04.13

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"¿Cuántas cosas puedes hacer en una hora? ¿Quizá hacer un recado? ¿Estar parado en un atasco? ¿Qué te cambien el aceite? Si lo piensas, una hora no es mucho

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"¿Cuántas cosas puedes hacer en una hora? ¿Quizá hacer un recado? ¿Estar parado en un atasco? ¿Qué te cambien el aceite? Si lo piensas, una hora no es mucho. 60 minutos. 3.600 segundos. Ya está. Sin embargo, en la medicina, a veces una hora lo es todo. La llamamos la hora de oro. Esa ventana mágica de tiempo que determina si un paciente vive... o muere"



❁❁❁



–Meredith, ¿podrías firmar esto? –me acerqué a ella con el expediente en mi mano– Le daré de alta al hombre de aquella camilla; tiene una ligera migraña y su novia no ha dejado de quejarse todo el momento.

Meredith miró de reojo a mi paciente y firmó el formulario de alta. Volví a mi paciente y les di una sonrisa.

–Aquí tiene la receta de sus pastillas. Solo necesito su firma para que pueda retirarse.

Le entregué el formulario al hombre y su novia nos miró con fastidio.

–¿Ya nos podemos ir? –preguntó al chico– Tenemos que ir a la fiesta de mis amigas y vamos a llegar tarde por tu culpa.

–Me dolía la cabeza –trató de explicarse.

Su novia rodó los ojos y lo ignoró.

Dios, que odiosa era.

–Mayormente, un dolor de cabeza puede ser síntoma de algo más grande –quise defender al chico–, hizo bien en venir. Si el dolor empeora u ocurre algo más, puede llamar a mi número.

El chico me agradeció y se fue de la sala de emergencia con los gritos de su novia. Negué con la cabeza y agarré el formulario para llevarlo a la estación de enfermeras. Había un poco de papeleo desordenado, el cual limpiaba hasta que Meredith se acercó a mí con mucha prisa.

–Necesito que revises al niño de la pierna fracturada –ordenó.

Asentí y fui hacia el nuevo paciente.

Esta noche, Meredith estaba al mando de urgencias, ella atendía y ordenaba a todos. Se la notaba estresada, porque había más de gente de lo acostumbrado. Sin embargo, todos sabíamos que este tipo de situaciones la haría llevar la delantera en la carrera de residentes.

–Hola, amiguito. –me acerqué al niño– Te revisaré rápidamente, ¿sí?

El niño entendió y trató de calmarse; sin embargo, cada vez que le tocaba la pierna soltaba gritos estruendosos.

–El hueso está roto. Va a necesitar cirugía –informé a los preocupados padres– Pediré un quirófano para la siguiente...

–Yo tengo un quirófano libre –Arizona me interrumpió de la nada–. Tengo todos los exámenes listos en Pediatría. Tenemos que llevarlo ahí. –Me acerqué a ayudarle para trasladar al niño en la camilla, pero me Arizona me detuvo y pidió la ayuda de un enfermero–. Ya tengo alguien que me asista, no te preocupes.

𝐏𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐒𝐤𝐢𝐥𝐥𝐬  -Grey's AnatomyWhere stories live. Discover now