Capítulo 14

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   ANASTASIA

He decidido olvidar los últimos acontecimientos y me he disfrazado de diablita.

Me tumbo en el colchón y lo espero, sé que no tardará mucho y el primer lugar donde me buscará será en éste lugar.

No me equivoco, media hora más tarde me está mirando con los ojos muy abiertos, las pupilas dilatadas.

— ¡Madre mía!— Exclama con admiración.

Me incorporo y me levanto de la cama.

— Estás ... — se calla y no deja de mirarme — estás deslumbrante— he conseguido impresionarlo.

Camino hacia él y le digo:

— Ésta diablita ha venido por tí, al parecer te has portado mal—

— Me he portado pésimo— responde

— Entonces recibirás un castigo.— Oh sí, que castigo vas obtener señor Grey.

— ¿Que me harás?— Para empezar obtendrás una mamada, luego tendrás que pagarme con la misma moneda, y después ya veremos.

— Ya lo verás.

Quito su chaqueta y lo tiro en el suelo.

Me pongo delante de él y lentamente empiezo a desabotonar su camisa.

— Mira como me has puesto— dice tomando su polla con sus manos.

— Ya llegaremos ahí— desabotono el último botón y saco su camisa.

— El pantalón— dice con tono ronco.

Me volteo quedando de espalda hacia él, y comienzo frotar mi culo con su dura polla

— Oh nena— exclama e intenta meter las manos debajo de la faldita pero le doy un manotazo—  no debes tocar a la diablita.

— ¿Enserio?— Me toma con una mano por el vientre y la otra lo mete debajo de la falda.— Me gustan tus medias—me dice acariciando el encaje de las medias.

— ¿Solo las medias?— Su mano sube a mi ingle, y continua hasta llegar a mi intimidad.

— No, me encanta esto— añade tocando mi clítoris por encima de la tela de la mini bragas.

Gimo cuando él acaricia el clítoris con las llemas de los dedos, yo acaricio su erección por encima de la tela del pantalón.

Oh sí, que bien se siente.

— ¿Que tenías en mente?— Pregunta sacando su mano de mi vagina y dejándome frustrada porque estaba apunto de conseguir un orgasmo.

Me aparto de él.

— Te sacaré esos pantalones junto con el boxer—

— Adelante.

Me pongo de rodillas y bajo la cremallera para liberar su dura polla.

— Está como roca— digo y me relamo los labios.

— Necesito liberar la tensión acumulada— lo tomo con las manos y lamo la punta.

— Deliciosa como siempre— le bajo los pantalones con la ropa interior, y sin perder más tiempo meto su polla en mi boca.

    * * *

Estamos agotados pero relajados después de nuestra sesión de mucho sexo.

Estoy relajada escuchando los latidos de su corazón mientras mis dedos juegan con los pelos de su vientre.

MI DULCE REDENCIÓNWhere stories live. Discover now