LUJURIA - (Ya en librerías)

By EvaMuozBenitez

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El mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latent... More

YA EN LIBRERÍAS
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CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPITULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPITULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
EL LEGADO PREVALECE.
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 37 II
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
CAPÍTULO 61
CAPITULO 62
JAQUE MATE
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPÍTULO 65
CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 67
QUERIDA RACHEL.
CAPÍTULO 68
MINISTRO
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPÍTULO 75
EN OTRO LADO
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
OPERACION RESCATE
CAPÍTULO 81
CAPÍTULO 82
GOODBYE.
CAPÍTULO 83
CAPÍTULO 84
CAPÍTULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
KARMA PARTE 2
KARMA PARTE 3
Extra: Felices fiestas.
CAPITULO 88
CAPITULO 89
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
EPILOGO

¡NO ES UN CAPITULO, ES UN EXTRA!

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By EvaMuozBenitez

«Capitulo extra el cual estará  por cierto tiempo. NO ES OBLIGACION LEERLO»

Dudillas.

Tyler.

Las polacas atraen, al menos las pocas que he visto rondando cada que salgo a asegurarme de que el perímetro sea seguro. Es poco el reposo que tenemos y echo a andar a la propiedad resguardada cuando Dalton me indica que regrese.

—Parte sin novedad —le indico a Ivan que viene a reemplazarme.

Llevamos cuatro semanas aquí y la casa huele más a tensión que a otra cosa. El capitán Linguini está en la sala trabajando con tres computadoras al mismo tiempo mientras su esposa lo asiste, ambos con una cara que no se les ha quitado desde que llegamos.

No sé dónde está el resto de la Élite que se escapó, pero los vi salir esta mañana sin Stefan, él está recogiendo leña afuera.

—Ve a revisar la cámara treinta y nueve —vuelve a pedir Dalton en el sistema de comunicación—, ya que pierde resolución cada cuatro minutos.

Busco el destornillador y realizo el conteo mental queriendo ubicarla y eso me hace subir la escalera, «Es la habitación de los mellizos». Make está vigilando la puerta abriéndome para que siga.

—Espera que yo vuelva para irte —indica.

Le digo que vaya tranquilo. Hay dos incubadoras, pero una está desocupada. El pediatra de neonatos ha de estar con la teniente James y tomo la banqueta para revisar la cámara. Es un problema pequeño que soluciono rápido.

—Solucionado —me digo a mi mismo antes de bajar.

Desde mi punto veo como una manito se mueve y me carcome la curiosidad de que al fin conoceré a los mini millonarios. «El coronel se cree tanto que no ha tenido la amabilidad de presentarlos» y la teniente James como que se le está pegando lo mismo, ya que tampoco los muestra. Le echo un vistazo a la puerta y sigo caminando hacia la incubadora.

Los aparatos empiezan a notarse y uno tiene más que el otro. Las cabecitas aparecen y me acerco más.

—Hola criaturitas —doy un paso más y ambos se ponen a llorar al mismo tiempo haciendo que dé un paso atrás con el que tiene las sondas en la nariz.

¿Qué Diablos...? Lo primero que hago es persignarme sin poder dejar de mirar estático, ¿Cómo carajos? La piel se me eriza, su llanto no cesa y... Eso no es de Dios...

—¡¿Qué mierdas haces aquí?! —entra el coronel enfurecido— ¡Fuera!

Lo hago mirándolo antes de marcharme y él actúa como si no tuviera lo que tiene en esa incubadora. «Necesito un maldito té y por ello bajo a la cocina a prepararlo», parece que hubiese estado en la cuna de Judas, de la bestia, del anticristo.... Dios, no puedo...

—¿Estás bien? —preguntan en la barra y no noté que había alguien.

«Death». Apoyo los codos en la estructura acercándome para que no me escuchen afuera.

—¿Me creerías si te digo que le tengo miedo a un niño de un mes de nacido? —inquiero— Porque lo tengo.

—Se nota —contesta y noto que tiene los ojos verdes— ¿Quieres contarme?

Sacudo la cabeza buscando una taza. El maldito del coronel me pateara el culo si sabe que ando diciendo lo raro que es su hijo.

—Es hijo de la teniente James, sobrino de la hermosa Emma —no lo asimilo—. No puedo creer... Mejor me callo antes de que el coronel me pegue un tiro.

Me siento en el banquillo de la barra y él se acerca corriendo la caja de té para darme una cerveza que recibo mientras me da varias palmadas en la espalda.

—Es que si lo hubieses visto...

—Crecí en el Mortal Cage —me destapa la cerveza—. Nada me sorprende...

—Pero ese niño sí lo va a hacer —lo encuello sintiendo el roce de sus músculos bajo mis nudillos— ¡Demonios! No creo que pueda dormir esta noche.

Tiene pestañas rizadas y lo suelto cuando capto que estoy demasiado cerca para notar eso.

—Iré a ver si Dalton necesita algo —me bajo del banquillo—. Gracias por el aliento.

—Cuando quieras.

Procuro serenarme, el resto de la Élite está llegando y el coronel actúa como si nada reuniéndose con ellos quienes le informan cómo están las cosas. Discuten entre ellos y me pregunto si es que el coronel se hace el idiota actuando como si no tuviera lo que tiene arriba.

No me toca guardia en la noche y reviso el móvil en busca de una distracción, sin embargo, no puedo usarlo para casos que no sean extremadamente necesarios. No quiero evocar lo de la incubadora, así que termino viendo la televisión hasta que me quedo dormido.

Es lo único que hacemos aquí; dormir, trabajar y estar a la defensiva.

—Te toca el desayuno —me avisa Ivan.

Duchado bajo a la tarea saludando a Stefan que está aseando, «Vive al pendiente de eso». Trae provisiones, recoge la basura, busca leña y asiste a la Élite en lo que se requiera sin dejar de mantener la casa en condiciones aptas.

Estamos tomando fuerzas y por eso todo el mundo está trabajando todo el tiempo, a excepción de la teniente James que hasta ahora no baja ni por equivocación, solo pasa de su alcoba a la de los mellizos.

—Gracias —me agradece Death cuando le dejo el desayuno y le rozo el codo con el hombro cuando voy a servirle a Dalton.

—De nada.

La guardia se encuentra en una situación difícil, estamos en el derecho de irnos, pero yo, en lo personal, le tengo más fidelidad al coronel que a la viceministra. Make también, Ivan no sé, Dalton... semanas antes ya estaba pensando en tomar otro puesto fuera de la guardia, el cual supongo que pospuso por lo sucedido.

En si tenemos la esperanza de que el hijo del ex ministro recupere el poder.

Death recibe órdenes del coronel como si fuera un subalterno del ejército y me pregunto, ¿Por qué es su trapo como todos? Si se supone que está a cargo del Mortal Cage norteamericano hace años, «Eso es una muy buena posición en el mundo criminal». Sin embargo, el coronel lo manda.

La guardia se retira y él es el único que me ayuda a recoger la loza.

—Te luce el mandril —dice y me río con la broma.

Se va y sigo sonriendo hasta que noto que Stefan me está mirando.

—No gastes dinero en camisas caras —me molesta—. Invierte en un buen mandril que eso enloquece a las mujeres porque nos vemos sexys.

—Anotado.

Acabo de limpiar tomando mi turno que empieza a las seis y Death se va convirtiéndose en un buen colega en los días siguientes. Coincidimos en los mismos sitios, me trae bebida cuando estoy en guardia, me explica como funciona el Mortal Cage y yo le muestro foto de las cadetes de la FEMF que le podría presentar si estuviéramos en Londres.

—Se ven interesantes —se empina su bebida.

—Lo son.

—¿Tienes pareja? —me pregunta.

—Nee, han sido malos tiempos para este soldado...

Tenemos una amiga en común y es Emma James, pero suele cambiar de tema cuando le hablo de ella y en ocasiones aparta la cara como si le afectara.

—¿Te atrae? —pregunto con la curiosidad de que de pronto sean celos— Si es así disculpa... Somos amigos... A mi me gustaría algo más, pero...

—Descuida, ella es una mejor amiga la cual veo como una hermana pequeña —comenta apagado—. La echo de menos, eso es todo.

Asiento. Yo también le tengo mucho cariño, porque es de esas chicas cool que no se complican para nada, aparte de que te hace reír todo el tiempo enviandote memes, te llama a saber como va tu día y recomienda películas que son muy buenas.

Damos una vuelta de guardia juntos mientras le voy dando informe a Dalton, pero mientras hablo por el radio no sé porque miro al hombre que tengo al lado, «Se ve fuerte» y es agradable.

Cruza miradas conmigo y soy el primero en desviar la vista cuando siento que me sonrojo, creo que los efectos secundarios de haber visto a ese niño me están afectando.

—Te veo mañana —me pega con el puño cerrado en el brazo antes de irse y la sensación se me queda al punto de que me hace voltear a ver dónde se fue.

«Le luce la ropa semi ajustada» ¿Que me pasa?

Vuelvo a mis cosas con la incertidumbre en la cabeza... O sea, no soy machista, todos los hombres sabemos cuando otro es apuesto y se le ve bien algo.

El coronel es apuesto, Dalton, el capitán Linguini... es obvio, por eso tienen esposas como la teniente James y la teniente Johnson. Es normal reconocerlo.

Ayudo en lo que puedo mientras unos ven noticias anotando todo, en tanto otros no dejan de trabajar.

En la oficina improvisada de la segunda planta observo al coronel de cabello negro y ojos grises que parecen de acero. Mire como lo mire no deja de verse como un verdadero macho el cual no ha de fijarse en el atractivo del mismo sexo.

¿O si? Todos lo hemos hecho.

—Activa el cerebro y tráeme las malditas carpetas.

