Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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Nos enorgullecemos del hecho de que los doctores dormimos prácticamente de pie. En cualquier momento, en cualquier lugar. Pero es un falso orgullo, porque la verdad es que después de 20 horas sin dormir lo mismo daría ir a trabajar borracho. Seas doctor o no. Así que no es raro que haya más errores fatales por la noche cuando nosotros, los doctores, con orgullo dormimos de pie.
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–¡Liv, despierta! –escuché un grito en mi oído. Abrí mis ojos de inmediato y volteé a ver quién me había despertado: Derek sonreía de satisfacción–. Estas babeando.
Fruncí el ceño y traté de limpiarme el rostro.
–¿Qué pasó? –le pregunté.
–Te quedaste dormida mientras exponía mi proyecto de Alzheimer. Yo conseguía mi financiación mientras tú utilizabas la mesa como almohada. –seguía con esa sonrisa estúpida– No te preocupes, no arruinaste nada, todo salió bien, Mark quiere celebrarlo en Joe's, ¿vienes?
Volví a fruncir el ceño. Tanta información y mi cerebro recién se estaba reiniciando de mi cándido sueño. Mis ojos seguían cansados. Bostecé y negué.
–Iré a casa a dormir un poco más. –Pensé que el jefe te había reducido los horarios para que no te estresarás. ¿Por qué estás tan cansada? Esa pregunta era tan graciosa, porque él era la respuesta, él y todos sus amiguitos titulares. Los residentes estaban haciendo prácticas en la noche, pero para no "cansarme" el jefe me puso en el horario de día, donde estaban los titulares. Y como era de las pocas residentes disponibles en ese horario era tratada peor que una esclava.
Uno piensa: "llegaré a casa y dormiré", pues tampoco era así, April estaba en mi cuarto y cuando llegaba del trabajo se ponía a llorar, a escribir en su diario, a ordenar cosas o hacer todo el ruido posible interrumpiendo mis horas de sueño. Para ese problema había pensado en mudarme, tener un lugar para mí, que se adecue a mis horarios y que no haya mucho ruido. Claro tendría que hacer un préstamo, capaz mamá o alguna de mis hermanas estaban de buen humor y me podrían ayudar, incluso le comenté a Derek eso y lo que dijo fue:
–No. –Ni siquiera lo pensó, lo dijo de inmediato–. No sé si eres lo suficientemente responsable para darte un préstamo o para animarte a esta idea. Eres impulsiva y no te gusta ordenar. Ni siquiera haces limpieza aquí. –quise objetar, pero él siguió– Cuando fuiste a la universidad, volviste a la casa de mamá en menos de un mes y no has salido de ahí hasta que viniste aquí. Mantenías en completo desastre la casa rodante y no me quiero imaginar cómo vivías con Mark, porque volviste a los tres meses y...
Siguió explicando por qué no creía conveniente apoyarme. Lo entendía, si yo fuera aburrido como él pensaría lo mismo, pero él no entendía que yo me sentía mal conmigo misma, había cometido errores y quería mejorar. Faltaba poco para que cumpliera 30 años y vivir en la casa de la novia de tu hermano, no era exactamente mi sueño a esta edad.
