Risa

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Disclaimer: Si leen algo y les parece familiar, no es mío (y).

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Cassandra iba a morir.

Oh, estaba segura.

Estaba en la mitad de lo que parecía ser el ataque de risa más fulminante de la historia de los ataques de risa y si no lograba respirar pronto…bueno, se iba a morir.

Estaba sentada en la sala de estar de La Madriguera, entre George (al que únicamente identificaba por el vendaje que aún rodeaba su cabeza) y Tonks.

Sentado en el brazo del sofá, junto a su gemelo, estaba Fred y, cerca de ellos, estaba Remus, sentado en otro sofá. En el suelo, sentada junto a la mesita de centro, estaba Ginny pintando sus uñas de un lindo color rosa perlado.

Al ver eso, Cassandra hizo nota mental de revisar si su colección de esmaltes muggle había sobrevivido a todo el jaleo de los últimos días. O habría hecho la nota mental si no estuviese muriendo ahogada.

Los gemelos estaban dando una clase magistral sobre frases y cumplidos que utilizaron o utilizarían para conquistar chicas.

–Oh, por favor dime que nunca has usado esa – le dijo Cassandra a Fred, mientras se enjugaba los ojos.

–Yo no, pero George sí. –respondió Fred sonriéndole a su gemelo

–No puedes haber tratado a una chica de escreguto de cola explosiva y haber sobrevivido, es imposible –intervino Tonks, con expresión divertida.

–Oh, esa chica era puro fuego. Créeme, funcionó.

Y ahí estaba Cassandra riéndose otra vez.

No se reía así desde...bueno, mucho.

Desde que su tía vivía, quizás. O desde la vez, hace tres años, cuando su madre se resbaló en la cerámica de la sala principal y terminó desparramada sobre su culo. Lo que era tremendamente penoso y horriblemente deprimente.

El tiempo que había pasado sin reírse, no su madre cayendo sobre su culo. Eso había sido épico.

Habían terminado de almorzar hace ya bastante rato. Molly se había lucido y la comida había estado espectacular y, por suerte, sus bollos de canela habían sido todo un éxito. Los "OH. POR. DIOS" que habían dicho casi todos, con la boca llena de pastelitos, habían sido impagables. Y habían sido "casi todos", porque algunos estaban demasiado ocupados tragando los dulces, como Ron, por ejemplo.

Y respecto al tema Sirius…Cassandra había bajado junto a Tonks desde la habitación de las tres camas, resuelta a…dejarse llevar. Y si resultaba que dejándose llevar terminaba abrazada al cuello del señor Black, pues bueno. Quién era ella para ir contra el destino.

Entendiendo "destino" como las artimañas estratégicas de Tonks para que terminara envuelta en una típica novela romántica en la que el protagonista es un hombre ya algo mayor, perseguido por la justicia por cargo de asesinato y donde la protagonista es una chica joven que acaba de huir de su casa, donde por cierto, vivían los verdaderos asesinos.

Sí, la típica novela romántica.

Cuando habían comenzado a moverse hacia la mesa, Tonks accidentalmente se había tropezado y la había empujado. Tirándola contra Sirius en el proceso, por supuesto.

Aunque quizá sí había sido accidental, nunca se sabía con Tonks. Al parecer la torpeza era parte de su larga lista de encantos. Y luego se había encargado de que justo…justo el único asiento disponible para Cassandra fuera el que estaba junto a Sirius. Justo.

Ovejas NegrasWhere stories live. Discover now