Lectura 20. Gold x Freddy (Shipp Adicional)

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Gold x Freddy

Fred (No existe :3)

Una hermosa pareja se encontraba caminando, agarrados de la mano, por el centro comercial. El castaño y el rubio se encontraban profundamente enamorados... o eso era lo que aparentaban. Gracias a ese "amor" la popularidad del ojos plateados había ascendido hasta las nubes y el castaño estaba más que feliz al ayudar a su ahora novio.

El reloj daba para las siete de la noche y ya era hora de volver a casa. –Golden, ya debo de regresar a mi casa.- Dijo tímido el castaño, mientras ambas personas caminaban hacia la salida.

–Oh claro, ¿Quieres que te lleve?- su sonrisa irradiaba alegría y confianza, pero eso no bastaba para el ojos azules.

–No, tranquilo puedo ir solo.- Entonces corrió y corrió, ni siquiera se despido, solo corrió y corrió hacia alguna dirección.

–A-adiós.- Lo dejo con la palabra en la boca.

–Ya voy, ya voy. - Eran las palabras de Freddy al recibir un mensaje bastante comprometedor.

-Tengo unas ganas... ¿Por qué no vienes?- Era el mensaje que recibió el castaño.

-¡Ya llegue!- Grito con todas sus fuerzas el ojos azules, mientras se adentraba con toda seguridad hacia aquella habitación oscura. –¿Gold? Recibí tu mensaje.- No había rastro del mayor, se sentó en el sofá esperando alguna señal.

–Te tengo, ahora no escaparas.- Sorprendió un rubio mientras sujetaba con todas sus fuerzas al castaño por un lado.

–¡Oh no! ¿Ahora qué hare?- Le siguió el juego, después de soltar una pequeña risilla y tratar de zafarse del agarre.

–No iras a ningún lado...ñam.- Mordió ligeramente el lóbulo de la oreja izquierda del ojos azules a lo que este respondió con un pequeño suspiro.

-¿Enserio? No aguantas nada.- Dijo divertido, y empezó a colar una mano por la camiseta del castaño para así poder jugar con él un rato.

-Ah~ no aprietes tan fuerte- Se quejó el ojos azules, al sentir un leve dolor en la zona de su pecho, especialmente en uno de sus rosados botones.

-¿Qué no quieres jugar?- Empezó a lamer lentamente la zona del cuello, su lengua mojada y húmeda estaba volviendo loco al castaño. -¿El osito se enojó porque fui muy rudo con él?- Empezó a bajar lentamente su mano, hacia la parte baja, las más delicada y la más lujuriosa para el rubio. Con delicadeza y amabilidad empezó a acariciar sobre la tela del pantalón, para así poder provocar al pequeño.

-No...~ ya no quiero...- Trataba de zafarse, pero le era imposible. Las delicadas y cálidas manos del contrario le eran como una anestesia.

-Pero si incluso te tomaste la molestia de venir... la ovejita entro solita a la cueva del lobo, es algo que nunca desaprovechare.- Con una mano empezó a levantar la polera del ojos azules para así empezar a tocar su abdomen nuevamente, llevando su mano hacia uno de sus lujuriosos pezones empezó a rozar con la yema de su dedo, apretando suavemente. Ambas manos tocaban y pellizcaban, dando como resultado los excitantes gemidos del castaño, el cual, no ponía más resistencia.

(...)

-Freddy...- Llamo a el castaño el cual permanecía agotado encima de la cama. –Niño... te estoy hablando- Su voz ya estaba sonando un poco molesta, luego de un suspiro y ordenar las ideas en su mente. Habló. –Tengo algo que hablar contigo... es sobre Golden.- No basto que terminara de decir aquel nombre pues en una abrir y cerrar de ojos el castaño estaba atentamente escuchando.

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