Pesimista y deprimido

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Disclaimer: Si leen algo y les parece familiar, no es mío (y).

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16 de Agosto de 1997, Broom Road, Londres.

La vida era muy injusta.

Ese era el único pensamiento que rondaba en ese momento por la mente de Remus Lupin, mientras repasaba su situación actual y lo que lo rodeaba, sintiéndose asqueado con el mundo y la injusticia que había en él.

Remus era una persona pesimista. Lo sabía y lo asumía.

¿Cómo esperar que cosas buenas sucedan, si cuando lo haces, todo se va al infierno?

Más aún...¿para qué querer cosas buenas si eventualmente todo le sería arrancado de la manera más cruel?

Así había sido con toda su vida. Con su infancia, que a los cinco años había terminado de forma abrupta. Con sus amigos, que uno a uno fueron cayendo, como piezas de dominó.

Primero James y Lily, de inmediato Peter y Sirius. Luego Harry, que fue alejado de él sin siquiera permitir que pudiera despedirse del pequeño.

Remus sintió como se apretaba su garganta con los recuerdos. Y el álbum de fotos que tenía en el regazo no ayudaba mucho.

Era más de media noche, pero ahí estaba él, sentado en la sala de estar de su nueva casa. La casa que compartía con Dora. Dora a quien estaba extrañando en ese momento, porque estaba en alguna misión secreta del Ministerio de Magia. Remus sólo esperaba que fuera de verdad una misión y no una forma de buscar "traidores" entre sus filas.

Suspirando, Remus volvió a su actividad actual, el álbum.

Una a una fue recorriendo las páginas tapizadas con imágenes de personas sonrientes, haciendo eco de historias felices, con finales que no lo fueron. James y Sirius de 15 años sonriendo a la cámara, ignorantes a lo que ocurriría un par de años más tarde. Lily durmiendo en el sillón de la sala común, mientras él mismo y sus tres amigos, los cuatro merodeadores, se reían detrás, en silencio para no despertarla.

Muchos no lo verían como él, pero lamentaba cada una de sus pérdidas, incluyendo a Peter. Peter había sido su amigo y ya nunca lo volvería a ser. Los traicionó de la peor forma, pero hace tiempo que ya había dejado el enojo y el odio atrás, al menos en lo que respectaba a Peter. No tenía sentido, ahora sólo quedaba la pérdida.

Y con Sirius...lo consideraba una pérdida también. Poco quedaba de quien fue su amigo por tantos años en Hogwarts. Ese joven alegre, despreocupado, confiado y extremadamente narcisista, sí, pero fiel y leal hasta el fin.

Luego de 12 años en Azkaban, recuperó sólo la sombra de lo que solía ser su amigo. Ya no había confianza, ni en él mismo ni en nadie. Había mejorado con los años, el compartir con Harry y el volver a estar juntos, los dos merodeadores que aún vivían, había ayudado para que recuperara lentamente el sentido de...vivir.

Pero simplemente, al parecer, había cosas que podían transformar para siempre a un hombre. La pérdida de un hermano, la traición de los más cercanos, 12 años conviviendo con seres desalmados. Cuatro años atrapado en la antigua casa de la misma familia que lo despreció y rechazó...

Lo más cercano que había visto al antiguo Sirius, a su amigo de los viejos tiempos, había sido en las semanas del mes de julio. La planificación del escape de Harry, que significaba que ahora podía vivir con su padrino, o al menos eso significaba en la mente de Sirius. El convivir con los Weasley, el preparar una boda, que aunque parecía fuera de lugar, era un evento que permitía, aunque fuera por un tiempo corto de tiempo, olvidar que el mundo era un lugar donde las cosas buenas no ocurrían.

Ovejas NegrasWhere stories live. Discover now