03

282 50 3
                                    

Por la mañana, la luz sombría los cubría, JinYoung despertó asustado y congelado. Por la noche había nevado y ahora se encontraba con una capa de nieve sobre sus espaldas. Miró a su captor, mismo que ya tenía la fogata hecha desde hace un rato. Éste lo miró y se acercó a él, asustándolo más.

- lo siento por lo de anoche, pero eres mi boleto de vida. - le habló directamente. - no te haré daño si colaboras, se ve que eres alguien preciado para ella, pero si haces una tontería, te lastimaré mucho, tanto que querrás morir para salvarte. - el menor lo miró con los ojos brillosos por las lágrimas e intentó deshacerse del nudo en su garganta. - ¿entendiste? - volvió a hablar, haciendo asentir al chico. - bien.

Pese a comer poco, esa mañana, el estómago del muchacho gruñó por la falta de comida, pero era obvio que el mayor no le daría de comer, de por sí lo hizo dormir atado. Suspiró, y con el corazoncito en la mano, siguió al más alto en silencio, pero viéndole el lado positivo, conocería el exterior antes de morir.

No era tan distinto a la vista que tenía en el palacio. Era algo decepcionante el parte, pero sí se sintió algo bien al ver que podía sentir algo más que un aire siniestro cálido acariciando su espalda, ahora sentía aire helado con un toque de riesgo y adrenalina.

- ¿cómo te llamas? - le preguntó el mayor. - soy JaeBum, pero si te preguntan quién soy, les dices que soy... JaeMin o algo así para que no me metan en prisión otra vez y no tenga que volver a secuestrarte.

El menor asintió en silencio, aún asustado y temeroso, ese chico le daba mucho miedo. Más aún cuando se detenía a mirarlo, ¿ahora qué tenía?, ¿qué hacía mal? Estaba asustado e indefenso para ser una amenaza, no sabía pelear, demonios, ni siquiera hablar, lo que casi lo hizo romper en llanto. Limpió las lágrimas de sus mejillas ya coloradas, notando a su vez como el otro se acercaba con un cuchillo hacia él. Esta vez no aguantó más y soltó varias lágrimas asustado, no gritó, no dijo nada, solo con la respiración agitada, asumió su destino. Con sus manos aún atadas, cubrió su rostro sollozando, no quería verse a sí mismo, a su cuerpo herido, por lo que optó seguir a ciegas.

JaeBum tomó a la fuerza las manos del chico, descubriendo su rostro ya rojo por el llanto, quiso reírse de él por ser tan cobarde, pero no pudo, es más, pensó que fue valiente al asumir su destino. Eso fue algo de admirar.

- no te haré daño, te quitaré las cuerdas para que puedas caminar tranquilo. - le murmuró y cortó las sogas, teniendo cuidado con la piel del chico. - pero... dime tu nombre.

El menor negó aún asustado y agitado, Bum entendió a la perfección el por qué, así que tiró por allí lo que quedaba de la cuerda y miró por dónde seguir.

- iremos a un refugio, no les diré quién eres, pero si lo atacan, debes salir a enfrentar a los asaltantes. - le habló suave. - allí te darán comida, agua y asilo, no les diré que eres parte de la realeza, porque se nota que no estás involucrado en política.

Se limpió las lágrimas y empezó a seguir al mayor sin refutar. Estar bajo peligro en el mundo exterior era algo más liberador que seguir bajo llave en una jaula de cristal...

Su jaula de cristal...

Ese día era viernes, un viernes de invierno lleno de nieve, su cuerpo temblaba levemente, pero le gustaba de que el frío fuera por algo hermoso en lugar de 3 paredes y una ventana. Sus mejillas se tiñeron rosas debido a ello y sus manos palidecieron, quedando como un muñequito de porcelana. Si seguía a JaeBum, lo más probable, es que conociera la primavera y vea las flores personalmente, de hecho, le agradó un poco la idea de ser "secuestrado".

Miró a su captor que iba a unos cuantos pasos más adelante que él y le siguió el paso con cuidado de no caer. JaeBum, al escuchar sus pesados y acelerados pasos se detuvo a un segundo, haciendo que el menor chocara con su espalda y tropezara.

- pensaba que me tenías miedo. - dijo secamente viéndolo allí en el piso. - bueno, cuento con que eres rápido.

JinYoung apretó sus labios mientras se ponía de pie y agradecía no haberse hecho alguna herida en sus palmas, de otro modo, se hubiera asustado al ver sangre.

Sangre... qué asco... qué miedo.

- anda, no podemos perder tiempo, cuanto más te detienes, más tardamos, y más morirás de hambre. - dijo JaeBum, retomando la palabra. El menor suspiró y asintió, caminando al mismo paso que el mayor para que no le regañara tanto, después de su trauma con las palabras, no quería tener uno con la compañía de alguien, ya estaba el trauma de la soledad.

Le desagradó la actitud del chico, pues él lo había liberado, y quería decirle cómo se había sentido cuando lo insultó y que no era nada de lo que él decía, de que no estaba bien lo que hacía y lo que decía, agregando de que no le gustaba cómo lo trataba, de que no era un cachorro al cual adiestrar. Simplemente le desagradó un poco su actuar. Pero no sería tomado en cuenta y sería insultado otra vez, de que sería humillado... quizás por eso mismo su hermana lo mantuvo encerrado... no quería que dejara en ridículo a su hermana...

Lo entendió y siguió al hombre, sintiendo una pequeña herida en el corazón... sabía que era una carga, pero aún no asumía que era la más dolorosa.

---

Actualizo hoy porque me siento generosa uwu

crystal loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora