45. Adversidad

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El caos crecía sin control a su alrededor, tiñendo el muelle con sangre, gritos y llamas pero Kirishima apenas era consciente de ello. Toda su atención se centraba en una cosa:el edificio por el que se había adentrado Bakugou. Estaban cansados, la batalla anterior no había sido sencilla y no habían tenido tiempo para recuperarse, respiraciones erráticas acompañaban sus pasos y hacían arder sus pulmones pero no era el momento de descansar, el almacén que se alzaba justo ante ellos. Había llegado el momento de abandonar aquel puerto sediento de sangre y sumergirse en la nueva batalla que los esperaba en el interior del almacén.

Estaban a tan solo un paso de alcanzar su puerta cuando de pronto el suelo tembló y se agrietó. Y por un momento, a medida que el suelo cedía bajo sus pies, reinó el caos. Tanto amigos como enemigos se vieron afectados por el terremoto que se había desencadenado de repente y había abierto el suelo bajo sus pies, obligándolos a luchar por mantener el equilibrio. Confuso y vulnerable, mientras intentaba con todas sus fuerzas mantenerse en pie, Kirishima se las ingenió para darse la vuelta y contemplar el campo de batalla que por un segundo pensó que conseguirían dejar a sus espaldas. Lo que vio le heló la sangre.

- ¡Cuidado chicos! - Gritó Kirishima sin poder apartar la vista del causante del temblor que los había alcanzado.

Un nuevo nomu los atacaba, sus manos contra el suelo provocaban grandes ondas que despedazaban el suelo y les robaban el equilibrio. Aquel nuevo enemigo se abalanzó contra ellos, de sus brazos nacieron inmensas guadañas que reflejaban con peligroso brillo el fuego que los rodeaba por todas partes.

- ¡Apartaos! - Gritó Kirishima.

A su alrededor sus amigos se fueron incorporando uno a uno, con dificultad por el temblor que aún azotaba la tierra, todos, excepto Denki. Kirishima se volvió confuso hacia él, sin entender porque permanecía en el suelo, y entonces se dio cuenta. Sintió una oleada de miedo recorrerle al ver la causa, uno de los pies de Kaminari había quedado enterrado bajo una gran piedra.

- ¡Denki! - Gritó Kirishima.

Por desgracia, el nomu también se había dado cuenta y atacó. De su espalda nacieron un par de alas que batió con fuerza, acercándose con peligrosa rapidez. Por unos instantes todo pareció moverse a cámara lenta. En esos segundos Kirishima vio con dolorosa claridad la mirada angustiada en los ojos de Denki, sus inútiles esfuerzos por apartar la roca y ponerse en pie, el avance demasiado rápido del nomu y el suyo propio, demasiado lento.

Kirishima corrió con todas sus fuerzas, en aquella carrera contra el nomu por llegar hasta Kaminari. El suelo destrozado dificultaba su avance y por uno angustioso momento Kirishima pensó que no lograría llegar a tiempo, sin embargo, consiguió llegar escasos segundos antes que el nomu. Rompió la roca que aprisionaba a su amigo con su quirk pero hasta ahí llegó su suerte, el nomu los alcanzó. Mientras empujaba a Kaminari para apartarlo del peligro su espalda ardió en agudo dolor, Kirishima gritó al sentir las cuchillas desgarrarle la piel y el músculo, antes de que Todoroki pudiera detener los movimientos de la bestia atrapándola en un bloque de hielo.

- ¡¡Kirishima!!

Kirishima alzó la vista con dificultad hacia la voz aterrada que lo llamaba y vio el pálido rostro de Kaminari agacharse junto a él.

- Lo siento, es culpa mía - Sollozó Denki con lágrimas en los ojos - Si no me hubiese dejado atrapar.

- Eh - Susurró Kirishima alargando su mano y posandola sobre la mejilla de Kaminari en una suave caricia - Estoy bien, ha sido solo un rasguño.

Ignoró el agudo dolor que le atravesaba la espalda y se incorporó. Cayó sangre cuando lo hizo, precipitándose contra el suelo con sangrienta ferocidad pero la ignoró también. Aquello era un campo de batalla, no podía permitirse el lujo de quedarse en el suelo solo por sangrar un poco, no si quería salir con vida de allí. No quiso preguntar por la gravedad de la herida, no era importante en aquel momento. No cuando solo tenía una opción, seguir adelante.

Ojos que no venWhere stories live. Discover now