Capítulo 15

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Mi corazón comienza a latir rápidamente mientras los recuerdos me empiezan castigar la cabeza.

— ¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma... Te has quedado pálida.— Es la misma voz, el mismo destello azul y oscuro en los ojos.

Ésto tiene que ser una pesadilla. No puede ser él.

— Estás muerto— a penas logro emitir las palabras.

Estoy aterrada.

— ¿Perdón?— Dice asombrado o eso creo.

— Estás muerto... Me dijieron que habías muerto— ha vuelto para vengarse de mí.

¡Corre Ana! Escucho una voz en mi cabeza que me pide a gritos que huya de éste lugar.

Cierro los ojos repetidas veces para asegurarme si es él. No desaparece, está ahí, viéndome. Siento que no puedo respirar. Me voy a desmayar.

— Señorita Steele ¿Está bien?¿Que le sucede?— Esa es la voz de Luke.

Lo miro para comprobar que es él quien me está hablando.

— Responda señorita ¿Está bien? Esta temblando—

Reacciono. ¿En qué momento salí a la calle?

— Es él— susurro

Ha venido por mí. No parará hasta destruirme.

— ¿Quien?— Me pregunta.

— Erick Hyde, está allá dentro... Ha venido por mí —

— Entre al coche— me dice y abre la puerta.

Pero yo no puedo, las piernas me fallan.

— Señorita... Anastasia, entre al coche, la llevaré a casa—

Sí, quiero encerrarme y no salir nunca más.

Entro al coche y miro hacia la entrada del edificio. Sólo se ve el guardia de seguridad.

Luke cierra la puerta del coche, lo rodea y entra.

— No sé siente bien, está pálida y está temblando... Algo le pasó allá dentro, la llevaré a casa— seguramente está hablando con Taylor.— De acuerdo.

Saca los audífonos de sus oídos y enciende el motor.

Yo cierro los ojos, pero los recuerdos de Erick, obligandome ir a robar, Erick dándome una bofeteando, Erick mirandome descaradamente, me atormentan, es como si lo estuviera viviendo ahora mismo.

— ¡Déjame en paz!— Grito.

Vete Erick, desaparece de mi vida por favor ¡Vete!

— ¡Ana!— Esa es la voz de Christian.

— ¡Christian ¿Estás aquí?!

Habíamos llegado, Christian está sentado a mi lado, aún estoy dentro del coche.

— Nena ¿Estás bien?— Él está aquí conmigo. Mi amor está aquí para cuidarme, él nunca permitirá que me hagan daño, el me protegerá, pero ¿Quien lo protege a él?¿Serán suficientes sus hombres para protegerlo de ese maldito?

Me suelta el cinturón y me abraza con sus fuertes y reconfortantes brazos. No deseo estar en ningún sitio más, solo en sus brazos. El dique estalla, todas las lágrimas que había retenido las dejo salir.

— Tranquila, yo estoy aquí— por favor no me sueltes, te necesito tanto.

Me abraza, acaricia mi cabello.

MI DULCE REDENCIÓNWhere stories live. Discover now