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Al salir de su cuarto, se encontró a YoungJae, llevándole un poco de sopa. Reaccionó casi de inmediato, evitando chocar con el menor.

- Dioses, Mark, no deberías levantarte de la cama. - le dijo el castaño, entrando al cuarto para dejar la sopa en la mesa de descanso y llevar a Mark de vuelta a la cama.

- solo... solo quería tomar un poco de sol e ir al baño. - murmuró, relamiendo sus labios. - en serio, quiero ir al baño, YoungJae.

- está bien, está bien. - el menor alzó sus manos, mostrando que no tenía intensiones de atacarlo, aunque tampoco las tenía. Mark estaba muy alterado. - yo te llevo.

- no hace falta que me escoltes, puedo solo. - no, no podía. Ya tenía los pies en la tierra y se sentía fatal, por lo que tuvo que apoyarse en la pared, mirando hacia afuera de la puerta. - puede que esté un poco enfermo, pero las arreglaré.

- me creería que estés enfermo, pero el poco es una estafa. - sin importar qué, YoungJae tomó el cuerpo de Mark, dejándolo nuevamente en la cama. - estuviste delirando por 4 días, tuvimos que darte infusiones muy fuertes para bajarte la fiebre y hacerte dormir.

- mi vejiga tiene claro que me dieron infusiones, YoungJae, por favor. - suplicó Mark. Estuvo aguantando por días.

- yo te llevaré. - le dijo el chico. - ni creas que te dejaré estar solo apenas hayas despertado. - y nuevamente, lo tomó en sus brazos, como si Mark fuera una princesa. - sé lo testarudo que eres.

- ¡ya bájame! - gritó Mark, intentando darle manotazos a su amigo, aunque parecía no afectarle en nada.

Finalmente se rindió. Dejó que YoungJae lo cargara hacia los sanitarios. Allí, el menor le dio un poco de privacidad. Suspiró frustrado y empezó a orinar. En serio que se había aguantado.

Al salir del pequeño cuarto, fue hacia un recipiente lleno de agua para lavarse. Se miró en el reflejo del agua, dándose cuenta de lo mal que se veía. ¿Cómo esperaba verse luego de estar en cama 3 días, sudando, babeando, llenándose de agua por los trapos en su frente ? Y quizás qué otras cosas más hayan sucedido cuando estaba sin consciencia. Necesitaba un baño, urgente.

YoungJae lo miró, corrió unos mechones de cabello de su frente, reconfortándolo un poco.

- ¿quieres tomar un baño en los manantiales? - Mark asintió.

- me siento asqueroso. - dijo, secándose las manos en su propia ropa. - solo quiero... quiero esfumarme un tiempo y asimilar lo que sucedió.

- entiendo. - esta vez, el castaño no forzó las cosas y solo pasó el brazo del mayor por sus hombros para apoyarlo de camino a su cuarto.

- ¿y JinYoung?, ¿cómo esta él?

- JaeBum lo cuidó estos días. - le informó. - y yo a ti.

Al llegar al cuarto pertinente, YuGyeom estaba con todas las sábanas encimas. La cama de Mark estaba ordenada y bien hecha. El hermano menor había cambiado las sábanas para lavarlas o algo parecido.

- ordené a que trajeran otro plato de sopa. - dijo el menor de todos. - Mark debe comer mucho y tomar agua.

Correcto. La noche donde Jackson perdió la vida, el viudo había llorado hora tras hora, para luego caer enfermo y sudar como un puerco. YoungJae le extendió un vaso de agua, uno que recibió y bebió sin cuestionarse.

- apenas comas te llevaré al manantial. - le dijo el castaño. -

Las imágenes de aquella noche asaltaron su mente, lo que hizo que nuevamente se sintiera vulnerable.

Amaba tanto a Jackson, amaba con su vida entera a su esposo, pero... ¿qué más podía hacer? Él se había ido, dejándolo solo en un mundo que se viste de negro día tras día. Soltó un sollozo. Jackson no merecía ese final. Pese a su ambición, siempre tuvo claro que nada debía ser a costa de la vida de alguien que amaba. Jackson estaba dispuesto a ir en el equipo contra su propia hermana. Si bien a veces se cegaba por su ambición y llegaba a ser un patán, sabía que era por las manipulaciones de Ximena respecto al poder que ella tenía sobre todos. Antes de que Ximena compartiera su avaricia con su hermano, él era feliz, siempre buscando ayudar a las pequeñas criaturas que vivían en el bosque.

Pasó años de su vida con él. Años tan... tan dorados, tan brillantes.

Nuevamente estaba llorando en la cama, extrañando a aquel hombre que le había enseñado lo que había venido a buscar.

Cuando decidió perdirle permiso a su padre para venir a la tierra, él le pidió una explicación, un argumento válido para poder venir. Mark tenía en mente y objetivo; conocer el amor. Lo buscó por décadas.

Su padre le dio un plazo de 5 siglos, y ya estaba por cumplir la mitad, entonces, allí apareció. Como un sapito escondiéndose entre los arbustos, espiando cómo tomaba un baño. Mark lo notó enseguida, y como dicen por ahí hay que besar muchos sapos para encontrar el príncipe azul. Y lo hizo. Le dio un corto beso en los labios, y apareció, tan alegre, tan carismático, con una bella sonrisa de enamorado. Fue un amor a primera vista.

Logró conocer el mejor amor de todos. Encontró uno puro y sincero. Jackson le dio las mejores risas, los mejores besos, las mejores noches. Lástima que todo se manchó cuando puso sus ambiciones, que ni siquiera llegaban a ser de él, eran las que su hermana le había presentado e impuesto. Incluso así, decidió amarlo, pero no dar a torcer su brazo, no apoyó esa estupidez, pues tenía sus ideales bien marcados.

- lo quiero de vuelta... - susurró contra su almohada, ahogando un gemido de dolor. Su pecho apretaba fuertemente.

- Mark... - volteó unos segundos, encontrándose a JinYoung. Él era lo único que tenía de Jackson, él era el único que podía ver a Jackson como Mark lo veía. - yo también quiero a mis hermanos de vuelta. - sollozó. - yo también los extraño mucho.

Se reincorporó, abriendo sus brazos para que el joven viniera a acurrucarse con él. En menos de 2 segundos, JinYoung se cobijada en su pecho, suspirando fuertemente, intentando contener el llanto.

- déjame salvar a mi hermana. - continuó. - ella es lo único que me queda. Ayúdame a salvarla a ella.

- lo haré...



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No importa de qué Team seas, todos aman a Mark

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora