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En uno de sus pequeños descansos, el doctor Flug se encontraba en su cuarto, subido a lo más alto de una escalera plegable con un bote de pintura y pincel en mano. Le daba las últimas pinceladas a la estrella que acababa de añadir a su colección. Sopló para que se secara lo antes posible mientras ideaba cual sería el lugar de la siguiente. Otro trabajo bien hecho, otro invento a su larga lista de éxitos, otro cliente satisfecho. Sonrió bajo su bolsa, como adoraba su trabajo.

Un suave toqueteo en la puerta le sacó de sus pensamientos.

—Adelante.

5.0.5. entró en la habitación con su mejor sonrisa y un cesto con ropa limpia. El oso saludó con entusiasmo a su creador, el otro le saludó igualmente mientras bajaba de la escalera. Los adorables sonidos de la criatura azul se cortaron de inmediato al fijarse en el desastre de habitación que tenía el villano, pronto esa amabilidad se convirtió en un monólogo del oso sobre la responsabilidad del científico de mantener todo ordenado, como no se podía vivir con ese desorden y lo mucho que trabajaba.

Por supuesto Flug no estaba entendiendo nada de todo eso, dejó que siguiera mientras ayudaba a colocar la ropa en su sitio, lo cierto es que estaba todo hecho un desastre. Planos, papeles, maquetas a medio hacer, ropa, en general la habitación era un campo de batalla. Entre todo ese caos era normal que perdiera algunos planos de sus proyectos y luego los encontrara en un lugar diferente al que creía.

—Sí, sí, lo siento 5.0.5. tendré más cuidado. Menos mal que tengo a mi hermoso retoño genéticamente alterado para cuidarme.

Flug acarició al oso con cariño, las pequeñas manos del científico mimó a su criatura quien pronto la correspondió. Al separarse el humano tomó una camisa que no reconocía. Al observarla mejor era evidente que no pertenecía a Flug, era más grande.

—5.0.5. esta camisa no es mía, es de Namor.

5.0.5. se acercó al montón de ropa perfectamente doblado y lo olisqueó, después hizo lo mismo con la presunta prenda de Namor y luego con Flug. Confuso repitió el proceso varias veces. La diferencia era sutil, lo suficiente para que el tierno osito no se diera cuenta.

—No te preocupes, 5.0.5. se habrá mezclado el olor, no pasa nada. Voy...a devolverle esto a Namor y asunto arreglado.

El experimento persiguió a su creador por la casa en busca del sirviente sin dejar de pensar en lo ocurrido. Él tenía un olfato tan desarrollado que podía oler tanto las emociones como las intenciones de un individuo. El olor de Namor era muy similar al de su querido Flug, quizás era porque ambos eran humanos, varones y de una edad similar, era la primera vez que había una coincidencia así, y también la primera vez que su instinto le fallaba. Pensó en Demencia y Belén, ambas mujeres pero su olor era muy distinto aunque le daban las mismas sensaciones: inseguridad, peligro, etc. la diferencia es que Demencia era un híbrido y que rara vez de bañaba, su olor más fuerte era muy característico.

—¡Namor! — lo llamó Flug al encontrarlo.

Con una escoba en las manos el joven sirviente trataba de golpear la lámpara de araña donde estaba balanceándose Demencia. Entre gritos de uno y otro no podían escuchar ni notar que Flug y el oso estaban ahí parados. Namor saltó varias veces para lograr alcanzarla sin éxito. Demencia se refugió en la parte superior de la lámpara, agazapada, donde no pudieran alcanzarla.

—¡Baja de ahí! — gritaba Namor.

—¡Jamás! — siseó Demencia.

La pelea prosiguió sin avance alguno. Flug alzó al rato una ceja, no iba a perder su tiempo ahí esperando al desastre y llevarse una bronca de su jefecito. Dio media vuelta y se llevó a un preocupado 5.0.5. nada más ver como comenzaba a vencer la cadena que sujetaba la lámpara al techo.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora