Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)

Cap. 18

—Y eres el único aquí que no encaja, Derek—, la voz de Gerard fue su recibimiento en aquella bodega—. Por si no lo sabías, no se puede competir con el amor.

—¡Derek!—, un bramido asustado salió de sus labios sin poder evitarlo, y empezó a correr hacia el hombre que se sostenía a duras penas de pie.

—Scott, no. No...

Tras oír las palabras del alfa no pudo evitar sentirse terrible, el dolor impreso en ellas le resultaba abrumador. Casi llegando a ser dolor físico.

—Lo siento. Tengo que hacerlo.

Estando ya a unos pocos metros de Scott y Derek, el hombre canoso le gritó a Valeska que no diera ni un paso más o de lo contrario Jackson le cortaría el cuello a Allison. Se quedó estática.

Scott tomó a Derek del cabello tirando de su cabeza hacia atrás, dejando expuestos sus colmillos, y así, Gerard recogiendo las mangas de su camisa clavó los colmillos de Derek en su propio brazo. El hombre alzó el brazo como si se tratara de un trofeo.

Scott tiró a Derek al suelo, que cayó casi como si fuera un tronco. Y la teñida no dudó en correr a él. Posicionó la cabeza del ojiverde sobre sus piernas, se fijó en su camisa rota y algo ensangrentada y en lo mucho que le costaba al alfa moverse.

Pero entonces de la herida reciente de Gerard empezó a salir un líquido negro similar a la alquitrán

—Gerard siempre tiene un plan. Pero yo también tengo uno—, explicó Scott.

Y entonces ese líquido oscuro empezó a salir de los ojos de Gerard, de sus oídos, de su nariz y finalmente salió de su boca por montones. El hombre cayó al suelo. Derek miraba la escena con una mueca que no pudo descifrar, sus ojos brillaban -no sabía el por qué, y su cuerpo temblaba.

—¿Por qué no me dijiste?—, su voz tembló, mirando a Scott.

Ella aún sostenía al ojiverde con delicadeza.

—Porque puede que seas un alfa, pero no el mío.

Derek mantenía esa expresión en su cara. Era casi dolida, torturada; llegaba a dolerle verlo así.

—Mátalos. Mátalos a todos—, Gerard gritó.

Allison se libró del agarre de Jackson y cuando este estuvo a punto de atacarla nuevamente, el jeep de Stiles apareció en su campo de visión. Arrollando al Kanima.

—¿Sí le di?—, gritó el chico desde dentro.

Lydia iba con él. Bajaron del auto al notar que Jackson había subido en él amenazado con atacarlos, Stiles corrió hacia Scott en busca de protección, Lydia se quedó estática; llamó al chico un par de veces con la esperanza de que la escuchara, y entonces sacó una llave mostrándosela Jackson. Él pareció reaccionar.

Derek se levantaba lentamente del suelo, acechando.

La teñida al ver al alfa esforzándose más de la cuenta no pudo evitar soltar un "cuidado". Entonces el ojiverde corrió a Jackson, considerablemente mucho mejor que hacía unos minutos, y Peter que seguramente estuvo oculto en algún lugar cercano, le siguió. Ambos clavaron sus garras en Jackson. Él cayó al suelo estático. Lydia se dejó llevar por el llanto. Stiles intentó acercarse. Allison y Scott entrelazaron sus manos. Isaac caminó hacia Derek quien ya se había alejado un poco.

La teñida seguía en el suelo sin creer lo que había pasado. Bajó su vista sus manos, casi como guardando luto por el chico que se hallaba en el suelo.

Al alzarla nuevamente pudo ver el cuerpo desnudo de Jackson levantándose con un juego de garras reemplazando sus uñas y un par de ojos azules reemplazando los suyos. Soltó un gruñido y en menos de unos segundos Lydia se hallaba abrazándolo. Jackson se había convertido en un lobo.

No más Kanima.

Una mano apareció frente a ella. No dudó en tomarla. De un tirón Derek la levantó del suelo.

Inevitablemente se quedaron frente a frente, apreciando los ojos del otro. Ella, casi aliviada de que él estuviera vivo. Él, alegre de que estuviera con él.

—¿Eres consciente de que tenemos que hablar?—, dijo con una sonrisa en su cara.

Derek bajó su mirada a las piernas desnudas de la menor, notando un pequeño raspón que se había hecho seguramente al arrodillarse cuando lo ayudó. Notó que este no estaba sanando y se le hizo extraño, sin embargo no dijo nada al respecto.

—Sí. Así es. En especial por qué sales de casa así—, remarcó el vergonzoso atuendo que ella llevaba, con burla y gracia impresa en cada palabra.

—No estaba en mis planes venir a una bodega abandonada a mitad de la noche. Tampoco que Stiles se extraviara, en primer lugar—, dijo algo obvia balanceándose sobre sus talones.

—Te llevaré a casa—, se ofreció aunque sonó casi como una orden.

—Stiles podría...-

—Te llevaré a casa—, insistió, está vez sacando de su bolsillo las llaves del hermoso Camaro negro.

—Bien. Pero eso no te libra de nuestra charla.

Derek casi sonrió arrogante.

( . . . )

—Entonces...

—Entonces...

-—Derek—, lo llamó, haciendo que alzara su vista. Ella se recostó en la puerta del auto con delicadeza, siendo al instante acorralada por los brazos de Derek a sus costados.

El ojiverde se fijó en la rodilla de Valeska. Encontrándose con la sorpresa de que el raspón apenas comenzaba a sanar. Y por mucho que quería sacarlo de su cabeza, no podía dejar de pensar en lo extraño que era.

Estiró una mano, rozando la mejilla de Derek, acariciando la zona donde empezaba a crecer una oscura barba. Él la miró directo a los ojos, su omega interno saltó de emoción y quiso estampar sus labios contra los de él nuevamente.

Tragó saliva y tras una profunda bocanada de aire, para llenarse de valor: habló.

—Podríamos intentarlo. Creo que... podría funcionar—, casi podía sentir su voz temblar a causa de los nervios. Pero sabía que ella no estaba nerviosa, era su omega siendo intimidada por el alfa de lindos ojos.

El ojiverde sonrió. Sus ojos brillaron casi en emoción. Movió una de sus manos a la cintura de la teñida y la otra la pasó a la nuca de ella. Juntó sus cuerpos casi en necesidad.

—Lo haremos funcionar.

Sin piedad y sin dudar ni un segundo enredó sus labios en un compás sincronizado.

El uno hecho para el otro. Sí, su pareja destinada.

Derek enredó sus brazos alrededor del cuerpo de la pecosa.

Aquellos brazos que a ella solo le traían calma y seguridad.

Tal vez sí estaban destinados.

-V