Pide en un tono arrogante y se las alcanzo viendo cómo clasifica información en nanosegundos apartando lo que sirve y lo que no. Me vuelvo a acordar de Death con la misma incertidumbre y no me aguanto las ganas de preguntar.

—¿Alguna vez le ha parecido atractivo un hombre?

—Todos los días cada que me miro en el puto espejo veo un hombre muy atractivo y noto que... Oh sorpresa ... Estoy perdidamente enamorado de mí —contesta en un tono sarcástico y cortante dejando caer los papeles en la mesa— ¿Crees que es el momento de hacerme preguntas existenciales sabiendo que estoy siendo perseguido por medio planeta?

—No señor.

—Entonces andate a ocupar el tiempo en algo que sirva, pedazo de inútil.

Me pierdo sacudiendo la cabeza «¿Qué bobadas estoy pensando?» Paso por la puerta de los mellizos y aprieto más el paso, «Estoy traumado, poseído o algo he de tener».

Presto guardia en la noche viendo las fotos de las cadetes y las que me tomé con Emma. En la ronda que le doy a la casa me enfoco en las bellezas femeninas que me rodean; la teniente Klein con su despampanante cuerpo, la teniente Franco con la piel caribeña y la teniente Johnson con su personalidad arrolladora.

«Si, son sexys», definitivamente me gustan las mujeres. Respiro hondo burlándome de las tonterías que estaba pensando.

El nuevo día resulta frío y me topo con el integrante del Mortal Cage en la mañana. No lo enfoco mucho para no andar con alucinaciones post traumáticas.

—¿Bebida? —me ofrece él cuando termino de guardar la leña con Stefan.

—No tengo sed, pero gracias —troto arriba y Gelcem sí se la recibe alegando que muere de sed.

«No soy así ». Me surgen las ganas de pedirle una disculpa, pero... Se mete las manos en la chaqueta yéndose a otro lado.

En la noche vuelvo a tener el turno de vigilancia con Ivan, «A las afueras». Hace poco dejó de nevar, el frío no se va ni con los guantes de lana y con una lata armamos una pequeña fogata. Doblo las rodillas colocando las palmas por un par de minutos mientras tenemos la típica charla hetero de relaciones pasadas y mujeres despampanantes.

—Lo malo de todo esto es que mi cerebrito ahora está sola en Londres.

Comenta Ivan y yo le hablo del beso que me di con Emma cuando me pregunta qué tal la pasamos en la cita que tuvimos.

—Cuando vuelva, asegurala —sugiere y asiento—. La llevas a cenar, luego a un hotel y... ¡Cabum! Novia con buen apellido, tú con ella, yo con Sam...

—Me gusta como piensas —me pongo en pie sacudiendo los guantes—. Daré una vuelta y ya regreso...

Camino por la orilla de la casa dando la vuelta con la linterna en la mano y noto que Death también está en el recorrido nocturno. Soy el que primero mueve la cabeza en señal de saludo mientras pienso en la disculpa.

—Parece que estuviéramos en un refrigerador —comento y el que mueva la cabeza en señal de afirmación hace que me vuelva a parecer atractivo.

«Ese niño del demonio».

—Discúlpame por lo de la bebida...

—No pasa nada, solo no tenías sed —comenta relajado.

—Si tenía sed —confieso y no sé porque me pongo nervioso. Miro mis agujetas y él me dice que me relaje acercándose más.

—Tienes nieve en la chaqueta —sacude mi hombro con delicadeza y vuelvo a tener calor en la cara.

«Qué pena». Su cercanía es grata y no tiene porque ser grata, ni su cercanía ni el que toque mi mentón. Me quedo quieto reparando las pestañas rizadas cuando acorta más el espacio y empiezo a pensar en mujeres bonitas, «Emma, la teniente James, la teniente, Kleint, la teniente franco...»

La proximidad de sus labios deja mi mente en blanco cuando la mano que estaba en mi hombro se traslada a mi espalda subiendo y bajando mientras me... ¿Besa?

Si, me está besando como si fuera una mujer...

Siento el roce de su lengua, el tacto de las manos fuertes y la bragueta que está contra mí... Aparto la cara para mirar atrás y vuelvo a su boca confundido dejando que me recueste contra la casa en tanto sus labios se pasean por la línea de mi mandíbula.

—Tranquilo —toca el bulto que se ha formado en mi pantalón y sigo sin entenderme, sin hallarme, pero sumido en sus labios rozándole los dedos en el antebrazo dudoso de si tocarlo o no...

—Oye, no sé... —me trago la saliva que tengo en la boca y él se aparta de inmediato mostrándome las manos— Es mejor... charlar... o trabajar...

Intento irme y me sujeta la chaqueta.

—Dialogar. Está bien —pide—... si te apetece.

Miro los árboles que están frente a nosotros y dejo que me siga cuando me encaminó a ellos preguntándome porqué quiero volver a sentir el calor de su boca.  





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¡Cuiden la traducción! De fans para fans. Traducción sin fines de lucro. *Todos los créditos van para YM*