Lectura 61. M-preg 4/4

162 15 17
                                    


-Fredy... eres un doncel.- Suspiraba tranquilamente con los ojos cerrados, reflexionando si lo que había descubierto era algo bueno o algo por lo que lamentarse.- Un doncel...- ¿Podía creerlo? ¿Su corazón podía hacerse ilusiones al imaginarse a él junto con algunos niños? -Ya estoy delirando, será mejor volver al trabajo.- Se levantó pesadamente de aquella banca y con los pensamientos revueltos se dirigía al piso que le correspondía.

Dentro del gran hospital se encontraban todos trabajando, cuidando y velando por la pronta recuperación de todos los pacientes. En el piso de Medicina General se encontraba Fredy anotando los signos vitales de las 23 damas de aquella habitación. Su estómago rugía por algo de comer, pero no podía darse ese lujo, todavía no.

-Tengo hambre.- Pensó un poco decaído, esperando a su compañero de turno para que le ayudase a terminar la labor, sin embargo, este no apareció en toda la jornada. - Aris se está demorando demasiado, me pregunto si algo le paso, espero no sea nada malo.- Y como si lo hubiera invocado, este apareció haciendo asustar un poco al castaño.

-Lo-losiento mucho.- Tomando grandes bocanadas de aire logro continuar, al parecer vino corriendo pues el sudor se notaba en su frente. -Tuve una emergencia en casa, espero entiendas...- Fredy lo miro con ojos reconfortantes dando tranquilidad a Aris quien estaba preocupado por la reacción de su compañero. -Como disculpa, puedes tomarte unas horas libre yo terminare de rellenar las fichas.- Dijo con una sonrisa, y aunque Fredy quería negarse en un principio un descanso y cena no le vendría nada mal.

El sol ya se estaba ocultando, y en el departamento de Cirugia se encontraba Golden que ya estaba terminando de desinfectar las heridas de una paciente. Solo faltaban unos minutos para que pudiera terminar y poder ir a su casa para descansar tranquilamente.

Muchas veces cuando estamos enojados porque alguna persona nos ha incomodado u ofendido el destino es tan conveniente, el tener unas horas libres, y retirarse temprano del trabajo parecen cosas tan insignificantes que uno dice: "Que buena suerte la mía" pero ¡Hey! La parte más divertida de la vida, son las "casualidades" de esta.

-Fre-dy...- Con solo verlo a lo lejos su corazón empezó a latir un poco más rápido y sin perder el tiempo emprendió camino a la cafetería. Trataba de no acercase demasiado al castaño pues este seguía aun enojado con él y el dia de hoy estaba decidido a enmendar su error.

-Que hambre tengo.- Su estómago rugía por el hambre y el dolor que empezaba aparecer ya le estaba incomodando. Se sentó tranquilamente en una de las mesas, pero cuando lo vio venir se le olvido dicho dolor.

-Hola Fredy.- Una sonrisa nerviosa le adornaba la cara a ese rubio que estaba mas que nervioso. -¿Puedo sentarme? -Teniendo a un rechazo no escucho una respuesta afirmativa, pero tampoco una negativa. Un poco incómodo se sentó al frente del castaño. -¿Seguís enojado?.- No le respondía, Golden estaba triste por todo lo que estaba pasando, pero Fredy no cooperaba para solucionar el problema.

Dejando su abrigo en la silla que se había sentado, dispuso a pararse e ir a la barra para pedir dos tazas de té caliente y una pequeña cena.

Ambos esperaron en el silencio de la noche, un poco incomodos, pero un susurro desconcentro a Fredy que lo menos que quería era fijar su vista en la mirada suplicante de su acompañante.

-Lo siento... Sé que no soluciona nada, pero... he estado pensando desde ese día y he reflexionado bastante... me deje llevar por mi parano-... la verdad ni sé en que estaba pensando en ese momento; debí ser mas empatico, espero puedas perdonarme.- Agachando la vista se disculpó nuevamente, el silencio reino durante unos segundos y un suspiro fue el que lo rompió.

