XX: el camino del villano

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Había sido tan idiota, pero tan idiota. El hombre en su celda se lamentaba por sus acciones, consumido por el llanto y la impotencia. Sus jadeos y sollozos se ahogaban en su mordaza. Sus manos encadenadas sin clemencia dañaban su piel, tratar de liberarse había sido una total pérdida de tiempo y fuerzas.

—Mi amor, tenías razón. —pensó— Era una misión suicida. Lo siento Susan, lo siento Orión, lo siento Ofiuco. Ya no soy más que hombre muerto.

—¿Estás listo? — preguntó Black hat apareciendo frente a él y retirándole la mordaza con su poder.

—Bastardo. — gruñó con una mirada retadora que Black hat devolvió con gusto.

—No te gusta el amor incondicional de un hijo a su padre ¿verdad? He de decir que es bastante agotador fingir tenerle un mínimo de aprecio a ese niño irritante. ¿Y si desmiembro frente a tus ojos?

—Mátame ya y cabemos con esto. Mi vida por la de él.

—No recuerdo que mi amenaza fuera esa. —abrió la celda y, muy despacio, su sombra de acercó para romper sus cadenas y llevarlo atado hacia el laboratorio— Dije que mataría al niño si hacíais cualquier movimiento extraño. —recordó con tono dulce— ¿Creías que de verdad no iba a matarlo? ¿O pensabas que lo dejaría vivir? Imagina por un instante su adorable carita mientras le arrebata la vida la persona en la que más confía. —la mirada de horror de Fly man lo alentó—Si no te haces a la idea puedo traer al chico ahora mismo y mostrártelo.

—Déjate de juegos y mátame, Black hat.

—Hay mejores formas de morir que en mis manos, menos dolorosas y más rápidas.

Pronto llegaron al laboratorio y la sombra obligó a Fly man a tumbarse en la camilla para luego atarlo con fuerza con las correas. El héroe empezaba a descubrir el plan de Black hat. ¿Iba a decirle a su hijo que torturara a su propio padre? No. Su hijo podría haber matado pero jamás disfrutaría del dolor ajeno. No. No. ¡No! Black hat rió desatado, alimentado por el horror de su víctima.

—No me mires con esa cara. Alégrate. Vas a poder ver después de tantos años a tu cría, pero no olvides que es a mí a quién llama papá. Tú solo eres un regalo, un desconocido. Ahora vamos a arreglar los últimos detalles. No puedo permitir que te pongas a contarle a mi hijo la verdad pero tampoco quiero que pierdas la capacidad de gritar.

Se quitó su monóculo para ordenar al héroe que no podría volver a hablar jamás. Fly man lo intentó, pero tan solo salieron ruidos ahogados de su boca.

—Listo. Bien, voy a por Flug. Ponte cómodo.

Desde la grada, oculto a los presentes, el gran villano observaba la graduación de su hijo con orgullo. Había decidido que sentarse entre el resto de asistentes daría una imagen de cercanía entre Flug y él peligrosa, que supiesen que lo había criado sería como ponerle él mismo la diana al muchacho. Observó como llamaban al excelente estudiante de bolsa de papel en la cabeza y el lanzamiento de birretes. El ambiente de celebración no impidió al gran villano sentir cierto desasosiego. Con Fly man en su poder, tan solo la existencia de Shining Star aseguraba la vida de Flug. El motivo por el que lo conservó parecía llegar a su réquiem. Se retiró de la escena para esperar a Flug en su coche en la entrada del instituto.

—¿Crees que nos volveremos a ver? — preguntó Flug con una mezcla de pena y esperanza tapada por la emoción de la graduación a Alice.

—Es posible. —contestó con una sonrisa en sus labio inmutables—El universo es infinito pero a veces también muy pequeño.

Los amigos compartieron una última sonrisa cómplice antes de despedirse. El primero en irse fue Flug, entrando al auto después de dejar sus pertenencias en el maletero. Ese era el final, echó un último vistazo al instituto, de ahora en adelante encaminaría su vida a convertirse en científico malvado certificado.

Se sentó en la parte de atrás junto a su padre en silencio. Esperaba que el viaje pasase sin pena ni gloria con el silencio como su nueva madre o padre adoptivo.

—¿Entiendes por qué te castigué?

Flug asistió sumiso. Sí, estaba siendo sincero. Había gente más fuerte y poderosa que él pero que no estaban exentas de un final prematuro, en ese mundo la muerte estaba más presente que en otros oficios. Las luchas entre el bien y el mal son constantes y poco le importan las bajas. Lunática y Cardióloga fueron ejecutoras de ese conflicto hasta que se convirtieron en víctimas. Ni siquiera Alice con todo su poder para controlar el destino se libró de aquel mal rato con su ex amante. Flug era un humano muy listo, aunque sonase ridículo, solo tenía su intelecto e ingenio.

—Tienes que entender que no eres intocable. Eres mortal y por tanto vulnerable. — acarició el montón de Flug colando su mano bajo su bolsa—¿Lo entiendes, verdad que sí?

—Sí.

—No he premiado tu triunfo como se merece.— sonrió con un exceso de ánimo. Flug saltó ante el repentino accionar, hacía mucho que su padre-secuestrador no tenía esa actitud cálida y cercana. — Es una pena que no podamos ir con mis poderes ahora mismo a casa. Te tengo una sorpresa increíble.

—¿De verdad? — contestó sorprendido. Quizás no le importaría pasar por la dimensión del eterno sufrimiento por una sorpresa verdaderamente valiosa.

—Créeme, Flug. Es perfecto.

—Tachán. ¿Qué te parece?

En el laboratorio de la mansión Black hat la oscuridad reinaba salvo por un foco apuntando a una camilla. En ella un hombre estaba atado con correas que impedían su escape. Tenía heridas como magulladuras, moratones y rozaduras pero nada que fuese mortal. Flug se acercó confuso hasta el hombre que lo miraba con los ojos entrecerrados.

—¿Qué es esto?

—Tu regalo de graduación, por supuesto.—Rió Black hat acercándose también. No iba a dejar que aquel hombre, Fly man, hiciera un movimiento en falso— Es mi forma de recompensar todos tus grandes logros. —pasó uno de sus brazos por los hombros de menor. Dándole un suave zarandeo para mantenerlo concentrado en el momento—Unos logros que no siempre he podido reconocer como es debido. Matar a una heroína tan poderosa tú solo en tu primer debut al mundo como villano, tu excelencia en el bachillerato, y que ya cumplas los dieciocho. Quiero regalarte algo que sé que deseas.

Flug tragó saliva y por poco se atraganta por culpa de su respiración agitada. En el instituto había torturado en alguna ocasión, pero no había asesinado. En toda su vida solo había tomado una única vida. Si era sincero, era algo que realmente quería. Había descubierto que disfrutaba del dolor ajeno, verlo e infligirlo en primera persona. Ahora tenía frente a él un hombre "dispuesto" para él. Un regalo. Volvió a tragar saliva al ver los múltiples utensilios al costado del prisionero.

—Yo...—tanteó con voz tomada—¿Puedo...puedo hacer lo que quiera?

—Lo que quieras. —le respondió Black hat con un susurro— Es todo tuyo. Muéstrame de lo que estás hecho, hijo mío, te asistiré en lo que necesites. — el prisionero se revolvió rabioso—Solo hay una condición. No te comuniques con él. Puedes hacerlo sin la bolsa. No es como si lo fueras a dejar con vida ¿verdad?

—Por supuesto que no, jefecito.

Se quitó la bolsa de su cabeza para después colocarse su indomable cabellera rubia. Fly man miró a su hijo con lágrimas en los ojos. Era idéntico a su madre, era hermoso y cruel. Pensó que Black hat le iba a presentar a un impostor para torturarlo, pero realmente era su hijo, aunque de la tortura no iba a librarse. Aquella marca en la mejilla, lo hacía su legítimo primogénito. Exhaló un quejido que bien podría confundirse con una risa. La situación no podría ser más vil, irónica, trágica...pero ¿qué más daba? Iba a morir, había visto a su hijo sano y vivo. Era lo único que necesitaba. Justo antes de que Flug comenzase a cortarle la piel con el bisturí, creyó recuperada algo de la paz que perdió el fatídico día que perdió sus alas.

Villainous- Brillante estrella fugazWhere stories live. Discover now