Capítulo 6

2.8K 321 38
                                    

ANASTASIA.

Estamos de regreso al escala y aunque estoy asustada, nerviosa, debo poner todo de mi parte para estar tranquila,  por Christian y por mí, mi pobre niño está muy asustado, sé que estos días estará muy ansioso.

Mi celular anuncia una llamada entrante. Lo saco inmediatamente de mi bolso.

— Es Kate— le digo a Christian mirando el identificador.— Debe estar preocupada por mi.

— Contéstale, haré una llamada e inmediatamente estoy contigo—

— Vale.

Christian desaparece hacia su despacho.

— Kate— digo respondiendo.

— ¡¿Estás con Christian?! Se reconciliaron ¿Verdad?— Dice entusiasmada

— Buenos días Kate, si... Estoy con Christian... Pasé la noche con él, disculpa por no avisarte que no llegaría a casa.

— ¡Lo sabía! ¿Está todo bien?— Podría estar mejor, pero no te diré nada por ahora, no quiero preocuparte.

— Todo está bien.

— ¿Me dirás por qué te habías alejado de él?— No.

— Por ahora no.— Le digo

La escucho soltar un suspiro.

— Me alegra saber que estás bien y estás con Christian—

— Gracias.

— ¿Vendrás a casa?

— Mmm, no lo sé— debo estudiar para mis exámenes finales, pero deseo quedarme con Christian.

— Supongo que quieres quedarte en brazos de tu galán ¿O me equivoco?— Añade con tono burlón

— No te equivocas.

     ***

Estoy en la cama, tumbada boca arriba debajo de Christian, él se mueve rápidamente, entra y sale de mi...  una y otra vez, frenético, primitivo, desesperado. Yo, antes de perderme en ese ritmo loco que ha establecido, me pregunto por qué está tan desesperado, y tengo la respuesta de inmediato, está preocupado por mi. Quiero decirle que todo estará bien pero mi cuerpo toma el control y ahoga el pensamiento, acelerando y aumentando las sensaciones hasta que me inundan y voy al encuentro de cada embestida, disfrutado de tenerlo dentro de mi.

Escucho su respiración difícil, trabajosa y feroz junto a mi oreja. Sé que está perdido en mí. Gimo en voz alta y jadeo. No puedo seguir aguantando, estoy llegando… llegando… y él me está llevando más allá, abrumándome, arrastrándome con él. Esto es lo que quiero. Lo amo tanto… Él es mi vida, y quiero pasar el resto de mi vida unida a él. Él es mi primer y último amor.

—Córrete conmigo por favor—jadea y se eleva un poco de forma que tengo que soltarle—. Abre los ojos —me ordena—. Necesito verte. —Su voz es urgente, implacable. — Necesito ver tus ojos mientras llegas al orgasmo.

Parpadeo para abrir los ojos un momento y lo veo sobre mí: la cara tensa por la pasión, los ojos salvajes y brillantes. Su pasión y su amor por mi son mi liberación, siento como mi cuerpo quisiera romperse.

— ¡Christian!— Grito

—¡Oh, Ana... Mi dulce Ana! —grita y se une a mi clímax, empujando hacia mi interior.

Se queda quieto y cae sobre mí. Rueda hacia un lado para que yo quede
encima. Él sigue en mi interior. Cuando los efectos del orgasmo remiten y mi
cuerpo se calma, me rodea con los brazos, abrazándome fuerte. Le doy un beso en el pecho.

MI DULCE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora