22. Reencuentro

532 50 4
                                    

Hacía tan solo unos minutos aquel estadio había estado lleno de voces. Voces alegres y emocionadas, voces entusiasmadas que se entremezclaban unas con otras en una melodía atronadora mientras sus propietarios observaban emocionados los combates del torneo. Pero ahora sus dueños, ya no vitoreaban ni aplaudían, ahora simplemente huían. Empujándose unos a otros en el intento. Un manto de fuego azul cubría el estadio, como si tuviera vida propia, quemando todo a su paso, como una gran serpiente de fuego que engullía objetos y personas por igual. Y las únicas voces que ahora se oían eran gritos de terror y desesperación, gritos de dolor.

En el ring, Bakugou se maldecía a sí mismo por bajar la guardia de aquella manera, si tan solo no hubiera perdido la compostura cuando lo vio. Ver a Deku junto a la liga de villanos lo había dejado en shock y no había podido reaccionar a tiempo al ataque que le había lanzado uno de los villanos. Ahora unas férreas cadenas lo rodeaban y lo ataban al suelo impidiendo que se moviera, justo en aquel momento, cuando más necesitaba moverse.

Desesperado empezó a gritar, su voz se perdió entre los gritos del que había sido su público hacía escasos minutos pero sus gritos eran totalmente diferentes a los de esas personas que corrían desesperadas por huir. A aquellas personas les aterraba perder la vida, gritaban a causa de ese miedo salvaje que los corroía pero a Bakugou no le podía importar menos su seguridad en esos momentos. El miedo se extendía como la pólvora dentro de su ser, calando  hasta sus huesos y comprimiendo su garganta pero ese miedo, al igual que sus gritos, era completamente diferente a los de la gente de las gradas. Lo que congelaba su sangre y lo aterraba más que nada era que sus gritos no se oyeran.

- ¡LA CÁMARA! ¡Destruye la cámara de televisión! ¡Rápido! ¡Antes de que lo vean! ¡¡TODOROKI!! - Gritaba con todas sus fuerzas mientras se retorcía violentamente contra sus ataduras.

¡Tenía que hacer algo! Si las cámaras enfocaban a Deku y lo retransmitían por televisión junto a los villanos, su futuro como héroe quedaría destruido. No sabía que estaba pasando ni por qué parecía que Deku estaba de su lado, pero lo que sí tenía claro era que no podía permitir que lo asociaran con ellos.

Por suerte Todoroki había reaccionado más rápido que él y fue capaz de levantar a tiempo unos muros de hielo que habían detenido el ataque del quirk de las cadenas, así que a diferencia de Bakugou se encontraba libre. Todoroki asintió levemente en señal de que había comprendido la peliaguda situación en la que se encontraban y lanzó un gran ataque que congeló todo a su paso, engullendo la cámara y a varios villanos junto a esta. Aliviado, Bakugou dejó escapar el aliento contenido pero no se permitió relajarse, sus enemigos se encontraban a escasos metros delante de ellos. Y por supuesto también lo estaba Deku.

En aquel momento llegó un grupo de profesores y empezaron a luchar contra los villanos, uno de ellos alcanzó al usuario del quirk que tenía atrapado a Bakugou y este sintió como sus cadenas se aflojaban por lo que, con la ayuda de Todoroki, consiguió por fin liberarse.

Una vez libre miró a su alrededor para evaluar la situación, a su alrededor se estaban produciendo varios enfrentamientos entre profesores y villanos. Pero por desgracia el número de villanos los superaba, todos sus profesores tenían las manos atadas. Se frotó las enrojecidas muñecas mientras buscaba a su alrededor ¿Dónde estaba?

- Bakugou... - Dijo con suavidad Todoroki mientras señalaba hacia su derecha.

Algo en el tono de voz de su compañero le erizó el vello, tenía un muy mal presentimiento... Siguió con su vista la dirección señalada y entonces los vio, Shigaraki y Deku caminaban en su dirección con total tranquilidad. Pasaban junto a las luchas de sus compañeros sin prisas, sin prestarles atención, como si no estuvieran o no tuvieran importancia.

- Vaya, vaya, ¿A quién tenemos aquí? - Dijo Shigaraki cuando los alcanzó.

- ¡¡Deku!! ¡Ven con nosotros! - Gritó inmediatamente Bakugou.

Pero si Izuku lo había oído no hizo ningún gesto que lo demostrara, se limitó a observarlos sin mostrar emoción alguna. Algo no iba bien, Bakugou observó con atención a Deku y clavó sus ojos en la mirada de este, esperando como tantas otras veces que le devolviese el gesto, que sus mejillas se sonrojaran y le sonriera cálidamente, como siempre hacía. Pero no ocurrió, un escalofrío recorrió a Bakugou, algo iba muy pero que muy mal. No solo eso, había algo en el pecoso que le causaba malestar... Algo no encajaba... Pero no conseguía decir que era...

- Tú... ¡¿Qué le has hecho a Deku?! - Gritó Bakugou.

- ¿A qué te refieres? - Respondió Shigaraki- Yo no hice nada, Midoriya simplemente decidió cambiar de bando.

Shigaraki dejó escapar una risita ante las miradas incrédulas de los dos chicos frente a él. Aquello no podía ser verdad, estaba mintiendo, Bakugou estaba seguro de ello. Pero entonces ¿Por qué Deku no contestaba...? ¿Por qué no intentaba escapar? ¿Por qué no se revelaba? No había ataduras que lo obligaran a obedecer. No entendía nada.

- No sé qué le has hecho pero más te vale que lo puto deshagas - Dijo Bakugou amenazadoramente.

- Ya te dije que yo no hice nada, él accedió por su propia voluntad a unirse a nosotros. Supongo que en fondo siempre os odió...

- ¡MIENTES! - Rugió Bakugou furioso.

Intentó abalanzarse sobre Shigaraki pero Todoroki alzó la mano enfrente suyo deteniendolo.

- Contrólate, no bajes la guardia, está jugando contigo - Le reprendió.

- ¿Devolvértelo? ¿No me digas que él era importante para ti? - Preguntó Shigaraki antes de estallar en una sonora carcajada.

- ¡Bastardo!

Shigaraki puso las manos sobre su estómago en un intento por dejar de reír. Cuando por fin lo consiguió se apoyó sobre el hombro de Izuku.

- Sabes, siempre pensamos que habrá un mañana, que habrá más tiempo. Pero no siempre lo hay. A veces, el tiempo simplemente se acaba - Bakugou podría jurar que Shigaraki estaba sonriendo tras aquella mano que ocultaba su rostro - Y a ti se te acabó justo ahora.

- ¡No me jodas!

Apartó el brazo de Todoroki con brusquedad y se abalanzó sobre Shigaraki.

- ¡Bakugou no! - Lo llamó Todoroki.

Pero lo ignoró, ardía de rabia, no sacarían nada hablando con aquel maldito. Si no quería hablar le arrancaría la verdad por las malas.

- Midoriya - Susurró Shigaraki apartándose de Izuku.

Y para asombro de Bakugou, Deku se adelantó e interceptó el puñetazo que iba dirigido hacia Shigaraki. Lo miró incrédulo, incapaz de asimilar que hubiera protegido a su enemigo.

- Dek...

Un golpe sobre su mejilla derecha interrumpió sus palabras, enviándolo al suelo. Aturdido y sin atinar a levantarse del suelo, alzó la mano hasta su mejilla, apoyándola sobre el lugar en el que había recibido el golpe.

...

¿Deku lo había golpeado?

Su mente era un caos, no conseguía pensar con claridad. Miró hacia abajo unos instantes, no se atrevía alzar su mirada y mirar al autor de su caída por que cuando lo hiciera sería real, demasiado real. Todo había ocurrido muy rápido, tal vez no era Deku después de todo, aunque en el fondo sabía que si lo era.

Finalmente, Bakugou se obligó a alzar su mirada y esta se cruzó con la de Deku. Y fue en ese momento, cuando sus miradas se encontraron, verde sobre rojo, que lo supo. Por fin se dio cuenta de que era lo que lo había estado molestando. Los ojos de Deku no brillaban, lo miraban sin emoción alguna, como si estuvieran muertos. Aquellos ojos opacos miraban sin ver.

Ojos que no venWhere stories live. Discover now