Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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"Los cirujanos no pueden ser perezosos. Los riesgos son demasiado grandes. El momento en que dejamos de presionarnos, algo terrible sucede, algo que nunca vemos venir."
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Miraba desde las bancas del campo de juego cómo Alex tiraba la pelota de béisbol hacia la tercera base. Mark la agarró y en un rápido movimiento se la lanzo a Arizona, quien, con mucho miedo, escapó de la dirección de la pelota.
–¡Robbins, tienes que golpear la pelota! –le gritó Hunt.
–Iba directo a mi cara –se defendió Arizona y fue a sentarse a las bancas.
Todos los doctores del Seattle Grace Mercy West practicábamos en el campo de béisbol de la ciudad por órdenes de Hunt. Para redimir nuestro nombre a nivel distrital, nos había inscrito en un torneo de béisbol contra los otros hospitales. Mañana íbamos a jugar contra el Presbiteriano y Hunt tenía planeado que ganáramos.
A mí el deporte, no podría importarme menos. Con Jackson y Mark habíamos acordado que no iba a jugar por miedo a otra amenaza de aborto, así que solo me quedaba en las bancas y miraba con mucho gusto a Mark jugar.
–¿Qué te parece mi jugada? –me preguntó Mark en un aire coqueto al acercarse a mí.
–Tienes buenos brazos –le jalé del cuello de su polera y lo besé.
Sentí que sus manos iban a mi cintura y se pegaba más y más a mí.
–¡Shepherd! ¡Sloan! ¡Concéntrense! –escuchamos a Hunt gritarnos. No le hicimos caso y continuamos besándonos–. Bien, tomaremos un descanso.
–¿Mark? –una voz desconocida preguntó frente a nosotros.
Nos separamos y vimos una mujer pelirroja con una gran sonrisa por ver a Mark. No sabía de dónde, pero la conocía.
–Julia. –la llamó Mark– Olvidé que jugabas para el Presbiteriano. ¿Cómo estás?
–Bien. Pero estaré mejor cuando acabemos con tu equipo mañana, juegan fatal, tu... no estas nada mal. –Mark se rio con ella. La chica me miró y se dio cuenta de mi vientre–. Vaya, nos dejamos de ver unas semanas y ya tienes una novia embarazada.
¿Semanas? Ahí me acordé, Julia era la chica que Mark había llevado a la boda de Callie y Arizona.
–Cierto, –Mark me sonrió– Liv ella es Julia, cirujana oftalmóloga del Presbiteriano. Julia ella es mi novia Liv. Tendremos al bebé en tres meses. Todos estamos muy emocionados. Jackson y yo no hemos dejado de pensar en nombres.
