Ese tipo de amor convierte a un hombre en un esclavo. Ese tipo de amor envía a un hombre directo a su tumba.
Me vuelvo loco, loco, loco bebé. Lo enciendes, luego te vas. Si, me vuelvo loco, loco, loco por tu amor.
¿Que puedo hacer cariño?
Me sie...
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"Cuando éramos bebes, éramos fáciles. Un llanto significaba que tenías hambre y otro que estabas cansado. Pero cuando nos convertimos en adultos nos volvemos difíciles. Empezamos a esconder nuestros sentimientos, a levantar muros. Llega hasta el punto que en el que nunca sabemos de verdad como piensa o siente alguien. Sin quererlo nos convertimos en maestros del disimulo."
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Sentí el frío gel ser rociado en mi vientre y la máquina de ecografía pasar encima de ella. Estaba entrando a las 16 semanas de embarazo. Mi vientre había crecido y necesitábamos ver cuál era el estado del bebé. Mark y Jackson me acompañaban en este momento especial.
–Su ritmo cardiaco está en buen estado y sus órganos están a mitad de formarse. –informó Meredith, lucía el uniforme rosado pastel de las obstetras. No sé qué hacía en esa especialidad, pero supuse que tenía una crisis–. Incluso se puede ver un poco el cabello. Todo está bien. ¿Les interesa conocer el sexo?
–Si –respondí.
–No –respondió Jackson.
Meredith nos miró confundida.
–Recién decidiremos. –le informó Mark.
Meredith entendió y se fue a hacer el reporte detallado que me había pedido Catherine. Miré a los dos hombres.
–Quiero saberlo de una vez. –les dije.
–Pero yo quiero que sea una sorpresa. –opinó Jackson– ¿Qué a ti no te gustaban las sorpresas?
–Sí, pero quiero adelantarme esta sorpresa. La ropa de marca para bebes se acaba muy rápido cada temporada, quiero saber qué clase de ropa le debo a comprar. Quiero saberlo ahora. –demandé. Jackson volvió a negar la cabeza y miré a Mark–. ¿Tú qué opinas?
Obviamente, mi novio mi apoyar.
–Concuerdo con Avery. –dijo. Le lancé una mirada de molestia–. Cuando se tiene un factor sorpresa, la espera del embarazo llega a ser más divertido. Así me pasó con Sofía.
Jackson asintió dando a entender que opinaba lo mismo y me miró como si hubiera ganado la discusión.
–Se supone que el embarazo debe ser divertido para mí, no para ustedes –me molesté– Sabremos el sexo y se queda así.
