Capítulo 25

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Estamos terminando de desayunar, mi hermana está tomando jugo de frutas, tiene resaca y mi hermano mayor todavía está dormido, según la abuela, está durmiendo con Kate Kavanagh.

  — ¿A qué hora regresaron Elliot y Kate, que todavía no se han levantado?—  pregunta mi madre.

  —No sé—  digo

  De repente Kate aparece en el comedor con el pelo mojado, está vestida con un pantalón corto negro y una camiseta roja.

  —Buenos días, —dice avergonzada.

  —Buenos días, — respondemos al unísono.

  —¡Kate!  — Ana se levanta de la mesa y corre a abrazarla — ¿Cómo estuvo tu despertar?  —

  —Horrible,— dice ella.— Me duele la cabeza.

  No lleva maquillaje y eso es raro en ella.

  — ¿Quieres desayunar?  Estamos terminando, iremos de compras.  ¿Quieres venir con nosotros?— agrega Ana.

  — Claro, y solo quiero un café.

  —Siéntate, niña, y come algo para recuperar fuerzas,— le dice la abuela con un dejo de picardía en la voz.

  —Gracias—, responde ella avergonzada y se sienta a la mesa.

La señora Bentley le sirve café a Kate, ella se siente incómoda, avergonzada.  Todos sabemos que despertó en las sábanas de Elliot.

—Cuando Elliot se levante, podemos ir a pescar, — dice mi padre.

  —Buena idea, yerno,— responde mi abuelo, —Christian, Ethan, ¿quieren venir?—

  —Sí, me ayudará a relajarme,— responde Ethan.

  — Yo también iré, — aunque podría persuadir a mi novia para que se quede en casa, pero no creo que acepte.

— Feliz cumpleaños Christian— me dice Kate.

— Gracias Katherine.

  — ¡Buenos días querida familia!  — dice Elliot entrando al comedor — ¿Cómo despertaron todos?  — Se ve de muy buen humor.

  —Buenos días, hijo—, responde mamá.

  —Buenos días, — respondemos los demás.

— Tengo hambre, me comería una vaca —agrega y se me acerca — hermano menor, déjame darte un abrazo — me pongo de pie, y me tiende la mano — felices 28 años.

  —Gracias— tomo su mano y él  tira de mi mano para darme un abrazo.

—¿Soplaste las velas y te comiste el pastel?— Me pregunta mientras se aleja de mí.

  — Queda un poco de tarta.—

  — ¿Quien lo hizo?—

  —La señora Bentley lo compró en una pastelería, está muy buena, — dice mi padre.

  — Pensé que mi cuñada te había preparado el pastel—

  —No tuve tiempo, —responde Ana.

  Elliot se sienta junto a Kate, que aparta la mirada de él

Ninguno hace ningún comentario, acerca del acercamiento de Kate y Elliot. Ellos de vez en cuando se miran, mi hermano no disimula que le gusta Katherine aunque ella se ve avergonzada.

— Elliot, vamos a pescar.  ¿Quieres venir con nosotros?— agrega mi padre.

—Creo que sí, —responde mi hermano y se lleva un trozo de pastel a la boca.

MI DULCE REDENCIÓNWhere stories live. Discover now