POR SIEMPRE TUYA (CACHÉ)

By Sisset_

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Imagina encontrar al amor de tu vida y que ese alguien ya haya encontrado al amor de su vida en alguien más q... More

Prólogo
Primer día
Poshé
Sofía
Bar
Netflix
¿Chica nueva?
Cena
Taxi
Copas de vino
Irresistible
Despedida
Videollamada
Noches
Novia perfecta
Cita
Tensión
Pijamada
Bésame
Consejo
Abisambra
Colombia
Samantha
Ramón
Alfombra
Cena's
Café
Sorpresa
Historias
Concierto privado
Ciega de amor
Novia
Los Ángeles
Suposiciones
Bienvenida Poché
Dos mujeres
Cartagena
Bebida naranja
Fiesta hawaiana
Regreso
Juego de gemelas
Girasoles
Inseguridades
"M" y "D"
Novia falsa
Película
Frida
Cáncer
Azul
Love Me Like You Do
Mafer...
Velorio
Constructoras G.G
Cita doble
Hospital
Vino tinto
Alex
Vail
Eres mi lugar
Disney
Matrimonio
Alfombra
Entrenadora
Jade
Chica
Reputación
Ropa interior
Princesa Disney
Inauguración
"D"
POR SIEMPRE TUYA

Habitación

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By Sisset_

POV Poché

El trabajo me estaba matando.

Estas dos semanas me la había pasado estudiando, en llamadas y en juntas online con el productor y director de la película.

Las ideas que tenían para mi primer papel protagónico me habían envuelto totalmente, la secuencia que llevaría la historia era muy interesante, a mi en lo particular me había atrapado todo el proyecto desde la propuesta que me había hecho Manuela, por lo tanto, toda mi atención estaba en ese proyecto.

Bueno, casi toda mi atención.

Porque todo el maldito tiempo, Daniela Calle estaba en mi mente.

Aunque también había ocupado parte de mi tiempo en clases de manejo que me estaba proporcionando la producción de la película, ya que era casi obligatorio que yo aprendiera a conducir mínimo lo básico, por algunas escenas que tenían que ser grabadas en un auto andando, lo cual significaba peligro para mi y para las personas que grabarían conmigo dichas escenas.

En pocas palabras había sido un plus y un dos por uno, ya que pronto tenía pensado comprar el auto en el que me desplazaría con Daniela sin la incomodidad de andar tomando taxis y taxis.

─Espera Poché.─Samantha dijo mi nombre al otro lado de la pantalla llamando nuevamente mi atención.─Tengo un problema, ¿Puedes ayudarme?─levanté las cejas y sonreí inclinándome hacia adelante, apoyándome en los codos.

─Claro, puedo ayudarte Sam, ¿Qué necesitas linda?─respondí coqueta alzando las cejas en espera de su problema.

Estas videollamadas eran de casi todos los días y todo gracias a que claramente ella estaba en México y yo en Colombia, por lo que no podíamos mantener el contacto físico hasta mañana que llegáramos a LA.

─No entiendo muy bien lo que quiere decir en la línea 26.─dijo buscando en las hojas de su libreto. Busqué dicha línea de la misma hoja que estábamos repasando.─No entiendo lo que pretendes tú, diciéndome eso.─asentí pensando un momento.

─Bueno, según Ricardo y según lo que entiendo, yo lo que quiero es que tu entiendas que no voy a estar para siempre, que las cosas van en serio y que no puedo seguir con la incertidumbre de creer que en cualquier momento te vas a ir con la otra persona, ¿Me entiendes?─contesté recordando lo que yo había entendido gracias a Ricardo nuestro guionista. Recuerdo que yo tuve la misma duda que ella la primera vez que leí esa parte.

Samantha asintió con la cabeza entendiendo mi punto, me preguntó otras cosas más y yo a ella hasta que llegó la hora de correr. Pronto llegaría mi futura novia y yo debía estar lista para ella.

Me ponía demasiado feliz y emocionada todo lo que tenía planeado para ella hoy, aunque para ser sincera también me aterraba, pero correría el riesgo de irme a toda con ella.

Por eso, mis planes para este día era llevarla a comer a mi restaurante italiano favorito, hacer una parada en unos postres veganos que sabía que le encantarían, ir a la fuente más grande de todo Bogotá y pedir un deseo y finalmente llegar al cerro de Monserrate donde con toda esa linda vista yo le hiciera la pregunta.

Estaba más que segura en quererlo todo con ella, en ser solo de ella, en estar solo para ella y para eso estaba decidida a pedirle en ese lugar al final de nuestra cita que fuera mi novia.

Y debía ser sincera como siempre lo he sido con ella, le hablaría de mis miedos, le pediría un tiempo para poder aprender y adaptarme con su ayuda para ser la novia perfecta para ella.

Todo esto que me ponía a pensar mientras me cambiaba, maquillaba y perfumaba, me hacían recordar la única vez que estuve a punto de formalizar con una chica. Era lo más cercano a una relación que había tenido con alguien a solo 19 años de edad.

