Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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«He tenido un día terrible". Lo decimos todo el tiempo. Una pelea con el jefe, una enfermedad estomacal, tráfico... Eso es lo que describimos como terrible, cuando nada terrible ha ocurrido.
❁❁❁
Tuve un mal día.
Todo un suceso de eventos hizo que este día apestara para siempre. Primero, tuve unos antojos especiales e irritantes de sushi que me hicieron viajar hasta al centro de la ciudad; segundo, me quedé varada en el tráfico por dos horas y llegué muy tarde al hospital y tercero; no había reservaciones para diciembre en el local de bodas que yo quería.
–No, no quiero una boda de setiembre, quiero para diciembre. –Toda la tarde me la había pasado peleando con la recepcionista–. Ya sé que es Navidad, pero a nadie le interesa eso. ¿Sabe qué? Póngame en lista de espera.
Colgué mi celular y con mucha molestia me puse a completar las fichas que tenía acumuladas. Después de un rato, vi que Jackson se acercó a mí, estaba hablando por su celular.
–Hoy tenemos cita con la obstetra. No te olvides. –me recordó– Ya cancelaste dos veces. No puedes hacerlo otra vez.
–Ya les dije que lo sentía. No volverá a pasar. –respondí cansada de ese tema.
No era que yo no quisiera ir a mi cita con el obstetra, era que no me alcanzaba el tiempo y por eso cancelaba. Derek y sus operaciones me mantenían muy ocupada. Él sabía que en unos dos meses tendría que irme por permiso de maternidad y por eso trataba de enseñarme lo más rápido posible.
Dejarlos plantados era un efecto colateral que no lamentaba. Estar al lado de Mark y Jackson era una como ver a dos idiotas del equipo de futbol de mi secundaria. No los soportaba.
–Es desconsiderado dejarnos plantados, ¿sabes? –Jackson siguió– Mark y yo estábamos listos para la amniocentesis.
Rodé los ojos. A esto me refería.
–No faltaré a su cita. –recalqué.
En ese momento, se escucharon nuestros beepers sonar. Lo revisamos y vimos que se trataba de urgencias.
––Necesitarán ayuda. Vamos. –dije. Dejé las fichas a un lado. Jackson me miró preocupado– ¿Qué pasa? –pregunté,
–Es solo que... estas entrando al sexto mes y en urgencias hay demasiada actividad. No quiero que te esfuerces.
Alcé las dos cejas, sorprendida. Sonaba como todo un papá.
–El bebé está bien. –me encogí de hombros– Lo siento moverse y tener mucha hambre. No debes preocuparte. Solo será algo de rutina. No pasará nada. –Jackson se quedó viéndome fijamente como si no creyera lo que decía. Suspiré– Bien. Solo iré a ver si hay algún caso de neuro.
