12. Más que amigos

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Una vez que Bakugou hubo desaparecido en el interior del edificio, Kaminari le dirigió una mirada preocupada a Kirishima y se acercó hasta él rápidamente. No eran necesarias las palabras, Kirishima sabía la pregunta que le estaba a punto de formular incluso antes de que lo hiciera.

- ¿Cómo está?

- No muy bien, nunca lo había visto tan deprimido... - Contestó Kirishima abatido - No supe que decirle, parecía tan confundido.

- Hiciste lo correcto, los villanos aún podrían estar por aquí, no podíamos dejar que vagara el solo por las calles.

- Lo sé pero aun así...

Kirishima no supo como acabar la frase así que guardó silencio. Miles de posibles respuestas cruzaban su mente: entiendo como se siente, me habría gustado poder consolarlo, ojala pudiera hacer algo... Pero ninguna le parecía adecuada, le parecían todas ciertas y falsas al mismo tiempo. A su lado, Kaminari le observaba con lástima y sus ojos reflejaban la pregunta que sus labios no se atrevían a formular.

"¿Qué podemos hacer?"

Y en el fondo Kirishima se alegró que no la hiciera, pues ni él mismo sabía la respuesta a esa pregunta. Le dolía saber que Midoriya, su compañero de clase y amigo, había sido secuestrado, no saber si estaba bien, si le hacían daño o sí... Pero sobre todo le dolía ver sufrir a su mejor amigo por ello, verlo ahogarse en silencioso dolor y no poder hacer nada por ayudar.

Al fin y al cabo, sabía desde hacía muchísimo tiempo que Midoriya estaba enamorado de Bakugou, era evidente para todos menos para su mejor amigo. Por eso al darse cuenta de que en realidad Bakugou correspondía a Midoriya había esperado emocionado el día en que por fin acabaran juntos. Solía pensar que solo era cuestión de tiempo que aquellos dos estúpidos se dieran cuenta de que eran correspondidos pero ahora ya no lo veía tan claro. El destino se había interpuesto en su camino, separándolos.

Kirishima y Kaminari entraron juntos en el dormitorio escolar y se dirigieron hacia la cocina donde se detuvieron por unos segundos. No había nadie en la estancia, todos se habían ido finalmente a descansar y el espeso silencio que había reinado en el comedor desde la discusión, por fin había sido reemplazado por un silencio más amable. Ellos también deberían descansar pero Kirishima no se sentía preparado para dejar ir el consuelo que le proporcionaba la compañía de Kaminari.

- ¿Quieres té? - Preguntó Kaminari tímidamente.

- Me encantaría - Respondió Kirishima con una sonrisa agradecida.

Parecía que Kaminari se sentía como él, ninguno se sentía preparado aún para enfrentarse a la soledad de sus habitaciones.

Mientras Kaminari preparaba té para ambos, Kirishima se sentó distraídamente en una de las mesas. Quería mostrarse optimista, poder decir sin dudar que rescatarían a Midoriya pero no podía suprimir el sentimiento de pérdida que lo embargaba. Sentía como si hubiera perdido un amigo. El recuerdo del rostro de Bakugou hacía tan solo unos minutos cruzó su mente. No, sentía como si hubiese perdido a dos amigos.

***

Mientras Kaminari preparaba el té, le dirigía miradas de reojo a Kirishima quien, perdido en sus pensamientos, no sé daba cuenta.  Entre ambos cayó el silencio pero no era un silencio incómodo, simplemente disfrutaban de la compañía mutua, agradeciendo el consuelo que esta ofrecía.

Kirishima se veía muy desanimado y Kaminari no sabía qué decirle para que se animara, no cuando el mismo no tenía ánimos ni para formar una pequeña sonrisa. No aún al menos, era todo demasiado reciente, las heridas aún estaban frescas.

Ojos que no venWhere stories live. Discover now