61. Confesión

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- ¡Lo siento! - Gritó Denki cerrando los ojos, no quería ver lo que se le venía encima - ¡Por favor no me dejes calvo! ¡Todo menos eso!

- ¡Shhhh!

Aquel sonido que lo mandaba a callar le hizo abrir los ojos de golpe, ¡Esa no era la voz de Bakugou! Se volvió justo a tiempo para ver como Kirishima cerraba la puerta y se ponía un dedo sobre los labios, pidiéndole silenciosamente que guardara silencio. Fue entonces que Denki se fijó en donde estaba, ¡Aquella era la habitación de Kirishima!. Debía de haberlo interceptado cuando pasó por delante de su puerta pero estaba tan centrado en escapar que al sentir su mano sobre el brazo pensó que era la de Bakugou.

Ambos se quedaron estáticos, en completo silencio hasta que las pisadas de Bakugou dejaron de escucharse, perdiéndose en la lejanía. El alivio que sintió Kaminari en ese momento fue indescriptible, se llevó la mano a la frente y suspiró entre respiraciones entrecortadas, intentado recuperar el aliento perdido en su huida precipitada. De la que se había librado...

- ¿Se puede saber que has hecho esta vez para enfadarlo tanto? - Preguntó Kirishima.

Pero lejos de haber reproche en su voz, esta estaba llena de preocupación.

- ¿Cómo que esta vez? - Replicó Kaminari fingiendo indignación - Yo soy un ser de luz, jamás haría algo que molestara a mis amigos.

- Ya - Dijo Kirishima, sonriendo con sarcasmo - Por supuesto que no.

Denki lo miró con toda la inocencia que fue capaz de fingir.

- Soy inocente - Mintió Denki mirándolo con ojitos de corderito.

Aquello arrancó una carcajada de Kirishima que se dobló sobre sí mismo agarrándose el estómago. El corazón de Kaminari dio un vuelco al ver que había causado aquella risa tan bonita pero ignoró la sensación. En su lugar se puso de pie por fin y volvió su cara para que Kirishima no viera el sonrojo que ardía en sus mejillas, concentrándose en la ventana como si fuera lo más interesante de la habitación de Kirishima. Espera, ahora que se daba cuenta estaba en la habitación de Kirishima y encima a solas con él. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al darse cuenta.

- No sé si quiero saber lo que has hecho para que esté así de enfadado pero supongo que sabes que hasta que no te encuentre no parará, ¿no?

La sonrisa se le cayó de golpe, igual que el alma, que le llegó a los pies. Kaminari se volvió y lo miró pálido.

- Lo sé... - Susurró asustado.

- Bueno no te preocupes, algo inventaremos para que no sea muy duro contigo - Dijo Kirishima con una sonrisa amable.

- Kirishima... - Susurró Denki emocionado.

- Espero - Añadió al final.

- ¡Como que esperas! - Lloriqueó Kaminari, temiendo la ira de Bakugou - ¡Tienes que ayudarme!

Aquello hizo reír de nuevo a Kirishima pero esta vez Kaminari estaba demasiado asustado como para apreciarlo.

- Ahora en serio, últimamente no paras de molestarlo y no creo que Bakugou sea precisamente la mejor persona para incordiar - Dijo Kirishima preocupado - Al final saldrás escaldado.

Kaminari no contestó, apartó la vista. Lo sabía, sabía que estaba jugando con fuego y que muy probablemente se quemaría al final, se estaba comportando de forma infantil. Pero escucharlo del propio Kirishima lo entristeció, le recordaba más que nunca el porqué lo hacía.

- Denki... - Dijo Kirishima acercándose - ¿Estás bien?

- ¡Claro que si! - Mintió Kaminari, fingiendo una alegría que no sentía - Estoy estupendamente.

Ojos que no venWhere stories live. Discover now