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Cae la noche del mismo modo que cayó el caos sobre la ciudad, rápida y fulminante. Las sirenas y el humo de los incendios todavía activos se pueden ver por cualquier punto de la ciudad. Pero la vida sigue como si nada en la mansión Black hat. Namor lleva una bandeja con la cena de Flug, el joven científico no había acudido a la llamada de la cena hará unas horas y eso no podía seguir así. Más que nada porque el gran villano lo descuartizaría por descuidar a Flug.

El joven sirviente tocó la puerta del laboratorio.

—Flug, te he traído la cena. Sé que estás muy ocupado pero deberías comer un poco aunque sea.

No recibió respuesta.

—Es una cena especial para pedirte perdón por lo de esta tarde. —tragó saliva y tomó aire, hablando más alto para que le oyera con claridad.— Son panqueques y un poco de sopita caliente. Si no te la tomas, se enfriará y no estará buena.

Escuchó un grito proveniente del interior del laboratorio y después voces. Iba a abrir la puerta para entrar a ver que ocurría pero Flug se le adelantó. Medio cuerpo emergió del hueco de la puerta y tomó la bandeja. Su bata así como sus guantes y bolsa estaban manchados de sangre, tanto seca como reciente.

—Gracias, Namor. —su voz sonaba alegre pero sin duda la estaba forzando— Ahora me la tomaré, te lo prometo. Voy a seguir trabajando.

La puerta se cerró con un duro golpe. Namor sabe que la promesa de un villano no vale nada por lo que volvió a llamar.

—Tengo que asegurarme que te la tomas. ¿Por qué no te vienes conmigo y cenamos juntos? O si quieres entro y te acompaño.

No hubo ninguna respuesta.

La puerta de la casa se escuchó abrir y cerrarse. El señor de la casa ha regresado. Sin pensarlo, salió corriendo hacía la entrada para recibir a Black hat. El nombrado caminaba con una radiante sonrisa, o así la calificaría Demencia, cualquier otro ser con un poco de cabeza diría que era espeluznante.

—Bienvenido, señor Black hat. Espero su regreso haya sido agradable, vimos por las noticias que se había desatado un incendio en el centro de la ciudad y pensamos que le tendría retrasado.

Black hat hizo un gesto para que se apartara y siguió caminando. Namor le siguió.

—Como sea, ¿sabes si Flug avanzó algo en su trabajo? ¿Comió siquiera?

—Precisamente ahora...

—¡Black hat!

La voz de Demencia detuvo a ambos hombres. La loca vestía una cortina de baño y en su mano tenía un par de hierbajos y flores de váyase a saber donde las sacó. Una de ellas muy similar a la que 5.0.5. lleva en su cabeza. Demencia estaba al otro lado del pasillo pero se aproximaba con sorprendente velocidad con la mirada clavada en el villano de sombrero negro.

—¡Cásate conmigo!

La chica saltó cuando estaba a varios metros de su objetivo, creyendo tontamente que la tomaría. En su lugar el villano no prestó atención más allá de una descarada mueca de asco e intenciones claras de reducir a carne y cenizas a su subordinada.

Namor entró en juego. Sabedor de que si un solo pelo rozaba al gran y poderoso villano, no quedaría nada de su persona para contarlo. Decidió, Namor placó de costado a la chica, interrumpiendo su "vuelo" y dejándola sin aire en el suelo. Jadeando, notó como de su nariz brotaban pequeñas gotas de sangre densa y oscura que se marcaban en la alfombra de la casa.

El chico no perdió el tiempo.

Aprovechó la vestimenta de Demencia para encerrarla entre nudos y darle vueltas y más vueltas a la tela hasta convertirse en un rollito de locura insana (no apto para consumo). Ella se trataba de liberar pero sin éxito alguno.

—No valeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. — gritó frustrada.

En un intento desesperado o en un arranque irracional, Demencia trató de morder a Namor mientras le perseguía haciendo la croqueta. El chico saltaba de un lado a otro esquivándola, era rápida y peligraba en caerse al suelo. Si caía, se quedaría a merced de Demencia.

—¡Deja de intentar morderme!

Black hat contemplaba la escena con absoluto desprecio, pero aunque pareciera imposible, mínimamente complacido. Namor había cumplido su función como su espantador de Demencias particular. No era inútil en exceso, eso estaba bien.

Detuvo el baile del menor poniendo su bastón en su mentón y guiando sus ojos hasta los de su superior. Mientras pisaba el vientre de Demencia para inmovilizarla. Los aullidos de dolor desaparecieron para Namor cuando centró su atención en su superior.

—Veo que has aprendido de tus errores. —paseó sus dedos por el cuello marcado aplicando una suave pero firme presión en él, reafirmando el mensaje— No tendré que apretarte el collar de nuevo.

—N-no, se-señor. He aprendido la lección.

Trató de respirar lo menos posible y de forma muy calmada, empezaba a marearse. Sentía que respirar en presencia de una imponente figura como era su superior era un sacrilegio.

—Así me gusta, animal.

Se retiró sin más pero el poder controlador de Black hat dejó a Namor inmóvil por varios minutos en medio de aquel pasillo.

Hasta que Demencia le terminó mordiendo la muñeca.



Sí, sí, que sí que es muy corto, pero estos días no doy para más jajaja. Tengo pensado subir otro capítulo más antes de Navidad, estoy entre el 18 o el J, o los dos pk pensar?

Me he dado cuenta de que la gente lee este fic de una sentada, al principio creía que eran uno o dos colgados pero es una forma de proceder mucho más frecuente de lo que pensaba. Os loveo mucho y me alegro que os esté gustando tanto a todos.

Las dudas o cualquier tipo de comentario bueno o malo son recibidos con los brazos abiertos como siempre.

Villainous- Brillante estrella fugazWhere stories live. Discover now