Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)

Cap. 43

—Vaya, vaya. Miren quién dejó de ser la loca.

—No estamos locos.

—Eso suena como algo que diría un loco—, apoyó a la pelirroja, encogiéndose de hombros, a la vez que recibía una mirada severa de Allison y chocaba puños con Stiles.

Al menos su sentido del humor estaba intacto.

—Alucinaciones, parálisis de sueño, sí... están de maravilla.

Lydia se paraba frente a ellos cuatro, como si los estuviera regañando. Ahora en los pasillos de la escuela.

—Bueno, morimos y volvimos a la vida. Debe tener efectos secundarios—, argumentó Scott.

Yo sigo muriendo.

La campana sonó, dando inicio a las clases del nuevo ciclo escolar.

—Nos mantendremos vigilados, de acuerdo. Y Lydia, no disfrutes tanto esto—, amenazó con un dejo de burla Stiles y acto seguido empezó a caminar hacia su clase.

Clase. Un nuevo ciclo escolar. ¿Ya había pasado un año desde su llegada a Beacon Hills? Maldición, sentía todavía tan reciente su partida de San Francisco, a pesar de todo lo que había vivido en ese último año.

Y en cuando a experienias respectaba, especialmente hablaba de las alucinaciones.

( . . . )

Un nuevo maestro, el señor Yukimura empezó su clase presentándose y explicando algunas cosas. Stiles estaba dos puestos delante suyo, Scott justo en diagonal -pues ella se había sentado en fila junto a ellos, pero un puesto más atrás.

—Estoy seguro de que ya conocen a mi hija, Kira. O tal vez no, dado que ella no ha mencionado a nadie de la escuela en realidad. Y aún no lleva a nadie a comer a casa.

Escuchó un golpe seco justo detrás suyo. Al girar sobre su asiento vio una pequeña maraña de suaves rizos sobre el escritorio. La chica levantó la cabeza con lentitud, y una sonrisa nerviosa. Tenía facciones delicadas, finas. Era bonita sin lugar a dudas.

La marca en su cuello ardió, apretó los puños con fuerza. Kira la miró con amabilidad, algo apenada ya que todas las miradas del salón estaban sobre sí; por lo que la teñida le sonrió de regreso, con algo de dificultad debido al nuevo dolor punzante extendiéndose por su cuerpo. Kira pareció no notar el gesto adolorido de la pecosa frente suyo.

La clase acabó y los estudiantes salieron. Valeska salió, manteniendo su vista fija en sus pies, caminando por los pasillos hacia su siguiente clase con pereza digna de admiración.

—Lo lamento. Perdón, de verdad. No fue mi intención, iba un poco distraída y... perdón.

Un hombro chocó con el de ella. Ni siquiera fue tan fuerte, tal vez solo fue por su estado o porque no esperaba el impacto; pero cayó al suelo como peso muerto. Y el autor de este choque estaba disculpándose con desesperación en su voz apresurada. Bueno, autora.

—No pasa nada. No me fijé. Fue un accidente—, respondió a la vez que se levantaba con lentitud y recogía el único cuaderno que había decidido llevar ese día a clase—. Kira, ¿verdad?

—Sí. Estabas hoy en frente mío. Podría reconocer la parte de atrás de esa sudadera en donde fuera, digo, estuve dos horas detrás tuyo. Mirándo...- te.

La pecosa hizo un intento de sonrisa tratando de calmar a la pequeña chica en frente suyo, que hablaba con rapidez.

—Sí, supongo que sí.