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La gente los miraba como si fuesen unos extraños, y lo eran. Nadie de los refugiados lamentaba la muerte de Jackson. Es más, JaeBum, YoungJae y YuGyeom tuvieron que amenazar a los imbéciles que se atrevan a celebrar la muerte de uno de los hermanos, además, les advirtieron de que si alguien intentaba entrar a los cuartos de Mark y JinYoung, con malas intenciones iba a ser ejecutado y se congelarían las cosechas.

También tuvieron que decir que, todo aquel que se atreviera a liberar a Kris de su castigo, iba a tomar su lugar.

Todos estaban molestos con la nueva política, y aunque había gente del tamaño de un tronco que podía ganarles a los 3, iban a perder todo su alimento, pues los árboles frutales y vegetales que ellos tenían era gracias a los 2 hermanos del bosque, y no, no podían arriesgarse a perder a esos 2, pues el clima durante los últimos 7 años hizo que todo se pudriera. El primer año intentaron sobrevivir, plantando árboles tras árboles, pero éstos siempre se marchitaban, y de milagro, llegaron los hermanos, dándoles de su magia para que los árboles y vegetales crecieran. Básicamente, matarlos sería un suicidio.

Toda la gente que abandonó el pueblo en que crecieron estaba bastante furiosa al darse cuenta de que el hermano menor de la reina tuviera que ser mantenido en su refugio, y ni hablar de cuando el chico atacó a su líder. Iban a quemarlo vivo apenas se diera la oportunidad.

Y ahora, para remate, tenían que oír lo que les tenía que decir.

Estaba de pie sobre una mesa en el centro del comedor. Todos se quedaron en silencio, observándolo.

- sé que muchos aquí... uhm... todos están en contra de la Reina. - pobre crío, todos se rieron de él por haber dicho algo tan obvio pero con duda. Era un ingenuo. - bien.. ehm... yo... - buscó la mirada de JaeBum, no había dudas, él debía ser el que debería dar el discurso. - yo crecí en el palacio, en un solo cuarto, de vez en cuando salía, pero yo no sabía lo que sucedía dentro del salón principal. Cuando yo huí, me di cuenta del mal que hizo mi hermana, así que tengo la intención de devolverle la paz a su pueblo y sacar a mi hermana del poder.

Como era de esperarse, muchos comenzaron a murmurar ciertas cosas, es más, se sorprendía de que no lo estuvieran abucheando, aún. Volvió a mirar a JaeBum, buscando algo de ayuda y apoyo. Él, finalmente, se subió a su lado, tomando su mano a escondidas.

- silencio. - ordenó, haciendo que todos cerraran la boca. - muchos aquí hemos esperado con ansias el fin de la Reina Oscura. Ella, con su magia y hechizos, nos atacó, tomó nuestras tierras, nuestro dinero... y tomó la vida de la gente que más amábamos. Yo vi la fuerza de su magia, sus poderes actuando. Cuando me pusieron de rodillas ante ella, juré que sería la última vez, así que, con valentía alcé mi espada contra ella y la apuñalé. - Aquellas fueron palabras de celebración, la gente aplaudió, pero se callaron al instante. - pero, como dije antes, su magia tenía poder sobre la vida así como sobre la muerte. No calló ni una gota de sangre. Ningún ser mortal podrá detenerla. - sin previo aviso, JaeBum alzó los brazos de JinYoung, exhibiéndolo. - pero en este refugio, en este salón, se encuentra la sangre del ser que podrá hacerle frente. 

Se sintió terriblemente mal, en ese instante quería que la tierra se abriese y lo tragara. Se sentía como un juguete de colección, y JaeBum no había visto eso, incluso, dudaba de que tan siquiera lo viera a él mismo.

- el hermano de la Reina es el único que puede hacerle frente. - continuó el mayor. - ni el mismo YiFan sabía qué tenía en sus manos. Esta noche le declaro la guerra a la Reina, en nombre de todos aquellos que perdieron la vida por su mano, en nombre de todos aquellos que perdieron sus tierras, en nombre del bosque y sus criaturas. Mañana, prepararemos nuestros corceles, con o sin armaduras, nos enfrentaremos a la oscuridad y haremos que el sol y la luna sean nuestra luz.

3 mujeres se abrieron camino hacia la mesa donde JaeBum daba su emotivo discurso, enardeciendo a las masas mientras exhibía a JinYoung, como un cachorro desprotegido a punto de ser sacrificados. 2 de ellas vestían de forma ordinaria, como simples sirvientas, en cambio, la mujer del centro llevaba una túnica roja, con cientos de tatuajes en todo su cuerpo y rostro. Ella era una bruja.

- con 3 gotas de su sangre, bendeciremos nuestras armas para que nuestros valientes soldados puedan vencer en el frente. - dijo ella, extendiéndole una daga de filo fino. JaeBum la tomó, sin remordimientos.

Los ojos de JinYoung brillaron en miedo cuando JaeBum tomó firmemente su mano, con una fuerza excesiva. Soltó un sollozo atemorizado. Sabía que podía salir de estas, utilizando su magia, pero también temía herir al mayor, aunque a éste no le importaba si lo lastimaba o no. Varias flores venenosas salieron de la nada, pero no estaban atacando.

- por favor, por favor, no lo hagas. - suplicó JinYoung entre sollozos, pero el cazador no lo escuchó, empezando a cortar la palma de su mano con la daga, enterrándola dentro de su piel y zurcárla, separándola lentamente para que la sangre brotase en gruesas gotas que, en lugar de ser un apasionado rojo, acumuladas tomaban un furioso color negro. - ¡por favor, para!, ¡por favor! - gritó sollozando. JaeBum sacó la daga de la herida y la tiró sobre la mesa, luego extendió la mano del menor hacia la bruja.

Una de las mujeres tenía una botella, la otra tenía un platón hondo. Ambas se pusieron frente a la bruja y la mujer de la botella vació leche materna en el platón de la otra mujer. 

- deja caer 3 gotas gruesas de su sangre. - indicó la bruja.

JaeBum asintió, girando levemente la mano de JinYoung para que la sangre se deslizase por su palma hasta caer en la leche. Una gota cayó después de la otra, pero la tercera no calló. El menor apretó el puño adolorido.

- si no dejas caer la última gota, te cortaré la muñeca. - amenazó JaeBum en un tono frío, uno que le quitó el habla a JinYoung nuevamente. Abrió su mano, dejando que la tercera gota cayera en la leche.

- confiaba en ti... - susurró tan bajo que JaeBum no alcanzó a escucharlo, es más, ni siquiera él mismo sabía si lo había dicho o pensado. - creí que podía llamar a tu nombre... pero eres igual de sordo que todo el mundo...

JaeBum, finalmente, lo soltó. Cuando miró su mano, su cuerpo se heló, se tensó completamente. Su estómago se hizo un nudo tan apretado, sentía que iba a vomitar. Su cabeza dolía, todo le dio vuelta, el olor a sangre lo envolvió. Su corazón golpeó fuertemente dentro de su pecho. Finalmente, se desmayó. Le tenía fobia a la sangre.


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Falta poco para el final UwU

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora