Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)

Cap. 54

Apoyó su cabeza en el cristal de la camioneta, viendo a través de éste a Derek jugar con los cables de electricidad y hablar con Aiden en el proceso.

Pero la verdad es que no tenía cabeza para siquiera escuchar de lo que hablaban los dos betas fuera del auto.

Tampoco podía quedarse dormida. No había impedimento alguno en realidad, o algo que la mantuviera despierta... simplemente se sentía físicamente incapaz de dormir.

Tomó su celular entre sus manos, el cual había tenido en el borde de su pantalón de pijama por horas -tanto, que en la pantalla ya podía verse la humedad gracias al sudor de su piel.

"—Qué gracioso, tienen la misma pijama. ¿Son mellizos o algo?—, miró a la mujer en la sala de espera del hospital.

Habían pasado con Stiles hacía un rato, por lo que aquella mujer pudo ver al muchacho, y a Valeska juntos por unos segundos. Y sí, en efecto, sus pijamas eran iguales -sacando el hecho de la enorme chaqueta de Sheriff y las enormes botas que usaba la pecosa.

No quería ser grosera, no era su intención, realmente. Pero estaba cansada, necesitaba dormir; y cuando no dormía su humor era simplemente... horroroso. Eso, y que no había comido en todo el día.

Quería acabar con algo.

Y aquella mujer llevaba minutos eternos hablándole de cosas que -sinceramente- no le podían importar menos. Estaba harta.

—Oh, no lo sé, Karen. ¿Lo es? ¿Sabe cómo sería más gracioso? Si mi padre, mis amigos y yo, no hubiésemos pasado la noche entera buscándolo por toda la maldita ciudad. ¿No cree?

—Valeska...

Miró a su padre al instante, al verse bajo la amenazante y cansada mirada del Sheriff. Dedujo -tal vez era por la costumbre de que su madre siempre lo hiciera- que Noah quería que se disculpara con la mujer. Miró a la señora que se veía más allá de lo ofendida.

—Disculpe mi actitud. Disfrute su estadía cinco estrellas en el hospital de Beacon Hills. Solo espero que su "pijama" no sea la misma que usan los residentes de La Morgue—, la voz infantil y pretenciosa solo logró hacer a la mujer fruncir más el ceño."

Miró la pantalla bloqueada, la foto de un Derek distraído y recién levantado temprano en la mañana iluminó su rostro, pudo sentir las comisuras de sus labios elevarse un poco por sí solas.

Siete. Siete por ciento de batería. Miró el pequeño aviso en rojo. Bufó cansada.

Bajó por sus notificaciones, casi todas eran mensajes -bastantes similares los unos de los otros, cabe resaltar- de, por lo menos, diez números diferentes. Algunas llamadas perdidas, nuevamente, de números diferentes y desconocidos.

Se decidió por leer los mensajes, en vista de la poca batería de su teléfono. Todos, sin excepción alguna, decían lo mismo pero en diferentes palabras. Todos esos incontables mensajes de texto, eran un mensaje.

"¿Me extrañas? Sino es así, entonces, pronto lo harás."

La pantalla iluminaba su rostro desconcertado y casi enojado, sus enormes ojeras y ojos cansados. Entró una llamada en ese momento.

Pudo ver a Derek acercarse para guardar los cabes en el maletero de la camioneta. Vamos, rápido, lo apuró mentalmente; y como por ley de atracción, Derek la miró a través del cristal de la puerta del auto.