Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
"Renegados, inadaptados, gángsters con bisturí, eso es lo que nos gusta pensar de nosotros, nos hace sentir que somos malditos y atractivos. El problema es que no es exactamente la verdad. En el fondo, somos seguidores de reglas, ovejas. No rompemos el protocolo, seguimos las instrucciones al pie de la letra. Porque si no seguimos el protocolo nuestros pacientes mueren y dejamos de ser malditos, y pasamos a ser malos. Muchos pacientes necesitan tiempo para aceptar su diagnóstico, lo mismo le sucedió a mi madre. Nosotros no tenemos tiempo."
❁❁❁
Roma fue un sueño. Uno hermoso, como de película. Jackson ya conocía la ciudad y me llevaba a todos lados, comimos una verdadera pizza y conducimos una vespa. En la conferencia de residentes conocimos a muchas personas, desde residentes jóvenes y ambiciosos hasta cirujanos vejestorios y millonarios.
Estaba un poco segura que en aquellas reuniones vi al anciano que había salvado en rehabilitación. No vi a su agradable hija, pero si a su hijo.
En las noches teníamos cena con la mamá de Jackson. Catherine era muy persuasiva cuando lo deseaba y no había forma de esquivarla. De todas formas, me gustaba estar con ella. Admiraba mucho su forma de ser.
–Liv, linda, ¿ya has ido de compras? –me preguntó en una de las cenas–. Aquí la tela es mucho mejor que América. Un Versace original te quedaría precioso.
Negué con una pequeña sonrisa.
–Jackson es quien me lleva a todos lados y aún no ha llegado el tour de las compras. –le respondí.
Miré a Jackson, estaba bebiendo de su copa de vino.
Estaba más serio de lo normal, de vez en cuando parecía relajarse si decía un chiste, pero cuando su mamá y yo confraternizábamos lo miraba incomodarse.
–Mi Jackie es todo un caballero. –su madre le dio un cumplido y volvió a mirarme–. Sería bueno si tú y yo vamos de compras. Un momento de chicas. De paso, podría comentarte una oferta que me encantaría proponerte.
–Mamá... –Jackson le estaba poniendo un pare.
–Deja que Liv decida, hijo. Te he enseñado que las mujeres tienen sus propias opiniones.
Jackson suspiró molesto y se levantó de la mesa.
–Es hora que nos retiremos, mamá. Mañana debemos asistir temprano a la última conferencia.
Catherine lo miró con un aire de molestia, pero me sonrió de forma agradable.
–Mañana nos veremos, querida. Debo entender que ya están cansados.
