Cap. 35

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—Pero soy muy bueno con estas—, escuchó a Isaac decir -oculta- y luego notó las garras propias de un lobo, en sus manos.

Asomando su brazo por el marco de la puerta, y, aprovechando que nadie sabía de su presencia allí, sacó sus garras, pasando estas con delicadeza por el cuello del muchacho de rizos.

Escuchó después el sonido de varias armas, cuando se les es quitado el seguro.

—Soy yo, soy yo. Tranquilos. Dios, estamos muy tensos, eh—, se asomó por la puerta, finalmente dejando que los Argent, Isaac -y para su sorpresa, también Stiles, advirtieran su presencia.

Notó, casi al instante en el que guardó las garras, que el padre de Allison la miraba con duda, como si quisiera entender algo de ella, pero no pudiera descifrarlo.

Hizo una pequeña nota mental para luego preguntarle al hombre. Claro, si salía todo de acuerdo al plan que habían armado -y ella había escuchado a hurtadillas.

( . . . )

Había pasado una noche terrible. Se sentía fatal.

No sólo en vela por haber estado mirando mapas, haciendo planes, y comentando teorías, con los Argent, Stiles y Isaac. Sino porque su apegado omega, era débil ante el deseo de correr a la calidez embriagante de su alfa; porque su omega sentía la preocupación de Derek debido al estado de Cora, y lo único que quería hacer era aliviar a su alfa.

Eso, y que el mismo Derek, había pasado toda la noche tomando el dolor de Cora. Intentando aliviar a su hermana.

Sufría con él por ello, y sabía que él no era consciente de esto.

La marca plateada en su cuello dolía, quemaba hasta el tuétano de sus huesos como hierro fundido inyectado directamente en sus venas. Y cada tanto pasaba una mano sobre ella en un intento por aminorar el dolor y el escozor en su dermis. Pero era inútil.

Dolorosamente inútil.

Estaba débil. Con nauseas casi. Un asombrosamente infernal dolor de cabeza. El cuerpo acalambrado, adolorido. Su vista distorsionándose y desenfocándose.

Recordó los dos frascos de morfina en su bolsillo, pero como un rugido, se obligó a abstenerse de usarlos -de siquiera pensar en ellos.

No. Como una reprimenda a lo largo de toda la noche, y de lo que iba del día.

No.

( . . . )

—¿Por qué hizo eso?

—No lo sé. Pero ahora necesita ayuda.

—Allison, tenemos que irnos—, dijo ella en un tono más alto, alejada de ellos completamente.

Aún sintiendo pequeñas corrientes eléctricas correr por su cuerpo. Empeorando su -ya grave- estado.

Pero es que, el Señor Argent -como ella le decía- electrocutó a Isaac, esposó a Allison y la dejó a ella para el final, también electrocutándola que por cierto fue un golpe de alto voltaje; en especial por el estado ya deplorable en el que se hallaba.

Y después, Chris Argent, se entregó a Jennifer.

Como un sacrificio. En todo el sentido de la palabra. Irónicamente, siendo que intentaban detenerlos o evitarlos -cualquiera servía.

Se mantenía tirada en el suelo. No queriendo moverse ni un poco, pues el más mínimo movimiento hacía cada parte de sí doler como los nueve infiernos de Dante.

Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)Where stories live. Discover now