Lectura 56. Una nueva canción

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El noviembre comienza y los árboles están concientes de eso, al sentir el helado frío sus delicadas hojas empiezan lentamente a teñirse de un precioso rojo carmín o quizás un cálido anaranjado,y sin prisa caen al suelo al compás de la brisa.

"Y te quiero tanto y cada foto es un atajo a nuestra infancia cuando lo simple tenía importancia." Escuché a lo lejos, seguido del acompañamiento de una suave guitarra.
"Cargar el mundo que ahora pesa, porque nadie nos dijo que el tiempo nos cambia." Su voz era melancólica y me llegaba al fondo del corazón y con ese sentimiento volteé la mirada hacia la ventana para darme cuenta de que estaba completamente solo.

La copiosa lluvia cae.
Los dedos de mis manos empiezan a helar.
Y la melancolía de tenerme en mis brazos empieza.

¿Dónde estas amor?
¿Llegarás con la tormenta?
¿Podré refugiarte en mi paraguas?

"Sigo pensando en eso, en ti, en el amor que te profesaba. Amigo mío ayúdame a olvidarlo, a pensar que nunca estuvo junto a mi. Dame tu hombro para llorar silenciosamente su perdida, para ser una vez más el llanto que viene de sus sentimientos." Pensaba en diferentes tipos de canciones recordando si en alguna de ellas recordaba el timbre de voz de mi amado cantor.

"Lo mío fue aceptarlo todo porque te quería, si no vas a querer las espinas no aceptes  rosas." Dijo él, colocándome celoso con tan solo unas palabras, ¿A caso se la estará dedicando a alguien? Y si es así... ¿A quien?

"Yo subestime tus besos, pero así caí en tu hechizo" Recordé una última vez aquella letra que alguna vez escuché  en el metro.

-Cai en tus hechizos, pero no necesite ni un beso.- Dije lentamente para levantarme de mi puesto de trabajo.- Solo espera a llegar a casa.- Repetía en mi mente mientras iba a la sala principal para tomar un paraguas e irme a mi casa lo más pronto posible.

La lluvia seguía y seguía, no tenía intenciones de parar, así como yo no tenía intenciones de volver a enamorarme; sin embargo la vida nos tiene otra historia.

El bus no pasaba y poco a poco empezaba a irritarme, la lluvia tomó fuerza y mis zapatos empezaron a mojarse, un poco molesto, visualice a un joven correr hacia mi. No tuve que ser adivino para saber que estaba empapado y mucho menos saber que necesitaba un paraguas urgentemente.

Con la respiración agitada empezó a tocer y yo aún no podía sacar de mi cabeza su bello rostro. Me dejó embobado y en unos segundos cayó al suelo y es ahí cuando lo escuché pedir ayuda. Fue solamente un susurro, una breve frase y con solo ella mi corazón se detuvo.

No pensé dos veces en cargarlo y cuidarlo.
Lo llevé en mis brazos a casa, prometiendo que se enamoraría de mi.
¿Donde estoy?- Preguntó mi bello durmiente.
-En mi casa, te desmayaste en el paradero del bus, como tenías fiebre te traje aquí para cuidarte.-

-No te hubieras molestado.- Comentó.
-(¡¿No me hubiera molestado?!, Estabas ardiendo en fiebre, tengo que ciudarte lo mejor posible.) Tranquilo, yo quería hacerlo.- Respondí con una sonrisa, hace mucho que no sonrio de esta forma, el latir de mi corazón y la confusión de mi cerebro al oler su dulce aroma es sumamente único y el motivo de mi sincera sonrisa.

-Espero no haberte causado molestias.- Escuché su voz y la reconocí en un instante, me quedé helado al saber que aquel joven era el amor de mis sueños.

-¿Po-podrias cantarme algo?- Pregunté emocionado al saber que había encontrado a la persona que pasaría el resto de sus días conmigo.

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-¿Estás seguro de esto?- Mi pobre niño estaba muy nervioso al escuchar que era el siguiente.

-No te preocupes, yo sé que pasaras a la final.- Dije tratando de tranquilizarlo, le di un beso en la frente como muestra de apoyo, para que sepa que estaba con él y que nunca lo dejaría.

-Gracias...- Lo escuché susurrar y supe desde ese momento que nunca me separaría de él.

Fin

Roosal_Inda

101 Lecturas Golddy y GoldFred FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora