4. Actividad de rescate

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Decidir hacer una cosa y realmente hacerla eran cosas muy distintas y Bakugou era plenamente consciente de ello. Había tomado la decisión de que su primer paso para cambiar sería saludar a Deku y disculparse por lo del día anterior. Sin embargo, una vez decidido se había dado cuenta que aquello no resultaría tan sencillo como habían pensado.

Se revolvió el cabello con fuerza mientras maldecía en voz baja y daba vueltas de un lado a otro de su pequeña habitación. El solo pensar en saludarlo le daba vergüenza y ya no hablemos de disculparse, le parecía simplemente imposible. Pero hoy iba a saludar a Deku, estaba decidido, él no era la clase de persona que huía de sus problemas. Miró el reloj y con molestia se dio cuenta de que si no salía ya hacia la escuela no llegaría a tiempo para la primera clase, así que cogió su mochila y salió corriendo hacia el edificio escolar.

Al llegar al aula jadeaba ligeramente por la carrera, echó un vistazo rápido al interior y vio que Izuku estaba charlando con Uraraka, Iida y Tsuyu-chan. Se apoyó un momento en la pared del pasillo para recuperar el aire antes de finalmente entrar al aula y dirigirse hacia su asiento. A pesar de que Deku no se volvió cuando pasó por su lado Bakugou supo que el pecoso era consciente de su llegada ya que la conversación de este con sus amigos se detuvo por unos segundos. Cogió aire.

- Buenos días... - Murmuró muy bajito.

Izuku parpadeó varias veces como si no pudiera creer lo que había oído.

- Buenos días Kacchan - Le contestó tímidamente.

Bakugou se sentó en su silla y apoyó la cara sobre su mano al tiempo que miraba por la ventana. Sentía la intensa mirada de Izuku sobre él pero no se giró, se sentía sumamente avergonzado. Que ironía que ayer hubiese pasado todo el día esperando que Deku lo mirase y que ahora fuese él quien evitara su mirada pero no podía evitarlo. Sentía sus mejillas arder, seguro que se había sonrojado y antes muerto que permitirle ver a Deku que se había sonrojado por su culpa. ¿Por qué diablos se sonrojaba por aquella estupidez? ¡Solo era un saludo! ¡Simplemente era Deku! Y no, definitivamente NO era por que le gustase Deku.

No entendía cómo diablos lo hacía Deku para saludarlo tan alegremente todas las mañanas a él por poco se le salía el corazón del pecho. Por suerte el paso uno de su plan estaba cumplido y cuando por fin escuchó a Izuku retomar la conversación con sus amigos y se atrevió a volver la vista hacia él, podría haber jurado que ahora el pecoso se veía más alegre.

Ahora venía lo complicado, debía disculparse, pero no sabía ni cómo ni cuándo hacerlo.
Las clases continuaron con normalidad hasta que a media mañana, Aizawa anunció que tendrían una clase práctica. Toda la clase se emocionó mucho al oírlo, las clases prácticas eran las favoritas de todos pues solían ser mucho más entretenidas que las clases teóricas.

- Poneos los trajes de héroe y reuníos en el gimnasio B3 en 15 minutos - dijo Aizawa.

Toda la clase se dirigió hacia los vestuarios y una vez cambiados fueron al gimnasio donde se llevaría a cabo dicha actividad. Al entrar muchos no pudieron contener las exclamaciones de asombro, habían remodelado el gimnasio completamente para que pareciese una ciudad en ruinas.

Se podían observar edificios de todos los tamaños, desde casas sencillas hasta grandes edificios. Y aunque algunos se hallaban más enteros que otros, ninguno se encontraba intacto, algunos de ellos incluso ardían entre llamas. Los escombros se acumulaban por las calles dificultando el acceso en algunos puntos y la carretera se había agrietado en algunos puntos. A lo lejos se podía ver un lago que parecía estar en el centro de la falsa ciudad, algunos barcos medio hundidos sobresalían de entre sus aguas. Bakugou no pudo dejar de sorprenderse junto al resto de su clase ante una recreación tan realista, la U.A. siempre conseguía sorprenderlo.

Ojos que no venWhere stories live. Discover now