-Espero no vuelva a suceder, porque estoy seguro que abran más casos así. No me duele que no seas "empatico" porque ese es tu problema, pero el pegar a mi amigo fue la gota que rebalso el vaso, no vuelvas a hacerlo, lo digo enserio.- Dijo un poco enojado, pero en parte podía entenderlo; saber que los varones ahora podían dar a luz y que un compañero de trabajo venga desesperado a ver a su hijo y pareja delante de sus superiores era aún más loco; "Quizás la desesperación lo embargo en ese momento e hizo lo que hizo" Trataba de pensar Fredy. -Soy alguien muy amable, pero cuando se meten con mis amigos soy alguien distinto.- Manifestó con seriedad, viendo a Golden directamente a los ojos.

Golden sin pensarlo se enamoró nuevamente de esos ojos. -De-decidí asistir a un psicólogo, para que pueda aprender a trabajar bajo presión y ayudarme en otros asuntos...- Fredy al escucharlo se sorprendió, pero muy en el fondo se alegró.

-Es una excelente idea.- Una sonrisa sincera se adueñaba de su rostro, colocando a Golden muy contento. -Y dime ¿Qué tal tu día?.- Y con solo esa pregunta una amistad estaba siendo reforzada nuevamente.

Los días pasaban, y Fredy le había tomado un cariño especial a Golden. Las veces que se juntaban su corazón se aceleraba y una sensación de vacío en el estómago le embargaba en especial cuando fue a visitar a su amigo Bon. Aquel bebé simplemente era un milagro de los cielos, ya había pasado 5 meses desde su nacimiento y cada dia sorprendía más a sus padres en especial a su "madre" que tenía que cuidarlo, con gusto, cada día. Golden contenía una emoción al verlo cada vez que venía de visita, pero la presencia de una asistenta social* que cada semana venia, le incomodaba un poco. Al salir a la luz el nacimiento de Kiseki, todo el mundo empezó a hablar, algunos a reclamar y otros a criticar; sin embargo, los doctores encargados de dicho hospital dieron la cara por el pequeño. Los papeleos legales habían sido un completo desastre, pero el estado tuvo que perder cuando se enteró que Kiseki no había sido el único niño nacido de un varón. Las cesáreas ilegales de los hospitales clandestinos mostraron que una minoría era realizada en varones. El estado acepto su derrota, pero a cambio cada doncel al dar a luz debía ser evaluado por una asistenta social para verificar si esa persona podía cuidar de un niño. A muchas personas esto les pareció innecesario, sin embargo, los donceles aceptaron. Muchos donceles estaban aún escondidos, con miedo al rechazo, otros... no sabían que lo eran.

Unos años más tarde en una pequeña casa se encontraba un castaño que se había levantado temprano para hacer el desayuno. Con un poco de pereza se dirigió a la cocina para freír un par de huevos.

-Buenos días mi amor.- Abrazando la cintura de su esposo esbozo un bostezo para luego esconder su rostro en el pequeño espacio que formaba el cuello y la oreja de su amado.

-Buenos días.- Deposito un beso en la mejilla de su contrario sacándole una sonrisa satisfecha. -Ve a despertar a Luna que ya se le hace tarde para el colegio.- Ordenó Fredy concentrándose nuevamente en el desayuno.

-Todavía es muy temprano.- Aún perezoso Golden no quería separarse de su pareja.

-Corre a avisarle o me volveré a enojar.- Dijo serio, recordando la confesión de su esposo la semana pasada.

-¿Sigues enojado?.- Con carita de perro regañado miro los huevos que se freían en la sartén.

-Que mi esposo me confiese que desde un comienzo sabía que era un doncel y... sin decirme nada me embarazo en la primera cita es algo para enojarse.- Dijo Fredy ya un poco más enojado al recordar toda las excusas de Golden del porque no le había dicho que era un doncel.

-Lo siento.- Se apegó más al cuerpo de su amado temiendo que le rechazara, cerró los ojos fuertemente aspirando el olor mañanero de su esposo y suplicando en silencio que no lo apartara.

-Si levantas a Luna y haces la cena... puede que reconsidere tus disculpas.- No podía enojarse por mucho tiempo, pues si bien Golden le había mentido... esa pequeña mentira había resultado en felicidad cuando Luna nació; y solo para castigar a su esposo lo ignoró hasta el día anterior.

Pero a fin de cuentas todo había resultado bien.

Fin

Psdt: Cambiare el titulo a las tres anteriores lecturas para indicar que las tres/dos son una misma historia. Gracias

Roosal_Inda

101 Lecturas Golddy y GoldFred FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora