Amigos

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Disclaimer: si leen algo y les parece familiar, no es mío.

(¿Qué es esto? ¿yo, subiendo un capítulo el día que les prometí? Increíble)

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16 de enero de 1998, La Resistencia, Hampshire.

-Es más fácil sólo seguirle el juego, Cass. Créeme.

Cassandra miró de reojo a Freya y le sonrió débilmente. Que era todo lo que sintió que podía ofrecer desde lo que ya empezaba a sospechar que sería su lecho de muerte.

Y no es que ella fuera particularmente propensa al dramatismo, aunque sospechaba que no muchos de sus amigos estarían de acuerdo con ella en eso. Pero todo parecía apuntar a que, después de sobrevivir 19 años a los abusos de su familia, mirar a la cara a Voldemort -en qué estabas pensando Cassandra, Diosito Santo- y vivir para contarlo, pasar meses oculta, batallar a muerte con decenas de mortífagos dos veces en el mismo día y no morir en el intento...Cassandra Lestrange iba a morir a manos de un virus mortal.

Bueno, según Venice, no era mortal. O no lo había sido para el resto de la mucha gente que se había contagiado y enfermado en esa última semana. Sólo le había afectado más a ella.

Mucho más.

Lo suficiente para que ya cumpliera su segundo día sin poder salir de la cama y para borrarle la sonrisa a Rayton, que se había autoimpuesto la misión de ser su enfermera personal. Y que Rayton pasara horas sin sonreír...

El hombre estaba preocupado, eso era obvio para Cassandra. Freya también lo estaba, si consideraba como pista lo tenso de su expresión, pese al tono de broma con el que había hablado cuando entró a la habitación mientras traía consigo lo que de lejos parecía ser sopa de algún tipo. De pollo, muy probablemente.

-Es verdad -empezó Ray después de suspirar profundo. Cassandra, que ya sabía leer bastante bien al hombre, interpretó ese suspiro como la preparación mental antes de intentar disimular y hacer como que todo iba bien -, es más fácil hacerme caso. Cuidé a Ozz y a Freya desde chiquitos, puedo cuidarte a ti también. Y vas a dejarme hacerlo, ¿me escuchas?

Cassandra no dijo nada y le ofreció una mano, aceptando que necesitaba su ayuda para salir de las mullidas almohadas y tratar de llegar a una posición más vertical. El cambio de ángulo y el olor de la sopa la hizo sentirse nauseosa -otra vez- pero Rayton tenía puesta la cara que ponía cuando se disponía a llevar a cabo algo difícil y no pretendía que nada ni nadie lo detuviera.

Y si la misión de esa mañana era que ella tomara sopa...

La verdad era que ella misma ya empezaba a preocuparse un poco. Venice había aportado con sus conocimientos de medicina, aunque su fuerte eran heridas y traumas, no enfermedades. Y Abby le había preparado algunas pociones, pero aun así Cassandra llevaba tres días enferma y cada día sintiéndose peor que el anterior. El día anterior había sido un desastre. Se había desmayado, había llorado y había vomitado hasta el agua que Ray se había esforzado en darle.

Había vomitado sobre Ray, ya que estaban ¿y no era ese un nuevo -altísimo- nivel de humillación?

A todo eso se le habían sumado fiebres altas, que la dejaron -y dejaban aún- temblorosa y llorosa y, en general, sintiéndose miserable.

Y pensar en ella vomitando quizá no era la mejor idea, porque dos segundos y medio después estaba inclinada sobre el borde de la cama, vomitando nada en el pequeño balde que habían dejado junto a su cama el día anterior.

Gimiendo bajito, con lágrimas cayendo sobre el balde para hacerle compañía a lo que había sido el poco agua que había logrado tomar en la noche y sintiéndose lo suficientemente mal como para no importarle que la vieran en lo que de seguro era su momento más patético, dejó que Rayton soportara su peso con un brazo, mientras afirmaba su cabello lejos de su cara con la otra mano.

Ovejas NegrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora