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Las espadas fueron alzadas, las antorchas ardieron, los caballeros de gallarda armadura preparando sus corceles. JaeBum observaba a todos con determinación. Todos, incluidos él, estaban preparados la guerra, acabar definitivamente con la Reina.

Todos preparaban sus armas, sus espadas y armaduras, arco y flecha. JaeBum miró su armadura, una pechera de hierro, pero reluciente y bien pulida, con hombreras en sus costados, y rodilleras. Protegía lo más importante de su cuerpo, sus puntos débiles, aunque como un cazador podría arreglárselas para sobrevivir en medio de la batalla con una espada sencilla.

Por otro lado, estaban YoungJae y YuGyeom, preparando ropa cómoda para ir a la guerra, ellos no podía usar metales, pues los metales queman a las flores, por lo que solo les quedaba ponerse una que otra armadura de cuero y un par de guantes para poder tomar las armas para defenderse sin lesionarse a sí mismos en el intento.

Las mujeres y jóvenes que no irían a la guerra, preparaban los bocadillos para los valientes soldados que morirían para recuperar sus tierras, sus hogares y darle una vida mejor a aquellos que venían en camino, devolverle la infancia a aquellos que ayudan a sus madres a cultivar y a sus padres a talar los árboles o cazar.

JinYoung había notado que habían niños y jovencitos que directamente hacían los quehaceres de la comunidad, nunca los había visto jugar o entretenerse con algo más que no sea haciendo hoyos en la tierra y tirando semillas. Se acordó fugazmente de su infancia. Él solía jugar en la tierra, hacerle cariños a los animalitos que se atravesaban en su camino o hacer muñequitos con su madre y hermano. Se alejó de la ventana cuando YoungJae y YuGyeom entraron. El último se acercó para ver su mano.

- vamos a ver cómo está esto. – le dijo con una sonrisa, tomando su mano. JinYoung asintió sin más. El más alto empezó a desenvendar su mano, encontrando su herida algo húmeda, abierta y húmeda, no había sangre, pero sí estaba abierta, la piel y la carne separadas. – se ve un poco... bueno, le pondremos un poco de ungüento. – JinYoung se sentó en la cama, con su mano extendida a la disposición de Kim.

JinYoung se acomodó en su cama, mirando la herida de su mano. No dolía como tal, pero verla lo hacía estremecerse, sentir su mano helada, y la peor sensación era cuando el frío del cuarto congelaba la carne expuesta.

YuGyeom miró la mano del menor. Le dio una pequeña caricia en un lugar donde no le provocara dolor y le echó una crema en la herida. Los labios de JinYoung se apretaron en una fina línea y cerró sus ojos fuertemente. Sin dudas, el dolor le llegó a sus huesos, sin embargo, no lloró, no chilló, guardó completo silencio.

- ¿dolió mucho? – preguntó YuGyeom sabiendo que obviamente sí le dolió, pero JinYoung negó. - ¿JinYoung? – él negó, relamiendo sus labios. – tienes que decirme. – volvió a negar. Entonces el hermano menor entendió. - ¿fue JaeBum?

- ese tonto. – murmuró YoungJae. – debimos hacer algo anoche, no debimos dejarlo hacer eso. – el menor hizo un gesto, como si le restase importancia al asunto, aunque sabía que era un tema serio. – JinYoung, sabes que tenemos que pelear, y tú te llevarás la peor parte, y tienes que decirnos si quieres o no hacer esto.

Tragó saliva, mordiendo sus labios, no, no quería hacerlo, pero sabía que si no era él, iba a ser alguien más y le haría un daño mayor. Así que asintió, dando a entender que entendía. Sopló el cabello que caía en su cabello. YuGyeom volvió a su trabajo, vendando su mano con cariño y cuidado.

- ¿has montado a caballo? – preguntó YoungJae. JinYoung mordió el interior de su mejilla, buscando en su memoria si alguna vez lo ha hecho, finalmente asintió. Cuando llegó al palacio, su hermana fue llevaba en un noble caballo blanco, mientras que su gemelo y él fueron escoltados en una yegua de color crema. - ¿sabes montar solo? – negó. Constantemente se corrían hacia un costado y debían de acomodarlos, luego abrazaba su hermano para sostenerse mientras otra persona tiraba las riendas del caballo. – entonces yo te llevaré conmigo en mi caballo. – el menor sonrió con ilusión.

El momento se rompió cuando JaeBum entró a la habitación, quitándose la camisa sudada. JinYoung saltó de la cama, tratando de esconderse, o mejor dicho, tratando de alejarse lo más posible de Im.

- hey, Jinnie, ¿cómo está tu mano? – preguntó él, intentando acercarse, pero se detuvo apenas dio un paso, pues fuertes raíces lo tomaron de los pies y JinYoung intentaba alejarse, aunque ya estuviese pegado a la pared. – pero, ¿qué sucede?

- cortarle la mano, exponiéndolo ante todos hasta que se desmayó, no lo sé, ¿no te suena a estrés post-trauma? – le respondió YoungJae lleno de ironía. – es que a qué clase de animal le corta la palma a un niño, ¿te crees YiFan?, ¿te crees la mismísima Reina?

- oh, vamos, ustedes saben que necesitamos su sangre. – JaeBum intentó liberar sus pies, pero las raíces se ensancharon y lo agarraron con más fuerza. – y anoche, si ustedes no hubieran estado de acuerdo, hubieran subido para detenerme, darme un combo, pero los vi ahí sentados, mientras yo le cortaba.

- ¡Lo atrapamos cuando se desmayó! – alegó YuGyeom. - ¡es un niño!

- okay, okay. Me dejé llevar por la conmoción. – añadió. – bien, Jinnie, perdón, ¿sí? – el mencionado negó, con sus ojos y mejillas llenas de lágrimas. – por favor.

- eres un charlatán, lárgate de aquí. – le ordenó YuGyeom. – eres un hipócrita.

- oh, vaya, quizás me vaya a morir por tus feas palabras. – respondió con ironía JaeBum, enfadado. – vamos, JinYoung, déjame salir de aquí. Tenemos una guerra a la cual partir.

- él irá conmigo, en mi caballo, lejos de ti. – dijo YoungJae.

JinYoung hizo que las raíces retrocedieran, liberando a JaeBum, pero no se detuvo para darle una mirada. Estaba mirando hacia la nada, evitando el contacto visual con el cazador.

Él entendió esa mirada, una mirada triste y con miedo. Justo como cuando lo había sacado del palacio. Oh, joder. Había retrocedido todo el avance que había pasado. Bien, bien... no era un "quizás la cagué", es un "la cagué completamente".

Suspiró y tomó la ropa de cambio para largarse, pero antes de cerrar la puerta, se detuvo para mirar al menor. Él ya se estaba desmoronando en lágrimas de tristeza y miedo. Soltó otro suspiro y se largó de allí. 




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Amo este fic y está a punto de llegar a su fin, pero no sé darle un final :"v efe

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora