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RUDE. ( LIBRO DOS. )
Habían pasado casi dos horas desde que Perrie había entrado a la pequeña biblioteca que la cafetería ofrecía para tener un pequeño espacio de silencio, ya que todo el lugar era alegre y lleno de personas con música para pasar el rato. Se encontraba hablando con Harry por mensajes, ya que el rizado le preguntaba cómo Jade había reaccionado, pero Perrie lamentablemente tuvo que decirle que ella no pudo decírselo con Louis y los demás.
—Pezzy. —La rubia desvió la mirada golpe de su teléfono al escuchar como alguien la llamaba, su corazón se rompió al ver a Jade parada en la puerta ya cerrada detrás de ella con las mejillas empapadas y sus ojos hundidos en lágrimas. Se levantó del sofá de inmediato y corrió hasta ella al momento que la azulada abrió sus brazos con su labio inferior temblando.
La abrazó con fuerza mientras ella lloraba con intensidad, soltó un suspiro—. Oh, Jadey, esta todo bien, tranquila —siseó en un intento de calmarla, se dirigieron al sofá en donde ella estaba sentada y se sentaron, por suerte el lugar estaba solo.
Jade la miró en llanto—. Perdón por haberte ignorado todo ese tiempo —moqueó—. Lo lamento, de verdad —Perrie negó con una pequeña sonrisa apartando el cabello de Jade de su rostro.
—No, esta bien, ¿si? —la abrazó nuevamente—. Ya todo esta bien, estamos todos juntos y ya estas con nosotros, no llores, ¿si? ¿Ya estas bien? —se alejó un poco para preguntarle a la azulada, quien aún lloraba en silencio, pero por lo menos ya estaba más calmada. Esta asintió—. Bien, antes de contarte todo —tragó—. Quiero saber si... Estas enojada con Harry —la preocupación la invadió al verla desviar su mirada, aún en un silencioso llanto.
—No lo sé, creo que debo pensarlo, todo es muy confuso ahora —habló frágil, con algo de inseguridad en su voz.
Eso logró aliviar a Perrie lo suficiente para seguir—. Bien, ahora, creo que es tiempo para que sepas lo que en realidad pasó con... —su voz se quebró, y eso que ni siquiera había comenzado a contarle.
Jade frunció el ceño—. ¿Zayn?
La rubia tragó gordo mientras asentía-. Si, Zayn, él... —habló rápido conectando sus miradas.
Los ojos castaños de ella la miraban con confusión, mientras que los azulados de la rubia eran llenos de miedo, por la reacción que podría tener Jade.
Suspiró—. Él... Él murió, Jade —apretó sus labios intentando no llorar, preparándose para el llanto de Jade, pero pasaron varios segundos y la chica de pelo azul miraba el suelo sin expresión, lo que comenzó a asustarla—. ¿Jadey? —la llamó, pero no obtuvo respuesta alguna, cuando iba a llamarla nuevamente, esta habló.
—Yo... —balbuceó volteándola a ver, sus lágrimas ya estaban secas en sus mejillas y no caía una nueva, lo que confundía completamente a Perrie—. Yo, yo no lo sé —susurró con la frente arrugada—. ¿Él... Él murió? —la rubia asintió retirando una lágrima que había caído sin darse cuenta—. Pero, ¿cómo? —el tono que usó fue extrañado, confundido, como el que usas cuando apenas te levantas y estas desorientada, así se sentía Jade en ese momento, ella estaba en otro año mientras que los demás le hablan de cosas que se supone que ella ya ha vivido, cuando no recordaba haberlo hecho.
Perrie entre silenciosas lágrimas comenzó a contarle todo, mientras que esta intentaba prestarle atención, en su cabeza todo era un desastre, un desastre que era casi imposible ordenar, y solo una persona podría hacerlo.
