Epílogo

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—Sí, muchas gracias—, escupió con fastidio, saltándose del agarre que el hombre imponía en su brazo—. Muy amable, no tenía que acompañarnos a la salida.

El guardia de seguridad no objetó nada, y con un asentimiento se retiró.

—Qué amable al escoltarnos hasta la salida—, comentó Stiles distraído en su teléfono.

—Stiles, no nos escoltaron. Nos echaron del aeropuerto—, corrigió con mala cara—. Otra vez.

—¿Qué? ¿Por qué?

—El idiota pensó que me veía sospechosa—, rodó los ojos.

Viajar la ponía de malhumor.

—Oh, llegaron por mi. ¿Seguros que no necesitan que los llevemos?

—No, Lydia. Pediremos un taxi—, Noah le sonrió con amabilidad a la pelirroja.

Con una sonrisa la banshee se subió en el auto y se retiró.

—Solo quiero ir a casa y dormir el resto del día. Estoy cansada, me duele la cabeza—, suspiró acomodando su mochila en su hombro; Derek, solo al ver esa simple acción, le quitó la mochila, decidiendo que él la llevaría.

—Yo tengo que ir a la estación—, murmuró Noah, también un poco cansado.

—Yo iré a casa de Scott.

—Por supuesto—, suspiró.

Los ojitos adormilados de la pecosa vagaron por los tres rostros, deteniéndose finalmente en Derek, como preguntándole qué haría -haciéndole silenciosamente la pregunta "¿Más tarde estarás ocupado?".

—Iré a casa y tomaré una ducha—, se encogió de hombros, resumiendo todo en dos frases.

—No—, se quejó colgándose de su brazo a modo de berrinche, Derek sonrió enternecido—. No quiero estar sola. Ven conmigo, puedes tomar una ducha allá.

En su último día en Hawái, Derek y Valeska habían reunido el coraje para contarle a Noah y Stiles sobre el anillo -formalmente hablando- y su padre, siendo el hombre comprensivo y liberal que era... Con una sonrisa los felicitó para luego darles una extensa charla sobre cosas que ellos ya sabían.

Concluyó Noah esa charla con un: "podrás tener diecinueve, y estar comprometida, pero quiero que nos visites por lo menos una vez al mes."

Por si no había era obvio: Les había dado paso libre para irse a vivir juntos.

Los genes Stilinski tenían una cierta particularidad incomprendida. Pero... nada de qué quejarse.

"—¿Quieres un café?

Por favor—, suspiró desde su silla—. Alto, ¿Irás sola?

Umm... sí, como una persona normal, papá—, rió—. Si es por el dinero, no te preocupes. Nuestro italiano millonario favorito me regaló quinientos dólares...-

¿Por qué Vito te regalaría tanto?—, Stiles saltó en la conversación, ahora intrigado.

¡Ah! El apodo le había encantado a Víctor -al igual que al resto de la familia italiana- razón por la cual durante toda la fiesta, y los siguientes días, todos estuvieron llamándolo por el apodo.

Así que se podría decir que -de una u otra forma- Valeska había bautizado a dos italianos.

No sé si recuerdan... Nana Bianca me había estado mirando raro.

Bad News || Derek Hale [Teen Wolf] (1)Where stories live. Discover now