EPÍLOGO.

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RUDE

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RUDE.
( LIBRO DOS. )

UN MES DESPUÉS:

El día más esperado por los estudiantes de preparatoria por fin llegó, el día en que ellos oficialmente estarían graduados y podrían ir a la universidad para estudiar la carrera que eligieron, ya tenían sus togas y birretes para su graduación, la cuál, era el día de hoy.

Harry jadeó al despertar, aún tenía unas inmensas ganas de seguir durmiendo, pero sentía que olvidaba algo.

Cuando ya estaba quedándose dormido nuevamente, la voz de Ed Sheeran lo despertó de golpe, estiró su mano hasta su mesa de noche y atendió sin ver el nombre de quién le llamaba, soltó un suspiro cansado—. ¿Hola? —dice.

—¡Harry! ¿Dónde estás? ¡Ya todos están sentados y veo tu asiento vacío, Edward! ¡Niall me dijo que cuando te fue a buscar no salías y se fue porque pensaba que ya te habías ido! —el rizado se levantó tan rápido al oír la voz enojada de su madre que se cayó de la cama—. ¡Harry!

—¡Mamá! Ya estoy llegando, sólo que cuando salí de casa olvidé desayunar y fui a comprarme algo —buscó en su closet un pantalón y se lo puso—. Ya sabes lo que dicen, el desayuno es la comida más importante de el día, ¿no? —sostuvo su teléfono con su hombro y cabeza mientras se apoyaba el pantalón.

—¡Pero debías estar allá una hora antes que nosotras! Por eso le dije a Gemma que no revisara tu cuarto por si no estabas, ya que pensé que te habías ido, ¿dónde estás?

—¿Dónde estás tú? —pronunció con trabajo mientras se ponía una camiseta blanca y corría a ponerse sus converse —tuvo que prometerles a todos que no se pondría sus botas—.

—¡Ya empezó el acto! Tienes suerte que es al aire libre y no te notarás mucho al llegar, ¡apresúrate! Ya estoy con Gemma sentada en las gradas.

—Bien, bien, ya estoy entrando, debo colgar —se puso el birrete ya con la toga puesta, escuchó como su madre suspiraba a la par que él corría escaleras abajo.

—Te amo, cielo —Harry jadeó tomando una banana de la cocina para luego correr hasta la puerta, cerrar e irse.

—Yo igual, mamá —colgó.

Miró a sus lados, ¿cómo llegaré tan rápido si mamá se llevó su auto? En estos momentos odio a Gemma por haber descompuesto el auto de mamá, también por haber vendido su auto para comprarse otro que ni siquiera ha comprado.

Su vista se posó en el muchacho en bicicleta que repartía los periódicos diariamente, corrió hacia él luego de que este lanzara el periódico a su entrada—. ¡Tú, tú, niño! —Lo llamó mientras lo perseguía, este se volteó algo confundido y paró, el rizado se acercó a él—. Necesito tu bicicleta —el muchcacho iba a protestar—. ¡Por favor! Vivo aquí —señaló su casa—. Mañana ven y te la devolveré, pero enserio la necesito, por favor.

—Y me darás doscientos dólares —Harry gruñó mientras asentía, el chico se bajó de la bicicleta y tomó los periódicos que estaban en la canasta para seguir repariéndolos, el rizado se montó en la bicicleta dejando su birrete en la canasta y aceleró dirigiéndose lo más rápido que sus piernas le permitían hasta la escuela.

Cuando ya estaba a unas cuadras, se encontraba completamente cansado.

Jadeó mientras trataba de acelerar más su pedalear, de pronto, Don't de Ed Sheeran, comenzó a sonar desde el bolsillo izquierdo de su pantalón, gruñó—. Siempre en los momentos no indicados, Sheeran. —Sacó su teléfono tambaleandoce en la bicicleta, pero por suerte pudo seguir manejando con su mano izquierda y su codo derecho, hizo una mueca al leer el nombre y contestó—. Hola, voy un poco tarde, estoy atascado en el tráfico.

—¿Dónde estás? Ya empezamos, Hazz —escuchó la voz de su dulce Jade preocupada, arrugó la nariz al ver que aún estaba a tres cuadras.

—Calle cincuenta, calle cincuenta y uno, calle cincuenta y dos —habló rápido—. En cinco minutos, pan comido —habló con trabajo.

—¿Te quedaste dormido? —Harry se quedó callado—. Harry — el rizado comenzó a balbucear—. Harry —habló algo seria, aveces él pensaba que la Jade ruda sigue viviendo en ella—. ¡Voy a dar mi discurso y no estarás ahí!

—No, no me quedé dormido —su tono de voz no sonó convincente—. Estaré ahí, lo prometo —colgó.

Harry puso el teléfono rápidamente entre sus labios y cruzó en la entrada de la escuela, para por fin graduarse y casi comenzar una vida con su verdadero amor.

Rude ⋆ Jarry (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora