Capítulo 43

1.2K 206 35
                                    

  ANASTASIA

Me quedo de piedra cuando entro a la sala de estar de Star y veo a Christian durmiendo mientras sostiene al pequeño Paul en su regazo y Leila acariciando el cabello de mi novio.
  Siento como si me hubieran quitado la alfombra de debajo de los pies.
  Regreso a la cocina y trato de calmar la tristeza y la ira que siento.
  Parecían una verdadera familia, ¿estoy siendo un intrusa?  No, no… No puedo pensar que soy una intrusa, además, Christian estaba dormido, seguramente Leila aprovechó que estaba dormido para acariciarle el pelo.

  Ana, no puedes dejar que esa mujer toque el cabello de tu futuro esposo.  Dejo escapar un suspiro largo y profundo y salgo de la cocina.

  Me aclaro la garganta cuando regreso a la sala de Star.

  — Anastasia,—  dice Leila en voz baja y se pone de pie, —Christian se durmió con nuestro hijo en brazos, ¿no se ven hermosos?, —  añade cuando llega a mi lado.

  —Tengo que despertarlo, — le digo.

  — No lo hagas, necesitan conectarse como padre e hijo— ¡Víbora!

  La ignoro y me acerco a Christian.

  — Christian, despierta— le digo y lo sacudo un poco por los hombros, él abre los ojos, mira al chico y luego a mí.

  —  ¡Mierda!  Me quedé dormido —  dice y se inclina hacia adelante — Leila, toma a tu hijo — agrega poniéndose de pie y le da el niño a Leila.

— La comida está lista, — le digo.

   Christian, me mira cauteloso.

  — Vamos a comer, — le dice Leila a su hijo y presiona su frente contra la del niño y frota su nariz con la de él, el niño se ríe.

  —Iré al baño, — añade Christian y se va sin esperar respuesta.

  No puedo evitar sentirme mal, pero finjo que todo está bien, no le daré a Leila la satisfacción de verme mal.

  —Llevaré a mi hijo a lavarse las manos, — dice ella.

  —Está bien, te mostraré dónde está el baño.—

  — No te preocupes, yo sé cuál era mi habitación cuando Christian y yo éramos una pareja, recuerda que  había un baño lujoso y espacioso,— dice y se va con su hijo en brazos.

  Me dejo caer en el sofá sintiéndose humillada y herida.
  Maldita perra, si sigues así te voy a dejar calva porque te voy a arrancar todo el pelo que tienes.

Cinco minutos después he servido la comida en el comedor, Leila aparece y sienta a su hijo donde yo me sentaba siempre, al lado de Christian.

— Espero que no te moleste, pero él tomará el lugar que le corresponde — dice.

No digo nada y me siento al frente, Christian brilla por su ausencia.

— Ésto tiene buena pinta, recuerdo que cuando estaba con Christian no era buena cocinera, con el tiempo aprendí y aunque parezca pretenciosa, pero soy muy buena en la cocina, tengo pensado cocinarle algo a Christian, tal vez mañana lo haga— añade.

Respira Anastasia, solo quiere molestarte para hacerte enfadar.

— No puse zumo de frutas para tu hijo— le digo.

— El después de almuerzo come una fruta— responde y se sienta al lado de su hijo. — Debemos esperar a Christian — ¡La odio!

Christian aparece y mira al niño.

— ¿Por qué pusiste tu hijo en dónde se sienta Ana?— Le riñe a Leila.

— ¿Es problema para ti, Ana?— Me dice Leila desafiante.

MI DULCE REDENCIÓNWhere stories live. Discover now