S: Las aventuras del pequeño Flug

305 58 51
                                    

Era el día de su cumpleaños. Había celebrado sus diez años con su jefecito, acompañándolo todo el día en sus tareas, dedicándole tiempo hasta cuando estaba ocupado con su trabajo. Solo había una cosa que Black hat le había negado al cumpleañero, el bote de galletas. El doctor había advertido a su superior del riesgo de caries si Flug tomaba demasiado dulce por lo que le habían restringido el acceso a estas hasta la hora de cenar.

Como buen villano ignoró esa regla y trató de alcanzar el bote que estaba en lo más alto de la cocina, era de noche, prácticamente era la hora de la cena. Se había subido a una silla pero ni en broma. Frustrado trato de subir de la silla a la encimera y de ahí llegar al premio, pero sin resultado. Infló los mofletes viendo como ese tarro de galletas se burlaba de él sobre su cabeza. Un último intento, tomó la silla y la puso en la encimera, de ahí se subió a la silla y ya sí pudo cogerla, tan solo tenía que ponerse de puntillas y...

—¡Ah! —gritó.

La silla cedió, tener el peso de Flug de puntillas hizo que resbalara. Caía de espaldas hacia el suelo junto con la silla, el tarro aún en su sitio. Pero el suelo no era duro, ni era suelo, en verdad estaba siendo sujetado por una persona. Ahora si la había hecho buena, su jefecito le iba a regañar, le pilló con las manos en la masa.

—¿Flug?

Era Lunática. Primero sintió alivio y después alegría.

—¿Lunática?

—¡Flug!

—¡Lunática!

La mujer bajó al pequeño y lo abrazó hasta que le faltó el aire. Jugueteó con sus mejillas hasta que el niño se cansó y le tiró de las orejas.

—Cada vez te pareces más a tu padre. — se quejó sobando sus orejas blancas heridas.

—Ya no soy un niño. Tengo diez años.

—Cierto, en dos años has crecido tanto. Eres todo un hombre— respondió con sarcasmo apoyando su brazo sobre la cabeza de Flug.

—Soy mucho más malvado que antes.

—Y más descuidado. — la villana se llevó una galleta a la boca. Flug abrió los ojos desconcertado, se giró para comprobar que el tarro que había desencadenado la situación no estaba en su lugar sino en las manos de Lunática. — Pudiste haberte matado ¿lo sabes no?

Flug bajó la mirada rojo de vergüenza, tenía toda la razón del mundo, eso que había hecho era muy peligroso e imprudente pudo haberle caído algo pero que un castigo.

—Aunque—añadió ella—morirte el mismo día de tu cumpleaños es un perfect. —se comió otra galleta sin darse cuenta de que Flug tenía un control remoto en sus manos. Un pequeño robot con bombín le arrebato el tarro de galletas a la villana en un descuido, cayendo sobre su pie. —Auch. ¿Y quién es tu amiguito?

—Se llama Hat-bot, lo hice yo. Ya hice muchas cosas malvadas, mi jefecito está muy contento y orgulloso de mí.

—Eres el becario.—rió Lunática.

—¡Un villano!


Lejos del jaleo que se empezaba a montar por culpa de Lunática y Flug estaba Black hat en su despacho. Acababa de colgar el teléfono con el mal humor que le caracterizaba. Después de una buena mañana con Flug en su despacho, le había tenido que echar por culpa de cierto villano adicto a dar fiestas y a no aceptar un no por respuesta. El niño era muy curioso y quizás quisiera asistir a algún evento o su voz se colase por medio de la conversación, no quería dar explicaciones, ni rumores ni nada por el estilo.

Villainous- Brillante estrella fugazKde žijí příběhy. Začni objevovat