trasero y vio la pantalla, era Niall, luego de rodar los ojos, contestó—. Si te fuiste a comer a Nando's solo otra vez y se te olvidó tu billetera, estoy ocupado —la risa de Jade lo hizo sonreír, escuchó la respiración temblorosa del rubio, lo que lo preocupó un poco.

—No, no es juego, me van a matar —su voz sonaba como si estuviera corriendo, lo que provocó que su corazón se acelerara.

Se sentó en la cama, confundiendo a Jade—. ¿De qué hablas? ¿Dónde estás? ¿Cómo que te van a matar? 

Niall jadeó—. Perrie, ayer hablé en la oficina de correspondencia ya que quería saber cuándo llegaban nuestras cartas de la universidad y pues era hoy —habló rápido, Harry bufó volviéndose a acostar luego de hacerle una seña a Jade para darle a entender de que no había pasado nada malo y esta se volviera a recostar junto a él—. Y hoy en la mañana fui a su casa y le quité la suya ya que quería ver las de todos antes de que ustedes la vieran, la de Perrie era la última casa que me faltaba además de la mía, así que ella fue a ver su buzón y al parecer ella sabía que hoy nos entregarían las cartas y pues, si, me vio y ahora estoy corriendo a mi casa, ¿estás ahí? Tengo la tu... —el rizado escuchó al otro lado de la línea un sonido como si Niall hubiera caído al suelo, por lo que una carcajada salió de sus labios—. Oh, cálla- ¡Perrie perdón, no me pegues, me equivoqué de casa, pensé que era la de Louis! —Harry reía sin parar, tanto que le dolía el estómago, y Jade reía también ya que la risa de su novio era contagiosa.

—¿Ya estás acá? Quiero ver si entré —sonó algo impaciente, su pregunta fue contestada al momento que Niall colgó y escuchó la puerta principal abrirse seguido de varias voces, ambos bajaron tomados de la mano encontrándose con los dos rubios discutiendo, y efectivamente, Niall tenía las cartas en sus manos—. Dame eso —con emoción le quitó los sobres y comenzó a buscar su nombre, sonrió al encontrar uno.

—Eh, espera, Harry —Niall se acercó a él y tomó otro de los sobres para luego dárselo, este lo miró confundido—. ¿Recuerdas que también enviaste la solicitud a Stanford? —el corazón del rizado se paralizó mientras asentía lentamente—. ¿Quieres que te diga? —preguntó el rubio al ver como Harry apenas podía abrir las cartas a causa del nerviosismo, ya que según lo que dijo de Stanford, algo llegó a su mente y lo había asustado, este asiente—. Tú... —suspiró viendo cortamente a su hermana, quién no comprendía casi la situación—. Fuiste aceptado en ambas.

Rude ⋆ Jarry (2)Where stories live. Discover now