Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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"El cuerpo humano está diseñado para compensar las pérdidas. Lo hace, por lo que no necesita las cosas que no puede tener. Pero a veces la pérdida es tan grande que el cuerpo no puede compensarse por sí mismo. Ahí es cuando los cirujanos intervienen."
❁❁❁
–Necesito que te vayas –me dijo Jackson cuando lo vi en la sala de conferencias.
Fruncí el ceño. Pensé que habíamos arreglado nuestros problemas.
–Buenos días para ti también. –le dije. Me senté al lado de April.
–Tienes que irte. –volvió a insistir y se sentó a mi lado–. Ve con Mark a algún lugar de Hawái. Yo pagaré todo. Solo necesito que te vayas por dos días. Ahora.
Levanté las cejas sorprendida y sonreí.
–¿Por qué me iría justo el día en el que tu mamá dará una conferencia? –cuestioné y Jackson me miró como si la respuesta no fuera obvia, Me reí–. Te dije que somos amigas en Facebook, sé todo lo que hará, todo. Va a dar una clase maestra en el quirófano y no pienso perdérmelo.
–¿Y le dirás que terminamos, que estás esperando un hijo mío y que te casarás con Mark?
Me moví incomoda en mi asiento.
–No pensaba hablar de eso.
Quería seguir siendo amiga de Catherine, me parecía una mujer extraordinaria, directa y audaz. Decirle que le había roto el corazón a su hijo no iba a ayudar a nuestra amistad.
–Conoces a mi mamá, es toxica y entrometida. –siguió Jackson– No tiene fronteras. Lo sabrá de alguna forma u otra.
Rodé los ojos. Me parecía que estaba exagerando.
–¿También sabrá que estás saliendo con alguien más? –April se unió a nuestra conversación. Jackson la reprendió con la mirada. Supuse que era un secreto entre los dos–. ¿Qué? Tu mamá es genial. Merece saber que sales con...
Jackson le pellizcó el brazo y April se calló sobando su brazo con dolor. Giré a ver a Jackson y le sonreí.
–Es bueno que salgas con alguien más. ¿La conozco? –le pregunté y me miró mal. Cierto. No era de mi incumbencia. Aunque pensando que estaba a punto de hacerle la "Mark Sloan" a la nueva chica, si era de mi incumbencia. ¿Qué tal si era una perra? No podía dejar que mi hijo tuviera una madrastra horrible–. Dime quién es. –insistí.
