Lectura. 48 Un rosal

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Un rosal.

Se dice desde hace bastante tiempo que las plantas poseen vida, que son pequeñas personitas que ayudan a los demas animales e incluso a las personas, algunos dicen que no se pueden mover, otros que solo son seres que realizan la fotosíntesis... y no están equivocados del todo.

Una noche de primavera ,la inmensa y radiante Luna brillaba con todo su esplendor, pero lo que nadie sabía era que de aquel astro había caído una pequeña y minúscula gotita.

Aquella insignificante gota había caído en un muy bonito jardín, lleno de rosas y jazmines, pero particularmente en aquel jardín había una muy bonita rosa blanca. Al caer la gota en la tierra de esta, paso lo impensable.

Las petunias y margaritas empezaban a cobrar vida y forma humana, aquellas rosas inmóviles empezaban a cambiar su aspecto, formando un vestido corto con sus pétalos y así una por una empezó a cambiar.

Pero nos concentraremos en aquella rosa... aquella rosa blanca, la mayoría de flores habían adoptado una forma femenina y esta rosa no era la excepción. Sin embargo, algo salió mal.
Convirtiéndose en un chico castaño, con ojitos claros, pero lo que más le importaba era su... vestido, tan blanco como sus delicados pétalos. Con sus pies descalzos empezó a buscar a alguien conocido. Pero no lo hayo.

Debía de convertirse en una chica, no un chico... ¿Ahora que dirán las demás rosas? ¿Cómo reaccionaran?
-Vaya, vaya, vaya... pero mira que tenemos aquí...- Dijo con veneno la rosa rosada, que solo buscaba hacer sentir mal al pequeño y vaya que lo conseguía. -No mereces ese vestido... el blanco significa pureza, perfección algo que tú no eres... chicas...quítenselo.- Y como nadie tenía voz ni voto, hicieron caso a la "jefa" arrancándole sus pétalos sin compasión alguna y como el ojiazul aún no tenía fuerzas se dejó. Su vestido caía al suelo húmedo, quería gritar, llorar y pelear más no pudo hacer nada más que suspirar.
A la mañana siguiente una tierna abuelita salió de su casa para poder regar sus flores, con una regadera en mano empezó a caminar por su inmediata jardín. Mientras caminaba encontró un rastro de pétalos, era de extrañarse pues estaban en primavera y las rosas estaban en grandeza. Los pequeños charcos de lodo empezaron a tapar a los pétalos, pero la abuela no perdió el rastro.

-Oh... Mi rosa...- Se sentía la pena en sus palabras, ella amaba a todas las plantas... Le dolía ver que una tan bonita rosa terminará demacrada. -Tranquila pequeña... La mamá Edith sabe lo que es mejor para ti.- Con una pequeña pala saco cuidadosamente a la rosa de la tierra y la planto en un pequeño masetero. -Ya verás que las cosas mejorarán.-

... (Escribe tu final ;3)

101 Lecturas Golddy y GoldFred FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora