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La líder de la División Ganzúa Zoe Hart no cabía en su estupor cuando averiguaron que una llamada externa trataba de establecer contacto. Era de señal desconocida pero sin duda procedía de la mansión Black hat, quizás su agente infiltrado se había decidido a contactar pero...no, aquello no le daba buena espina. Se lo decía el instinto y lamentaba profundamente que su poder solo se limitase a reconocer a las personas por el latido de su corazón pero que no pudiera servirle para estas situaciones.

—Señora Hart— preguntó un miembro del equipo informático, había sido él quien dio la voz de alarma y quién manejaba el portátil que recibía la llamada de skype. —¿Qué debemos hacer?

Zoe respiró profundamente, ¿qué haría su madre?

—Poneos fuera del alcance de la web cam, cogeré la llamada. Minimizar los recursos dirigidos al consumo eléctrico, si intentan hackearnos, la sobrecarga hará que salten los plomos.

Sus ordenes fueron seguidas al pie de la letra y sin más espera clicó el icono para aceptar la llamada. Encontró en alta calidad al Lord del mal son una sonriente sonrisa dentada.

—Saludos. ¿Con quién tengo el placer de hablar?

—Mi nombre es Zoe Hart, soy la persona de más alto rango aquí. Deseo conocer el motivo de su llamada, señor Black hat. No teníamos programada esta charla.

—Oh—rió divertido. — Parece que todas las Hart tienen el mismo modo de expresarse. No, lo cierto es que tampoco estaba en mi agenda llamaros, como supongo que tampoco estaba en la vuestra que pillase a vuestro patético espía. —su sonrisa sombría se ensanchó, realmente parecía entre molesto y divertido con la situación— Por tu silencio veo que tengo razón. Aún no le he matado, la verdad no sé qué hacer con él. Por lo pronto nos ha facilitado el contacto con vosotros. Un gusto por fin vernos las caras, División Ganzúa.



Todo empezó varias horas antes con un Namor inmerso en sus pensamientos...

Durante su estancia en la mansión Black hat tuvo que aprender a mantenerse, no solo vivo, sino también cuerdo.

La representante de la demencia era una chica que a veces no se diferenciaba de cualquier otra (en actitud) y otras se descontrolaba hasta tenerla que encerrar en un foso, maniatada y alimentada como a un animal, y aunque era un autentico dolor de cabeza, había aprendido a tenerle ciertas no-ganas de deshacerse de ella y echarse a llorar. Trataba con cordialidad a clientes y visitantes, así como con crueldad y desprecio a los indeseables. Había servido a Black hat y aprendido a no temblar de horror con ciertos comentarios que solo trataban de vulnerar su mente.

También había aprendido a dejar de escuchar el sonido de las vísceras siendo removidas cuando era obligado a preparar los cadáveres para la comida de 5.0.5. Optó por pensar que era un estofado. Ahora odiaba el estofado. También aprendió a no prestarle atención a las suplicas de las víctimas de Flug, científico y sirviente tenían animadas conversaciones tratando de acallar el lamento del desdichado.

Pero sobre todas las cosas, había mantenido la mira en la realidad. Él NO era un humilde sirviente del mal, estaba allí para rescatar a su hermano y vengar a su familia. Él era un espía enviado por una organización destinada a hacer desaparecer a villanos y héroes. A veces, cuando charlaba con su hermano, olvidaba todo, era en las carcajadas compartidas donde dejaba brevemente de lado su misión para vivir lo que tanto ansió desde que vio en televisión el "rostro" de Flug. Quizás finalmente había caído en el delirio pero sin duda disfrutaba de esa paz cotidiana que había adquirido tras un par de años sirviendo en esa diabólica casa.

Villainous- Brillante estrella fugazWhere stories live. Discover now