Capitulo 72

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   ELLIOT

¿Donde estoy?  Miro el entorno.  Estoy en el hospital.

  Hago un recuento de las últimas horas y recuerdo por qué estoy aquí.
  Maldita sea, ese bastardo me disparó en el muslo, me pregunto si Christian estará bien.
  Necesito concentrarme en mi pierna, trato de tocarla para asegurarme de que no me lo han amputado, suspiro con alivio cuando noto que mi piernita sigue en su lugar, trato de moverla pero no puedo... ¿Me he vuelto parapléjico?

  —¡Mierda!—  Grito y en ese momento siento un maldito calambre, no, no es un calambre, recuerdo, fue el maldito dolor que me hizo despertar.

  — Veo que el señor Grey se ha despertado. — No me di cuenta de que una enfermera estaba aquí.

  —Lo siento, pero me duele la pierna—, respondo.

  — Seguro que ya pasó el efecto de la anastecia —

  — Tenía una bala en el muslo, ¿qué pasó?

  — Lo operaron y le sacaron la bala — Lo miro detenidamente, ella es morena, con el pelo rizado, tal vez tenga algo más de 40 años.

— Tengo sed— digo.

Siento la boca seca y un picor en la garganta.

  —Hay una jarrita con agua—, dice, señalando la mesita junto a mi cama.

  —Por supuesto—, obviamente no me va a servir un vaso de agua, así que me incorporo hasta quedar prácticamente sentado y estiro la mano, tomo la jarra y vierto un poco de agua en el vaso.
  —¿Alguien ha preguntado por mí?— Pregunto después de haber bebido un poco de agua.

  —No estoy al tanto, mi turno comenzó hace poco—, responde ella un poco tosca.

  —¿Donde esta mi mamá?  — Me mira un poco perpleja, creo.

  — Solo los niños pueden estar con sus padres, los adultos no... —

  —Mi mamá es la Dra. Grace Trevelyan—, lo interrumpo al darme cuenta que seguramente está pensando que soy un hijo de mami, tal vez lo sea, pero ahora no lo estoy siendo.

Dejo el vaso y la jarrita en la mesita.

— Oh sí, ha estado muy pendiente desde que lo sacaron del quirófano. — Lo sabía, mi mamá no me dejaría solo.

—  ¿No ha venido de casualidad una rubia muy guapa de ojos verdes a preguntar por mí? —Por favor, dime que sí.

  — Vienen muchas rubias a éste hospital, pero no recuerdo que nadie haya preguntado por ti — mmm, tal vez Kate no esté al tanto de lo que me pasó, o tal vez sí, y no le importa... Ese último  el pensamiento me desanima un poco.

  —¿Puede ir a averiguarlo? El nombre de la chica es Katherine Kavanagh, — ¿por qué se preocuparía por mi?  Ella me rechazó, recuerdo cada palabra cuando le hablé sobre el matrimonio.

  «¿Estás bromeando? Quiero decir, matrimonio es una palabra y significado tan importante que no te queda bien, no me malinterpretes, pero no fuiste hecho para el matrimonio, eres demasiado mujeriego e inmaduro».

— Está bien, vuelvo enseguida—, responde la enfermera, un poco resignada.

  Tal vez debería haber sido un poco más original.  Critiqué a Ethan por su falta de originalidad al proponerle matrimonio a mi hermana, creo que hice lo mismo, a las chicas les gusta el romance.
  Tal vez debería haber puesto un anillo en la piel de esa pequeña bola peluda que tiene en el apartamento.

  Puse mis manos debajo de mi cabeza, pensando en todas las formas en que debería haber actuado con Kate.  Tal vez debería pedirle consejo a Christian, es el único casado que conozco, aunque solo ha tenido una novia y se casó con ella, no creo que sea un experto, también está mi papá, pero no ayuda mucho, lleva tantos años casado con mamá que tal vez se olvidó de todas las locuras que hizo por ella, y el abuelo, ni hablar, es tan viejo que seguro se olvidó que el romanticismo existe.

MI DULCE REDENCIÓNWhere stories live. Discover now