Cap. 42

6.7K 425 58
                                    

Cinco minutos. ¿Qué eran cinco minutos? Nada. No le haría daño a nadie, ¿o sí? Solo necesitaba cinco minutos...

Cerró los ojos.

Y ahora corría, corría. Pero no podía respirar bien, se estaba ahogando. ¿Por qué corría? ¿De qué corría?

Miró sobre su hombro, solo hallando oscuridad, pero jamás deteniendo su andar apresurado. Y tropezó con una rama, rodó y rodó por una pequeña colina. Chocó con algunas piedras y ramas. Y se sentía cada vez más ahogada, como si tuviera una cuerda enredada alrededor de su cuello y con cada respiración ésta se apretara más.

Se quedó tirada en el suelo del bosque. Con una mano bastante perezosa, buscó su teléfono en un bolsillo, pues llevaba bastante tiempo vibrando -lo escuchaba. Sin embargo no lo encontró allí.

Valeska.

Ahogó un chillido. Aterrada.

No. No. No.

—¿Qué quieres?—, jadeó por lo bajo, empezando a levantarse del suelo. Casi olvidando por completo su teléfono.

Corre.

Y corrió nuevamente. Pero esta vez, no solo adentrándose aún más en el bosque, sino que inconscientemente dirigiéndose hacia un lugar conocido.

Vio el esqueleto, la fachada, la puerta, las escaleras, las ventanas. La casa de los Hale.

Corre, Valeska—, la misma voz.

¿De dónde demonios venía esa voz?

Entró en la casa. Pegando su espalda a la puerta, y a medida que iba avanzando mantenía su espalda pegada a los muros -porque de este modo "nada podría atacarla por detrás". Lógico, ¿no?

Y notó algo bastante particular. Que el interior de la casa no era como lo recordaba, no estaban las amplias escaleras justo frente a la puerta, o el amplio salón donde Derek le había hecho el tatuaje a Scott. Es más, esta casa ni siquiera tenía escaleras.

Pero estaba segura -lo sabía- que esa era la casa de los Hale, la casa del incendio.

Pero el interior. Maldita sea. El interior era la casa del bosque... en San Francisco.

Valeska...—, cantó nuevamente la voz.

—¡¿Qué?!—, su voz tembló.

Una parte de ella sentía que ya había escuchado la voz, que la conocía, o simplemente era familiar -parecida a la de alguien. Ignoró el pensamiento, entrando a la habitación donde estaba el colchón en el suelo donde solía pasar horas acostada -drogada- con Calvin cuidando que no se ahogara con su propio vómito.

Valeska. ¿Acaso no sabes quién soy? 

—No. No sé, déjame tranquila. Ve a molestar a alguien que te conozca.

Casi quiso hundir su propio cuerpo en la pared a la que se mantenía pegada. Se deslizó hasta el colchón -como atraída por la familiaridad que le inspiraba este raído mueble.

Verás, pequeña Valeska. Ese es el problema...

—¿Qué?

E incluso en la penumbra y oscuridad en la que se hallaba sumido todo el lugar -como si fuese un maldito videojuego de terror- pudo ver algo moverse en una esquina del lugar.

No puedo molestar a nadie más, a nadie que conozca. Porque no conozco a nadie más.

—Ni a mi. No te conozco. Déjame tranquila—, muy osadamente se atrevió a levantar la voz.

Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)Where stories live. Discover now