Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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En la vida solo hay algo seguro. Aparte de la muerte y los impuestos. Por mucho que te esfuerzes, por buenas que sean tus inteciones. Vas a cometer errores. Vas a lastimar a los demás y vas a ser lastimado. Y bueno, si quieres recuperarte, solo hay una cosa que decir.
Hoy había llegado con Derek al hospital, no era tan temprano como la otra vez, pero si era un poco tarde.
Cuando Derek y yo entramos al hospital, él se fue al ascensor donde Meredith estaba. Yo, en cambio, decidí entrar a otro ascensor.
La última vez que estuve en un ascensor con Derek y Meredith, la tensión sexual se sentía a leguas. Ni siquiera, les interesaba en ocultarlo. Yo estaba muy incómoda. Y es por eso, que prefería evitarme esa situación.
Cuando fui a los vestidores, nadie estaba. Supongo que la única que llegó tarde era yo. Ya estaba terminando de cambiarme, cuando George entró agitado y viendo por todos lados.
- ¿Has visto a Izzie? - preguntó
- No - respondí.-¿Cómo te fue con Callie?- pregunté.
- Uhmm... me perdonó - se tomó un momento para respirar. - Tengo que hablar con Izzie - repitió y se fue de los vestidores.
Yo salí detrás de él y grité
- George, hoy tú me vas acompañar en la clínica.
- ¡La clínica! - gritó y se fue corriendo a la dirección de la clínica.
Hoy no parecía que iba a ser un buen día. Por alguna razón, Callie me había mandado a la clínica.
Se suponía que la clínica es voluntaria y yo no era voluntaria.
Y como yo estaba sufriendo, George también iba a sufrir. Ya que por su culpa, su esposa me estaba mandando a la clínica.
Llegué al vestíbulo y vi que mis tres internos restantes ya estaban ahí, esperando a que les dijera que es lo que tenían que hacer.
A veces me daban ganas de explotarlos y hacerles daño. Pero luego, me acordaba del horrible año de interna que tuve en Nueva York y se me pasaba.
- ¿Y las fichas clínicas? - pregunté.
Ellos me miraron asustados y nerviosos. Se movieron rápido y empezaron a buscar las fichas.
Pero no negaba que me gustaba asustarlos.
Uno de ellos, Edwards, se acercó a mí y me mostró una ficha. La verdad es que estaba bien completada. El único problema: su caligrafía.
- Edwards, podrías matar a alguien con esa caligrafía. ¿Eso es un 6 o un 5? Mejora esa letra - le indiqué. Los otros dos escucharon y empezaron a escribir lento.
Meredith se acercó a mí y me dijo que yo era una excelente líder con mis internos, lo cual es mentira. También dijo que mi cabello era muy bonito, lo cual si es verdad.