Pero como siempre, algo se interpuso en mi camino que terminó jodiendolo todo, me generó miedo y me hizo preferir el camino que estaba llevando hasta antes de conocer a Calle.

Flashback on

Era jueves por la mañana, estaba esperando la llegada de Andrea, la chica que me hizo salir de tanta mierda, perder miedos y sobre todo que me ayudó a aceptarme a mi misma.

─¿Por qué no llega? ¿Por qué...─llevaba preguntando para mi misma aquello moviendo mi pierna impaciente por verla, hoy tendríamos una fiesta escolar en casa de un chico de nuestro grupo, por lo que me había invitado a pasar la tarde en su casa para en la noche correr a dicho lugar.

─Tranquila Poché, pronto llegará tu noviecita.─mi amigo Edward empezó a molestarme detrás de mi.

─Cállate que no es mi novia.─golpeé su hombro, pronto pude ver su silueta como siempre hermosa entrando por aquella puerta del aula.

─Hola cariño, ¿Cómo estás?─me saludó Andrea con un beso en la mejilla que tanto hubiera querido que cayera en mis labios. Se sentó a mi lado y mi corazón se aceleró. Nuestras butacas eran individuales, pero siempre quería tenerla un poco más cerca de mi.

─¿Cariño?─pregunté con media sonrisa, me estaba limitando a sonreír.─Estoy bien, más que ansiosa por la fiesta de esta noche.─tomé su mano y ella apretó la mía haciendo el mismo chillido de emoción que yo.

Terminando la jornada de las clases seguidas con un receso de media hora, caminamos de vuelta a su casa, el camino no era muy largo, pero si lo suficiente para sentir mucho calor y cansancio en las piernas y no ese cansancio que me hubiera gustado sentir por primera vez.

─Oye, ¿Y tu mamá?─pregunté dejando mis cosas en el sofá de la sala extrañada por no verla recibiéndonos.

─Fue a ver a mi abuela, ella vive...─iba a responder, pero la interrumpí antes de eso.

─Si, en la calle 23, lo sé bonita.─dije frente a ella con una sonrisa, acaricié su mejilla y mi subconsciente comenzó a delatarme.─Que bien que no está aquí...─susurré de forma coqueta sin dejar de tocar su rostro. Abrí los ojos al reaccionar por lo que había dicho segundos después con una sonrisita burlona de parte de Andrea.─Digo me refiero a que...─

─Entiendo lo que quieres decir, pero no quieres decir a la vez Poché.─exclamó con las mejillas coloradas igual que yo seguramente.

─¿Sí? ¿Qué cosa?─pregunté nerviosa retándola a que me respondiera su supuesto, Andrea elevó una sonrisa pícara, tomó mis hombros, me acercó a ella y susurró.

─¿Quieres que te lo explique con palabras o con acciones?─fue lo último que dijo la chica antes de lanzarse a mis labios, aventarme al sofá y subirse a mi regazo.

Flashback off

Esa fue la primera vez que tuve relaciones sexuales con una chica y después de aquello, nada resultó bien pensando en una relación, solo resultó de maravilla el sexo que teníamos.

Y el miedo que me generó fue justo en el momento exacto que me propuso ser su novia, la verdad no estaba segura de formalizar algo con ella después de conocer lo maravilloso que era acostarse con alguien sin compromiso alguno, porque claramente no solo me había acostado con ella después de esa primera vez y también sabía que ella tampoco era una blanca palomita.

Después de ese rechazo que tuve hacia ella y su propuesta, no había pensado en nada sobre eso más que en cuentos pasajeros, noches, entre otras cosas que no tenían mucha importancia.

Cuando terminé de arreglarme, maquillarme y perfumarme me senté junto con Ramón en la sala del departamento, tenía acondicionado con incienso que aromatizara todo el lugar.

Sinceramente quería que todo quedara más que perfecto.

Mierda, me sentía tan estúpida.

Creo que realmente estaba enamorada de Daniela Calle.

Decidí evadir mis pensamientos jugando un momento con Ramón, quien tenía su peluche de mico favorito entre los dientes, yo solo lo lanzaba o lo agarraba con la boca también intentando no dañarme tanto el lápiz labial rojo. Faltaban menos de cinco minutos aproximadamente para que Daniela llegara a la hora acordada esta mañana.

Pronto escuché el sonido del citófono sonar, era ella, había llegado y mi ropa ya estaba llena de pequeños pelitos de mi pequeño hijo perruno.

Me sacudí un poco la ropa y con grandes ladridos de mi hijo por el sonido, me paré a apretar el botón dándole el acceso a mi departamento con ayuda del portero.

─Ya sabes, ella no necesita entrada.─hablé dejando presionado dicho botón.─Déjala pasar Miguel, por favor.─el portero respondió un simple "entendido señorita" y pocos segundos después el "toc toc" de mi puerta se hizo presente.

─Hola mi amor, te extrañ...─estaba diciendo aproximándome a sus labios cuando me detuvo la estatura, la cara, el cuerpo y el perfume de dicha chica.─Espera, ¿Qué haces aquí?─dije reaccionando, apartándome de mi entrenadora quien estaba un poco sudorosa, seguramente venia regresando de correr como acostumbraba.

─Tú me dejaste pasar, ¿No dijiste que yo no necesitaba entrada?─respondió con sarcasmo empujando mi cuerpo ligeramente permitiéndose la entrada a mi departamento. Me quedé parada observando sus movimientos, se adentró a mi cocina, tomó una botella de agua y comenzó a beber de ella.

─No puedes estar aquí.─me acerqué a ella tomándola del brazo.─Si Calle te ve aquí dentro juro que te mata y me mata después a mi.─soltó una carcajada soltándose de mi agarre.

─Realmente eso me tiene sin cuidado linda.─continuó diciendo en burla tomando asiento cómodamente en mi sofá más grande, se recostó y miró al techo.

Yo no podía creer la libertad con la que se movía aquí dentro sin mi permiso, ni siquiera Calle se movía con tanta facilidad y libertad por pena seguramente.

─En verdad, necesito que te vayas o dime que necesitas para irte.─exclamé volviéndome a acercar a ella, Alejandra cerró los ojos y suspiró.

─Perdón, necesitaba hidratarme un poco.─se disculpó sobando sus cienes.─Mientras corría por aquí comencé a sentir la presión baja y bueno, no quería desmayarme en la calle.─apreté los labios, ahora entendía todo.

─Entiendo, ¿Te sientes mejor? ¿Necesitas alguna pastilla? ¿Azúcar?─pregunté sin quitar mis ojos de ella. Alejandra abrió un solo ojo y sonrió volviendo a cerrar ambos ojos.

─No, creo que ya me siento mejor, solo necesito un poco más de descanso si no te molesta.─contestó haciéndome bufar mirando el reloj que adornaba mi muñeca.

─Pfff, está bien.─me di por vencida esperando a que Daniela llegara un poco más tarde.

Tal y como lo había querido, Calle ya había tardado un poco más de una hora en llegar, pero no esperaba que tardara tanto, su celular estaba apagado, pero ya me había mandado un mensaje hace un rato diciéndome que ya casi venía a mi departamento. Comencé a preocuparme, por lo que me decidí a yo sorprenderla y no perder tanto tiempo en mi departamento. No quería que perdiéramos la reservación en la serie de restaurantes que visitaríamos.

─Voy a casa de Daniela, si quieres te llevo a tu departamento.─le dije a Alejandra después de pasar un rato algo incomodo sola con ella. Tomé mis llaves, mi celular, mis tarjetas de crédito, le di un besito de despedida a Ramoncito y sin decir más, en el auto que me habían prestado puse en practica mis clases de manejo, sentía muchos nervios por el tráfico, la gente pasando y ahora la tormenta que estaba comenzando a caer jodiendo mi día soleado hermoso. Llegamos al departamento de mi ex entrenadora que conocía a la perfección.

Alejandra como siempre me invitó a pasar de una forma seductora como de costumbre, susurrando cerca de mi oreja dichas palabras casi subiéndose en mi regazo sobre el asiento. Tragué saliva varias veces, pero mi fuerza de voluntad siempre fue más fuerte, al igual que el respeto que tenía por Calle.

Conduje rápidamente al hogar de la familia Calle, mi chica seguía sin responder a mis llamadas. No sabia si algo malo le había pasado, pero eso lo descubriría de una u otra forma. Quizá un accidente o...No quería pensar tan mal, pero hasta la posibilidad de algún secuestro no me parecía una idea tan descabellada.

Cuando llegué pude percatarme que seguramente nadie estaba en la casa, puesto que toqué varias veces el timbre y nadie respondía al llamado, giré la perilla de la puerta y esta si estaba sin seguro, estaba abierta.

─¿Señor Calle? ¿Mafer?─empecé a decir con incertidumbre. No había rastros de nadie, solo el abrigo de Daniela colgado en el perchero de la sala.

Definitivamente algo le había pasado a ella o a sus papás.

Me adentré un poco más a la casa, pasé a cada rincón de la casa, no quería parecer chismosa o algo, pero estaba un tanto desesperada por saber si algo había pasado, esperaba encontrar algo que me llevara a ese resultado.

─Juancho, no se que pasó con Calle y sus padres...─empecé a decir llamando a mi mejor amigo, entré al baño y todo estaba en orden, entré a la habitación de sus padres y todo estaba en orden.─Estoy en su casa, pero...─seguí diciendo hasta que algo que llamó mi atención detuvo mis palabras al momento de abrir la puerta de la habitación de Daniela.

Ahí estaba ella completamente desnuda con Sofía sobre ella teniendo sexo.

~~~

No tengo nada más que decir por ahora solo...No me asesinen please. 😰

Mejor me voy, hasta el otro lunes, chau.

Twitter: @Sisset_
Tiktok: @Sisset_
Instagram: sharisrod

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