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La cabeza del muñeco cabezón de Einstein bailaba según la agitaba 5.0.5., como un niño pequeño el oso se divertía viendo rebotar el muñeco. Sentado en el suelo de la cabina de pilotaje espera paciente la orden de despegar. Debería ocurrir de un momento a otro que despegaran, las maletas están a bordo, pero el piloto y los pasajeros se hacen esperar. 5.0.5 sigue jugando con la cabecita del juguete de Flug. Paralelamente Demencia y Flug discutían fervientemente.

—Te digo que no vas a meter a tus mapaches en MI avión.

Varios mapaches correteaban por el avión, otro roía la butaca más cercana y otro robaba galletitas.

—No es tu avión, cabeza de chorlito. Es de Black hat, tú solo lo pilotas.

—¡Yo construí este avión! ¡Yo lo piloto!

—Yi cintrií isti iviín, yi li piliti.

Demencia se abalanzó sobre Flug para escurrir sus manos entre sus costillas en busca de hacerle cosquillas. Tocaba aquí y allá esquivando los manotazos e ignorando los empujones del chico.

—Aparta. No me toques.

—Flug, para. Me acabarás creando un dolor de cabeza. —Black hat subió al avión y tomó su asiento estrella. Por si alguien tenía dudas, de entre las escasas sillas en las que uno se podría sentar, la más lujosa y ostentosa de todas pertenecía al gran villano. Pobre de quien tuviera la idea de sentarse en su sitio. Demencia trató de hacerlo una vez y por poco queda paralitica y medio ciega. — tomad posiciones, vamos a salir ya mismo. ¿Está el equipaje listo, Flug?

—Lo está, jefecito.

—¿Queda algo que nos vaya a retener más tiempo en tierra?

—No, señor. Queda que Demencia deje de incordiar.

—Solo quiero llevarme a Ruperto conmigo. — el mapache en cuestión saltó a los brazos de la adolescente que comenzó a abrazarlo con cariño.

—Si por mí fuera ibas en la bodega de carga. — susurró Flug rechinándole los dientes.

Demencia respondió con una pedorreta infantil. Les esperaba un viaje muy largo. Un silbido se escuchó y después un olor a quemado. El animal en los brazos de Demencia se había transformado es cenizas que comenzaron a amontonarse en el suelo del avión. Black hat transformó esas cenizas en una horrenda araña que terminó por precipitarse al exterior, desapareciendo de su vista.

—Ruperto von Macarrones...

—Ahora, pongamos rumbo a esa dichosa conferencia. Comportaos o sufriréis un destino similar al de esa aberración.

Un rostro de pesadilla le hizo reaccionar a Flug, que corrió como alma que lleva el diablo hacia los controles. Por el contrario, Demencia se quedó mirando sus manos con restos de ceniza, procesando lo que acababa de ocurrir, hundida en la desesperación y el desconcierto para disfrute de Black hat.



Grande y elegante es la sala donde infinidad de personas se habían congregado. Todos diferentes unos con los otros pero con un objetivo común, la villanía. Reunidos en pequeños conversan, chismorrean y sobre todo, esperan. Se han dado cita más importante del año, la reunión general de la Asociación de Villanos Unidos. Todo el que es alguien o quiere serlo, se da cita en este pútrido pozo de maldad. De entre los asistentes, dos de ellos son los que nos interesan el día de hoy.

Dos jóvenes, un chico y una chica, que buscan una cosa en común, pero dejemos ese detalle para otro momento. La joven pelirroja camina ilusionada, girando su cabeza cada pocos pasos en busca de alguien que aún no ha llegado. En sus manos lleva un maletín a reventar de documentos. Su movimiento provoca que tropiece más de la cuenta con sus compañeros de profesión y sus gafas se escurran por su nariz.

Villainous- Brillante estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora