Capítulo 16

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  ANASTASIA

Miro el leño ardiendo agresivamente en la chimenea mientras aprieto la mano de Christian.

— Me alegro de verte Anastasia—, dice el Dr. Flynn, mientras se sienta frente a mí. — Christian me dijo que te pidió que vinieras.

  Asiento con la cabeza.

— Dice que tuviste una crisis nerviosa.

Miro a Christian, luego al Jhon.

— ¿Quieres que salga un momento?— Me vuelvo hacia Christian.

—Si no te importa—, le digo y coloco mi mano en su mejilla.

  — Me gustaría quedarme, pero si no quieres que te acompañe, salgo un momento.

  — Solo un momento— le digo, él besa mi frente y  se pone de pie.

  —Vuelvo enseguida—, me responde y camina hacia la puerta.

  John espera a que Christian cierre la puerta y fija su mirada en mí.

  — ¿Estás más cómoda?  — Me pregunta.

  — Sí, es solo que no quiero que Christian piense que estoy loca— seguramente lo está pensando... Pero yo sé lo que ví, no lo imaginé.

  — El hecho de que tengas unos traumas no quiere decir que estés loca, son temores que no nos dejan vivir como quisiéramos— pensé que había superado lo que viví desde los catorce años hasta los diecisiete, pero me equivoqué, los fantasmas siguen ahí.

  —Lo vi ... Estaba allí, en Seattle Independent Publishing, sentado detrás de un escritorio—, le digo, tratando de no desesperarme y no volver a entrar en pánico.

  — ¿A quién te refieres?  — me pregunta con curiosidad

— Erick Hyde, estaba allí mirándome.— Ese hombre regresó del infierno para hacerme daño.

  —Pero ese hombre está muerto—, afirma.

  — ¡Yo también pensé lo mismo!  Pero aparentemente nos engañó a todos,— no puedo desesperarme.

  Debo estar tranquila.  Debo estar tranquila.

  — Quizás te confundiste, a veces el cerebro nos engaña, y creemos que vemos cosas ...

  — ¡Sé lo que vi!  — lo interrumpo— no lo imaginé, estoy segura.— No me cree.

  — Bien, supongamos que dices la verdad.  ¿Cómo es posible que un hombre como Erick Hyde esté en una editorial, si donde debería estar es en la cárcel?—

  — No lo sé, tal vez se cambió el nombre, tiene una identificación falsa, ¿qué sé yo?— Creo que la señora Morgan lo llamó Jackson o Jack.

  — Me imagino que Christian averiguará que está sucediendo, ahora centrémonos en ese miedo que sentiste.  ¿Qué sentiste exactamente cuando viste a ese hombre?  —

  —Horror, los recuerdos nunca se borrarán—.  Me arden los ojos, pero no dejo escapar las lágrimas cuando recuerdo el miedo que sentí al ver ese maldito.

— No tienen porqué borrarse, ya te lo he dicho antes: tienes que superarlo— ¿Cómo si fuera tan fácil?

— ¿Cómo?

— Céntrate en los pocos recuerdos buenos de aquella etapa— ¿Recuerdos buenos?

— ¡No hay recuerdo buenos! Siempre vivíamos al límite, o me llevaban a la cárcel o terminaba muerta, no hubo nadie quien nos diera protección—  a nadie le interesaba un grupo de adolescentes cuyo objetivo era sobrevivir y lo hacía de forma horrible, comiendo y durmiendo muy poco, las mayorcitas eran vendidas al maldito de Lincoln, y el resto teníamos que salir a robar.

MI DULCE REDENCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora